La ciudad de Ourense ha dejado escapar más de 250 millones en centros comerciales

Hace diez años que debía haberse inaugurado en Ourense un Eroski en A Farixa y ni esta área ni El Corte Inglés han plasmado sus proyectos

Estado en el que se encuentra el solar previsto para el centro comercial de Eroski, en primer plano.
Estado en el que se encuentra el solar previsto para el centro comercial de Eroski, en primer plano.

Hace diez años tendría que haberse inaugurado el centro comercial de Eroski en A Farixa y las dotaciones que lo circundaban. Era la previsión del grupo vasco cuando presentó su proyecto en enero del 2011. A mediados del 2023 el solar es un pedregal. No es el único caso. El Corte Inglés desisitió de su intención de construir una gran superficie en Mariñamansa y con ello poner en valor un solar que a día de hoy sigue como pradería. Por el camino se quedaron más de 250 millones de euros de inversión privada en la ciudad y la posibilidad de revitalizar el este del casco urbano, una de las áreas de su expansión natural.

La crisis, pero también el galimatías urbanístico de la ciudad, echaron por tierra ambos proyectos. Nacieron al amparo del plan de urbanismo del 2003, que tumbó la justicia. Las últimas corporaciones han sido incapaces de aprobar un nuevo planeamiento. El Corte Inglés no llegó a cuantificar la inversión global, pero la promotora sí preveía gastar 14 millones en la urbanización de los terrenos. Fuentes conocedoras de la intervención cifraban la apuesta en unos 40 millones más, sin contar viviendas y dotaciones terciarias previstas. Eroski presentó su proyecto en enero del 2011, en el que se invertirían 200 millones de euros. De ellos, 30 irían para el hipermercado, pero se preveían además 575 viviendas, un hotel, oficinas, un centro cultural y 30.000 metros cuadrados de zona verde.

¿A mejor?

¿Y le ha ido mejor a la ciudad sin estas grandes superficies? La visión del comercio local es proteccionista. Beatriz Gómez, presidenta de la Federación de Comercio, cree que “hay mucho que hacer todavía en el campo comercial”, por ejemplo, “revitalizar los barrios, dotarlos de servicios para que sean atractivos para instalar comercios, y que la gente tenga todo lo necesario sin salir de su barrio”. Ven en el casco antiguo de otras ciudades “un ejemplo de comercio novedoso, original y moderno”, pero una parte del ourensano “presenta tal grado de ruina y de descuido que no anima en absoluto a emprender allí ningún negocio”.

Hay otras visiones menos restrictivas en el sector. David Martínez, presidente de la Asociación Empresarial de Profesionales y Autónomos, aprecia que “en el mapa de consumo potencial de la capital, aparentemente, todavía queda recorrido para un par de centros comerciales adicionales”.

Oportunidad perdida

Alberto Vaquero, del departamento de Economía Aplicada de la Facultad de Empresariales y Turismo , reconoce que Ourense “perdeu oportunidades” con el fiasco de Eroski y El Corte Inglés. “O desafío é combinar de xeito intelixente a oferta das grandes superficies coa do pequeno comercio de calidade”, opina. Sostiene que, en su conjunto, “esas grandes superficies non aportan nada en termos diferenciais para un territorio cando a súa presenza se xeraliza”. Es partidario de “fornecer o comercio do centro porque é importante para o futuro económico da cidade”.

El Concello de Ourense

Los inversores empiezan a obviar a Ourense, entre otras cosas, por la inseguridad jurídica y por la errática política municipal. A David Martínez le consta que “hay capital interno y externo que quiere invertir en el valor sólido de la construcción unida al consumo, ocio y vivienda”, pero lamenta ”las barreras de entrada, resumidas en la complicación de las licencias y frenos a la entrada del capital”. Beatriz Gómez, presidenta de la Federación de Comercio, también acusa al gobierno municipal de “inacción” y de “trabas burocráticas” cuando el sector quiere desarrollar acciones promocionales.

Mientras, ni el comercio local encuentra su estrategia de consolidación ni las inversiones foráneas se concretan.

Gane el medio formato, con dificultades para obtener suelo

El interés de las marcas por venir a Ourense sigue siendo importante, pero las dificultades urbanísticas no ayudan. Además, el formato de los centros a construir sí ha cambiado desde que comenzaron a concebirse este tipo de áreas. Los nuevos usos de los consumidores, con una importante tasa de gasto en el comercio electrónico, ha influido a la hora de desarrollar grandes volúmenes de construcción.

En el caso ourensano, la posibilidad de levantar nuevas áreas comerciales es escasa. Apenas queda suelo compatible con estos usos dentro del plan de urbanismo vigente, que es de 1986. Una de las zonas que más ha crecido ha sido la de Quintela de Canedo, con Leroy Merlin como una de las últimas marcas tractor, pero pocos solares quedan y son de reducidas dimensiones. En otro punto de la ciudad, en la zona de As Lagoas, se ha previsto la construcción de un supermercado de mediano formato al lado del McDolnalds que está la lado del cruce con la carretera del Bamio, cerca del campus.

Pero de esa intervención poco más hay que un anuncio, no licencia municipal concedida. Según la Dirección General del Catastro, con datos del primer trimestre de este año, la ciudad de Ourense es la tercera de Galicia por número de bienes de naturaleza urbana dedicados al comercio, con 6.228 computados, lo que no quiere decir que estén todos operativos. La clasificación la encabeza A Coruña y Vigo, con 11.491 y 10.125, respectivamente. Por detrás de Ourense quedan Santiago (4.349), Ferrol (3.752), Lugo (3.714) y Pontevedra (3.298).

Contenido patrocinado

stats