Cientos de empleos, en riesgo en Ourense por la estrategia de Stellantis

ECONOMÍA

Temor a que Stellantis prescinda de la industria auxiliar de la provincia El consejero delegado de la multinacional amenaza con prescindir de proveedores como los fabricantes ourensanos

Publicado: 09 jun 2024 - 06:45 Actualizado: 09 jun 2024 - 10:45

Instalaciones de una de las empresas auxiliares del automóvil en Ourense.
Instalaciones de una de las empresas auxiliares del automóvil en Ourense.

La industria auxiliar del automóvil ourensana escruta con preocupación los últimos movimientos de Stellantis. El consejero delegado del gigante automovilístico, el portugués Carlos Tavares, amenaza con prescindir de este ecosistema de empresas satélite si no reducen los costes de producción.

“Cuando los proveedores no trabajan a la misma velocidad que nuestros equipos, llegas a la conclusión de que lo que has externalizado lo puedes hacer internamente”, aseveró el directivo a comienzos de semana en Italia. Tavares sugería de este modo la posibilidad de dejar de contar con sus auxiliares tradicionales si no reducen los costes, emborronando el futuro del sector.

Carlos Tavares, CEO de Stellantis, pone en alerta al sector en busca de una bajada de costes de producción

La presión de la competencia china y la amenaza de la deslocalización de la industria auxiliar a países donde los costes son menores (los países “low cost”) son las grandes preocupaciones del sector. En Ourense, un buen número de empresas están vinculadas con el trabajo de la factoría viguesa de Stellantis.

El automóvil es uno de los sectores de peso en la economía ourensana: las factorías que apoyan la producción de la planta de Balaídos dan empleo a más de 2.000 personas. No obstante, fuentes del sector confirman los temores a esta deslocalización, e incluso sugieren que ya ha comenzado con la compra de piezas en otros países.

El futuro para estos millares de empleados es la incertidumbre. La industria auxiliar navega con marejada en los últimos años, porque los problemas de Stellantis se contagian a la red de empresas que le prestan apoyo, como las ourensanas. Los parones en la producción de la multinacional, con la crisis de los semiconductores como uno de los principales protagonistas, han añadido un componente que emborrona el futuro de la industria.

COMPETENCIA “LOW COST”Los países “low cost” (bajo coste) ofrecen piezas y componentes con un menor coste de producción, lo que aviva la amenaza de que la industria auxiliar sea deslocalizada

Además, recientemente se conocían las intenciones de Stellantis de traer componentes de Marruecos a Vigo a través de una línea de megatráileres. La DGT permitió recientemente la circulación de este tipo de “trenes de carretera”, que permiten transportar más carga a menor coste.

Los PERTE, bajo mira

En este marco convulso, las empresas tratan de hacerse con ayudas para no quedarse atrás. Aquí juegan un papel clave los proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica (PERTE). Estos planes establecidos por el Gobierno reparten decenas de millones de euros para impulsar sectores clave. Por ejemplo, Stellantis se lleva 20,7 millones de subvención y 8,5 millones en préstamos en el PERTE del vehículo eléctrico para fabricar este tipo de coches en Vigo.

Recientemente, la presidenta del Clúster de Empresas de Automoción de Galicia (Ceaga), Patricia Moreira, instó al Gobierno a liberar los PERTE pendientes para competir con los países “low cost” sin olvidar la existencia de la red de industrias auxiliares: “Non só os grandes construtores fabrican coches”, declaró la portavoz de la patronal.

BENEFICIO HISTÓRICOStellantis cerró el ejercicio de 2023 con un récord de beneficios. Sus ganancias crecieron un 11% hasta los 18.625 millones de euros.

Moreira se pronunció así en una reunión con la conselleira de Economía e Emprego, María Jesús Lorenzana, quien reclamó al Ejecutivo central que utilice el reparto de los fondos de los PERTE para impedir este proceso de deslocalización de la industria auxiliar. Un proceso que, de ahondarse, amenaza la existencia de una de las principales industrias ourensanas.

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