El primer tren Avril entre Ourense y Madrid, tarde, mal y a remolque

ESTRENO

El fallo eléctrico en el convoy inmovilizó el primer servicio con pasajeros a escasa distancia de la estación de Ourense

Publicado: 22 may 2024 - 06:30 Actualizado: 23 may 2024 - 10:16

Un Alvia (a la derecha) tuvo que remolcar el primer tren Avril con pasajeros para entrar en la estación de Ourense.
Un Alvia (a la derecha) tuvo que remolcar el primer tren Avril con pasajeros para entrar en la estación de Ourense.

El estreno comercial de los trenes Avril estaba previsto como una jornada festiva de puesta de largo. Sin embargo, el gafe que acompaña estas unidades volvió a manifestarse. El primer Avril gallego con pasajeros, que viajaba con sus 507 plazas prácticamente al lleno, se quedó varado más de dos horas en Ourense por un fallo eléctrico. La avería aguó el debut de la serie 106, el nombre técnico de estas unidades fabricadas por Talgo.

El tren salió de la estación de Vigo-Urzaiz a las 9,28 horas. A partir de ahí, comenzó a recorrer el Eje Atlántico hasta Santiago, donde llegó una hora después. El Avril surcó la línea de alta velocidad Santiago-Ourense llegando a 301 kilómetros por hora. Batió el récord de velocidad de un tren por ancho ibérico en servicio comercial. La entrada a Ourense cumplía los horarios, con la llegada prevista a las 11,09 horas. Pero el tren se ahogó en la orilla.

El Avril se detuvo a escasos 500 metros de la estación de Ourense. Precisamente en la entrada a la ciudad, la infraestructura se había averiado unas horas antes, bloqueando un Alvia durante más de hora y media. Ya estaba arreglada cuando llegó el Avril, pero el punto pareció quedar maldito: el tren -no la línea- se averió, quedó parado y empezaron a pasar los minutos. Dentro de los coches se fue la luz. Y ahí comenzó la espera.

Los primeros comentarios apuntaban a un fallo en el pantógrafo, el sistema que toma la electricidad de la catenaria. Fuentes de Renfe se limitaron a confirmar oficialmente una incidencia técnica: “Desde el primer momento, Renfe puso en marcha los protocolos”, agregaban.

La demora se fue alargando y pesaba en el andén de la estación ourensana, pero también en unos pasajeros que ansiaban una solución en el interior del tren. El fallo eléctrico dejó sin aire acondicionado los vagones, con lo que la temperatura creció sensiblemente. Las puertas automáticas no funcionaban y había que hacer fuerza para abrirse paso. Los baños estaban a oscuras y era necesario recurrir a la linterna del móvil, mientras que la cadena no funcionaba. Ni siquiera se podía hacer café en la cafetería.

Finalmente, el Avril fue remolcado por un Alvia a la estación de Ourense, donde se apeó y embarcó el pasaje. Mientras tanto, puertas adentro, las quejas de los pasajeros se sucedían a bordo entre la resignación, el humor y el enfado. La expedición continuó su viaje a remolque, sin luz y con más de hora y media de retraso. Cuando el tren cruzó el túnel de San Francisco, se quedó completamente a oscuras.

El Avril recuperó la electricidad, precisamente, en el apeadero de San Francisco. Allí se quedó parado otra vez unos 25 minutos. Después de librarse de su remolcador, el viaje continuó por el cambiador de ancho de Taboadela.

La recién estrenada serie 106 levantó el vuelo por el Macizo Central hacia la Meseta con destino Madrid-Chamartín sin anotar ninguna incidencia más. Los pasajeros pudieron desembarcar allí a las 15,48 horas: 2 horas y 14 minutos después de la hora prevista de llegada, las 13,34 horas, y 4 horas y 6 minutos después de la salida desde Vigo.

Transbordos perdidos

Fuentes de Renfe confirmaron el mantenimiento del compromiso voluntario de puntualidad que tiene la operadora. Es decir, que reembolsarían el importe del billete a los pasajeros. La compañía informó en varias ocasiones del retraso a través de la megafonía del tren y por mensajería electrónica. Además, se repartieron bebidas a bordo. Desde Renfe transmitieron que “lamentamos las molestias ocasionadas a los viajeros”.

Estas molestias fueron particularmente graves en el caso de los pasajeros que tenían transbordos previstos para continuar su viaje. Se vieron afectados clientes con destino Lleida, Barcelona, Alicante, Valencia, Salamanca o Córdoba, tal y como salía a flote en las conversaciones con viajeros que acabaron perdiendo sus conexiones debido al retraso.

“Lo voy a perder”, se lamentaba Jose mientras cubría un sudoku. Como tantos, era uno de los que recurrieron a los pasatiempos para quemar los minutos de espera en Ourense. “Tengo que ir a Salamanca y tengo enlace en Zamora”, explicaba. Se quedó en tierra.

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