“Te voy a enseñar un pajarito”, el cebo usado por Rosendo Fernández para abusar de una niña de 4 años

El exportavoz de la plataforma ProCAPD, Rosendo Fernández González (58 años), quien en estos últimos años ha trabajado con menores en centros de la Xunta y flirteó políticamente con BNG, PSOE y Sumar, reivindicaba este lunes su derecho a “una segunda oportunidad” tras hacer público este diario que había sido condenado en 1995 a siete años y un día de cárcel por abusos sexuales a una niña de cuatro años. La noticia tuvo una rápida contestación política, condenando los hechos, y abrió un debate social sobre si un profesor penado por un delito sexual con una alumna de corta edad como víctima puede al cabo de los años seguir trabajando con menores.

El grave delito cometido por Fernández González ocurrió el 19 de abril de 1994, cuando trabaja como interino en un colegio de O Grove dependiente de la Consellería de Eduación. Fue sentenciado en 1995 por la sección segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra, tras la instrucción sumarial en un juzgado de Cambados, y cumplió condena en Ourense. Además de los siete años de cárcel se le impuso una indemnización de cinco millones de pesetas (30.000 euros) por los perjuicios morales ocasionados por el delito a la niña, de los que respondió la Xunta de forma subsidiaria, así como cuatro años de inhabilitación especial para el ejercicio de la docencia.

Los jueces se decantaron por la petición de la Fiscalía. La familia reclamaba 10 años de cárcel más la inhabilitación

La sala consideró probado que Rosendo llamó a una niña de cuatro años que jugaba en el patio en las horas de recreo y la condujo hasta el baño. “Después de decirle que le iba a enseñar un pajarito sacó el pene por la bragueta introduciéndoselo a la menor en la boca, con ánimo de satisfacer sus apetencias sexuales”.

Los magistrados tuvieron en cuenta la petición del ministerio fiscal, ya que la acusación reclamó diez años de prisión y seis años de inhabilitación al entender que se trataba de un delito agravado. La familia reclamó 15 millones de pesetas (90.000 euros).

La sentencia consideró probado un delito de abusos sexuales con acceso carnal por vía bucal a menor de 12 años por parte de un maestro encargado de su docencia. Pese a que Fernández González negó los hechos, la sala tuvo en cuenta el testimonio de la menor. En el juicio, reconocieron, “mantuvo sin vacilación la versión dada por ella en el sumario acerca de lo que había acaecido”. Y tuvo también presente la declaración de la madre (a la que la menor contó lo sucedido con el profesor) así como la valoración de los peritos y el forense “sobre la fiabilidad de las manifestaciones” de la menor.

El tribunal, a efectos de garantizar el pago de la indemnización, consideró responsable civil subsidiario a la Xunta “al haber realizado los hechos un maestro o profesor dependiente de ese órgano en horas dedicadas al desempeño de sus funciones, como son las del recreo de un centro escolar”.