Verdegaia afirma que el proyecto en el Sil de Iberdrola causaría 'daños inasumibles'

El proyecto de explotación hidroeléctrica que Iberdrola pretende desarrollar en el entorno de Santa Cristina de Ribas de Sil, en el concello de Parada de Sil, no deja de recibir voces críticas. En este ocasión ha sido la asociación ecologista Verdegaia quien ha presentado alegaciones contrarias a la iniciativa de la compañía eléctrica. El colectivo ha tomado la decisión de manifestar su rechazo tras considerar que, de llevarse a cabo, causaría 'daños ambientales inasumibles' a uno de los espacios de mayor interés de la Península Ibérica'.

agencias. ourense

Publicado: 27 sep 2011 - 09:50 Actualizado: 10 feb 2014 - 23:48

Teniendo en cuenta estas valoraciones, Verdegaia estima que la Xunta 'debe oponerse a este proyecto'. Además, a su entender, la Confederación Hidrográfica Miño-Sil debería 'denegarlo', puesto que, con él, 'Iberdrola pretende obtener mayor provecho de su ya abusiva explotación del Sil', según precisa la asociación ecologista en un comunicado de prensa.

Del mismo modo, afirman que la lista de impactos medioambientales que pueden surgir de este proyecto es 'considerable'. Entre las posibles consecuencias, subraya 'a las más de 100 especies de fauna amenazada que se verán afectadas, a los daños en la zona de Lugar de Interés Comunitario (LIC) de la Red Natura 2000, así como al impacto en dos hábitat de carballeiras y brezales prioritarios', entre otros.

El colectivo puntualiza que, pese a que las centrales hidroeléctricas de bombeo son necesarias, como mecanismo de almacenamiento de la energía eólica, éstas 'no se pueden localizar en zonas de alto valor ecológico', como sería el caso del cañón del Sil. 'Iberdrola sólo está interesada en mantener y ampliar su negocio eléctrico, aunque sea a costa de deteriorar aún más espacios naturales tan emblemáticos y valiosos como el cañón del Sil', añaden los ecologistas.

Con todo, Verdegaia se muestra partidaria de 'reformar la Ley estatal de aguas', de manera que se adelante la extinción de todas la concesiones hidroeléctricas de los actuales 75 años a 50. El objetivo no sería otro que 'revertir antes en los presupuestos públicos los beneficios de los aprovechamientos del agua', así como 'minimizar su impacto socioambiental'.

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