La ourensana Esperanza Cortiñas pide al nuevo año “salud”, para seguir bailando

ABUELA DE OURENSE

La abuela de Ourense cumple este 3 de diciembrelos 108 años tan vital como siempre, fiel a su baile dominical y su chupito

Esperanza Cortiñas cumple 108 años

Como cada domingo por la tarde, fiel a su cita, Esperanza Cortiñas acudió este domingo al centro de mayores de la Xunta en la calle Concejo para disfrutar de una de sus pasiones: el baile. Aunque, con respecto a otros días, este 1 de diciembre era un día especial, ya que es antesala del día de su cumpleaños, el de la abuela de Ourense, nada menos que 108 años.

Preguntada por cómo ve eso de llegar a edad tan longeva, lo tiene claro: “Lo veo bien”. Y es que, aunque en un principio, cuando sólo tenía 105 años, le sorprendía un poco que esa edad llamara tanto la atención, tres años menos dos días más tarde ya lo toma con normalidad. Y eso que estos tres años le han dado para mucho, pues ha conocido el AVE e incluso ha hecho un anuncio para Renfe, y ha tomado parte en la primera edición de la andaina por la ourensividad, en octubre del año pasado, entre otras experiencias que añadir a su ya larga trayectoria vital a caballo de dos siglos.

Esperanza Cortiñas disfrutó del baile con Manuel Seijas, en este caso al ritmo de un pasodoble.
Esperanza Cortiñas disfrutó del baile con Manuel Seijas, en este caso al ritmo de un pasodoble.

Cuando se le inquiere por otra de sus devociones, el chupito de licor café de las 12 del mediodía, confirma que “ya lo he tomado”, al tiempo que recuerda que “hace años”, “muchos”, tercia su hija Mari Carmen, “tomábamos el Sansón”, recuerda Esperanza. “Fue antes de irme a Francia, tras la muerte de mi marido, que estuve trabajando para una familia en París, y según mis hijas fueron teniendo años las fui llevando allí conmigo, que las terminé colocando a las tres en la misma casa”, recuerda, sonriendo. Ya con 65 años regresaría a Ourense y compraría el actual piso donde reside en A Ponte.

El secreto del chupito

Esperanza sigue elaborando su propio licor café, una receta que, según explica, no puede ser más sencilla: “Se echan en una olla grande cuatro litros de aguardiente, un kilo de azúcar y café torrefacto para darle el sabor, se remueve durante nueve o diez días, y listo; nada de fruta o ningún otro aditivo”. Un licor café al que es diariamente fiel, y siempre a la misma hora: las 12 del mediodía.

También hubo tiempo para degustar una tarta de cumpleaños, aunque el día grande será el martes.
También hubo tiempo para degustar una tarta de cumpleaños, aunque el día grande será el martes.

Si hay algo que le pide al nuevo año, que ella empieza este martes, es “salud, para seguir bailando”, y eso que, como explica su hija, Esperanza sólo toma, con casi 108 años, “una pastilla para protección del estómago y una ampolla para la circulación”.

Esta centenaria pontina es el mejor ejemplo de la Okinawa ourensana, como demuestra este domingo en la pista de baile, compartiendo un pasodoble con Manuel Seijas, de 84 años, que no duda en destacar que “ella baila muy bien; hace 20 años que bailamos juntos”. Orlando González, encargado de poner la música, certifica que “Esperanza lleva aquí 15 años y no ha fallado un domingo, salvo una pequeña temporada que venía con bastón”.

La abuela de A Ponte no quiso perderse la foto con los compañeros del centro de mayores de Concejo.
La abuela de A Ponte no quiso perderse la foto con los compañeros del centro de mayores de Concejo.

La celebración de este domingo en el centro de mayores, con baile y soplado de velas incluido, es sólo un entremés de la fiesta que le ha preparado la familia para este sábado, en un conocido restaurante de la calle Valle Inclán “y con mariachi”, subraya su hija Mari Carmen Vázquez. Acudirán “cinco primos del pueblo de Lugo, mi hermana, mi hijo, mi sobrino y yo”, añade.

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