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La llegada de un recién nacido siempre es motivo de celebración, pero en As Corraínzas, una pequeña aldea de Montederramo, este acontecimiento llega con una repercusión única. Tiago Díaz Río, el primer niño en nacer en la aldea en tres décadas, trae consigo un rayo de luz y esperanza para este lugar de apenas una docena de habitantes, distribuidos en seis casas. Su llegada ha logrado reunir a los vecinos como si se tratara de una sola gran familia, reforzando lazos y despertando una ilusión que parecía haberse marchitado con el tiempo.
La vida en As Corraínzas, como en muchas aldeas rurales de Galicia, transcurre entre el silencio de los campos y el eco de tradiciones arraigadas que se van apagando poco a poco. Durante los meses de verano, las casas de piedra vuelven a resonar con las risas de visitantes y antiguos vecinos que regresan al pueblo, pero el invierno es diferente. Las calles, habitualmente vacías, cobraron vida el pasado 20 de octubre en cuanto la noticia del nacimiento de Tiago se propagó y los vecinos no quisieron dejar pasar la ocasión para celebrar su llegada. La noticia del nacimiento corrió rápidamente y reavivó un espíritu de esperanza en esta pequeña aldea.
Tras ocho años en Australia, la nueva pareja encuentra en Montederramo el lugar para crear una familia
Los padres del pequeño, Ignacia Río, a quien todos conocen como Nachi, y Jonathan Díaz, son una joven pareja que decidió apostar por una vida en el medio rural tras ocho años en Australia. Ignacia, de 33 años y natural de Chile, conquistó a sus vecinos con su sonrisa y su energía. Ella no dudó en dar el paso: “Llegamos el pasado año y yo sí venía a ciegas, no conocía esto para nada, y mi pareja me lo había pintado más difícil de lo que realmente fue”. Para Jonathan, de 37 años, oriundo de Barcelona pero con raíces profundas en As Corraínzas gracias a su madre, el regreso a este rincón ourensano era un sueño pendiente. Aunque la pareja se conoció en Barcelona y construyó parte de su vida en tierras australianas, siempre sintieron la llamada de un entorno sereno, rodeado de naturaleza.
La adaptación fue rápida y encontrar trabajo no les presentó grandes complicaciones. “La verdad es que desde el primer momento hemos tenido trabajo, mi pareja trabaja en diferentes sitios, en el ámbito de la seguridad en Ourense, de portero en varios locales, y a mí ya me llamaron varias veces para el obradoiro aquí en Montederramo, pero por ahora con el embarazo no fui”, añade la joven madre. Pese a echar de menos el apoyo cercano de sus familias en este momento tan especial, la pareja se siente afortunada: cada vecino, en su pequeña pero significativa forma, les ayuda a cuidar y criar a Tiago. “Lo que más echo de menos es tener a mi madre cerca en estos momentos, aunque ya vino unos días tras el nacimiento del niño; aún así, mis vecinos me ayudan en todo momento y me van diciendo qué hacer en cada situación, ya que es el primer hijo y todo son dudas”.
Ana Pérez, la mayor del lugar, ilumina su cara al ver que en las calles de su querido pueblo volverá a corretear un niño. Tiago Díaz se convirtió en casi un biznieto para esta mujer cargada de vitalidad a sus 93 años. Casualidades de la vida, el último bebé nacido en As Corraínzas, hace 30 años, fue su nieta Natalia Carballo. Es ahí cuando la abuela mira a su nieta y al recién nacido y afirma: “Faime moita ilusión, aínda que tiña que ser a miña neta a que tivera xa un neno, pero adiantáronselle”. Natalia Carballo fue la última niña nacida en el pueblo: “Eu xa non tiven nenos da miña idade no pobo, ía eu sola de aquí ao cole, con nenos de pobos veciños”. La joven, que sigue viviendo en As Corraínzas y trabaja de taxista en Montederramo, añade que la nueva pareja está muy adaptada y se lleva muy bien con los vecinos. Además, puntualiza que a pesar del nacimiento de Tiago, “eu sigo sendo a nena para moitos veciños, así me chaman e quérenme como se fora da familia”.
Óscar Diéguez, alcalde de Montederramo, manifiesta que esto “é unha ledicia para un concello tan envellecido, saber que nas Corraínzas volverá a haber un neno correndo polas rúas”. Además, señala que da continuidad a la Casa Niño.
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