EL MACHISMO NO CESA
La violencia de género no da tregua: 2,4 denuncias al día en Ourense
REPORTAJE
David Pacios, 35 años, ourensano, podría parecer uno más de los posibles clientes que el pasado viernes acudían a la primera jornada -la de apertura- del Salón del Automóvil de Expourense, acompañado de su familia… pero su búsqueda del vehículo deseado estaba ligada a una historia que ha conmocionado a Ourense y a España en general en el último mes.
Este joven miembro de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado venía desde Paiporta -ese pueblo valenciano que una riada mortal ha puesto de repente en el mapa para todos los españoles-, junto con su mujer y su hijo, para comprar un coche, tras haber perdido los dos que tenía “y la moto” en la riada del barranco del Poyo. “Perdí los dos coches con la riada, uno de ellos un Audi que había comprado en Ourense, en Apersa de Mariñamansa -recuerda-, tenía seis años y lo tenía muy cuidado”, señala apenado; “aproveché estos días que tenía libres para ver si conseguía uno aquí”.
Pacios tiene claros los recuerdos de aquella jornada en la que la localidad en la que ha vivido con su familia durante cuatro años se vio completamente arrasada. “En nuestro caso tuvimos suerte, porque en ese momento mi mujer y el niño estaban en casa, y como vivimos en un ático, el agua no afectó al interior de la vivienda”. Aunque, evidentemente, sí afectó, y de forma importante, al ánimo de la joven familia: “El niño estaba en el sofá, paralizado, sin saber qué pasaba”, explica David. “El agua se coló por todo el edificio, como en el resto de Paiporta, dejando anegados el portal, el garaje, el sótano y el hueco del ascensor”, narra, aún conmocionado por los días vividos.
Recuerda con especial intensidad uno de los momentos de aquella jornada fatídica, cuando, “como muchos otros vecinos de la localidad”, explica, “bajé al garaje donde tenía aparcado uno de los coches y la moto para sacarlos de allí y evitar que se los llevase la riada -como hicieron muchos otros vecinos afectados por la dana, algunos de los cuales ya no pudieron salir-. Iba a sacar la moto, pero vi cómo subía sin parar el agua, a toda velocidad, y ya no me dio tiempo a pensar en nada más que en salir de allí. Cuando llegué a las terrazas comunitarias, por donde pude escapar, el coche y la moto ya eran llevados por las aguas como un torrente”.
Al día siguiente, “estuve ayudando en las tareas de limpieza y retirando los cadáveres”, señala, recordando que fueron los momentos más duros de unas jornadas que nunca olvidará. “Y tras eso llegaron los robos, y fue cuando decidí que mi mujer y el niño se vinieran aquí a Ourense, con los padres de ella”. Además, en la pequeña localidad valenciana “se tardará en recuperar del todo la normalidad; ahora el mayor problema es la acumulación de lodo”, señala el joven ourensano.
Este viernes aprovechó “un descanso para visitar a la familia y, de paso, como había este salón, ver si encontraba un coche” que supliera los que había perdido en la catástrofe. Finalmente, no fue así porque “pensaba que en el salón habría también coches de segunda mano, que es lo que buscaba y lo que podía adquirir, pero ya me dijeron que el de usados es el fin de semana que viene, y yo tengo que volver a Paiporta”. De hecho, allí está ya de regreso, en el epicentro de la dana, a la espera, aún, de ese vehículo que sustituya los que se llevó la riada.
Contenido patrocinado
También te puede interesar
EL MACHISMO NO CESA
La violencia de género no da tregua: 2,4 denuncias al día en Ourense
Los ingenieros agrícolas de Ourense renuevan su cúpula
Pepe Paz, presidente do Colexio de Enxeñeiros Agrícolas: “Temos que facer un novo rural con mais industrias agroalimentarias”
UNO MENOS QUE EN 2022
Ourense se acerca a su récord de colisiones provocadas por animales
CULTURA EN EL RURAL
La Red Provincial de Auditorios de Ourense alcanza los 7.500 espectadores
Lo último