Una asfixia de impuestos que ahoga a familias y empresas

La evolución de la carga fiscal en España no ha dejado de marcar un camino ascendente y muy especialmente desde junio de 2018, fecha de la llegada a la presidencia del Gobierno de Pedro Sánchez. Datos oficiales de la Agencia Tributaria y los cálculos de distintos institutos de análisis tributario muestran un incremento sostenido de la recaudación y, en paralelo, de la factura fiscal por habitante. El resultado es una presión creciente sobre familias y empresas, que ha suscitado un debate sobre si la política fiscal se ha orientado más a fines recaudatorios que a la estabilidad y el crecimiento económico.

Entre 2017 y 2025, la carga fiscal por habitante pasó de 4.157 euros a 6.573 euros, lo que supone un aumento de 2.416 euros por persona, equivalente a un 58,1%. En el mismo periodo, la recaudación total del Estado gestionada por la Agencia Tributaria se elevó de 193.951 millones de euros a más de 325.000 millones, un incremento de 131.049 millones, equivalente a un 67,6%. Estas cifras reflejan tanto el efecto de la inflación sobre las bases imponibles como la ausencia de una deflactación generalizada del IRPF, que ha permitido que más contribuyentes se vean arrastrados a tramos superiores sin un aumento real de su poder adquisitivo.

Pincipales impuestos

Los principales impuestos han mostrado subidas significativas. El IRPF ha aumentado un 68% en el periodo, el impuesto de Sociedades un 69% y el IVA un 42,2%. En el caso del IRPF, la progresividad del sistema, combinada con la falta de ajuste de los tramos, ha multiplicado la recaudación. En Sociedades, la recuperación de beneficios empresariales tras la pandemia y la introducción de ajustes normativos han impulsado los ingresos. El IVA, por su parte, se ha visto favorecido por la inflación y la normalización del consumo, que han ampliado la base gravada.

El Instituto Juan de Mariana, en su Impuestómetro 2025, ha señalado que España ha incrementado su carga fiscal en 1,9 puntos del PIB desde 2019, mientras que la media de la UE-27 la ha reducido en 0,9 puntos. El aumento acumulado de recaudación asciende a 127.744 millones de euros, lo que equivale a 2.627 euros más por habitante y 6.614 euros por hogar en términos nominales. Ajustado por inflación, el incremento es de 59.461 millones, equivalente a 1.223 euros por habitante y 3.079 por hogar. Estas cifras ponen de relieve que el salto no se explica únicamente por el ciclo económico, sino por decisiones de política fiscal que han reforzado la capacidad recaudatoria del Estado.

Hacienda ha defendido estas cifras como prueba de la solidez de los ingresos públicos y de la capacidad de financiar servicios esenciales. Sin embargo, la crítica recurrente de economistas y medios especializados es que la estrategia ha tenido un marcado sesgo recaudatorio. La negativa a deflactar de forma generalizada el IRPF, pese a la inflación persistente, ha sido interpretada como una forma de aumentar ingresos sin necesidad de subir tipos nominales. A ello se suma la proliferación de nuevas figuras tributarias y el endurecimiento de regímenes especiales, que han ampliado el perímetro de la recaudación.

Hacienda sigue batiendo récord de ingresos con las subidas y los cambios impositivos

El Ministerio de Hacienda ingresó hasta el mes de octubre un total de 6.575 millones de euros por las subidas y cambios impositivos introducidos este año, según el informe mensual de recaudación de la Intervención General de la Administración del Estado.

Entre las medidas que se introdujeron a comienzos de año y que han supuesto un ingreso extra a las arcas públicas se encuentran la vuelta del 4% del IVA aplicado a los alimentos básicos (desde el 2% al que se había rebajado) como el aceite de oliva, el pan, la leche, los huevos o el queso; así como la subida al 10% del IVA a otra serie de productos (frente a la rebaja introducida del 7,5%) como los aceites de semillas y la pasta. Asimismo, el IVA de la electricidad volvió desde el 1 de enero de este año al tipo general del 21%, por encima del 10% que tuvo hasta finales de 2024 como consecuencia del alza del precio de la energía tras la guerra de Ucrania.

El año 2025 también se inició con cambios en el Impuesto sobre Sociedades que han reportado más recaudación al fisco, como la reversión obligatoria de pérdidas por deterioro o las limitaciones a la compensación de bases imponibles negativas. Igualmente, se modificó la tasa fiscal que pagan los bancos, se elevaron algunos impuestos especiales y se introdujo un nuevo tributo a los cigarrillos eléctricos.

Todas estas medidas han aportado unos ingresos adicionales de 6.575 millones de euros hasta octubre, según los datos de Hacienda, procediendo prácticamente la mitad, unos 3.091 millones de euros, de los cambios introducidos en el Impuesto sobre Sociedades. Del total del impacto en el Impuesto sobre Sociedades, 2.309 millones se deben al efecto que ha tenido la consolidación de solo el 50% de las pérdidas de los grupos empresariales, que estuvo en vigor en 2023 y que ha vuelto a tener vigencia este año; así como el efecto neto positivo de 1.696 millones por disminución de los límites en la compensación de las bases imponibles negativas aplicables a las grandes empresas con una cifra de negocios superior a 20 millones de euros, que ha pasado del 70% al 50% o 25%.

Esta norma estuvo en vigor anteriormente, desde 2016 hasta que fue anulada por sentencia al inicio de 2024, y ha vuelto a tener vigencia en 2025. También ha tenido un efecto positivo la recaudación del tercer pago fraccionado de 2024 del Impuesto de Sociedades por 36 millones, debido a la extensión del plazo general de ingreso del 20 de diciembre hasta el 5 de febrero de 2025 respecto de las sociedades con domicilio fiscal en la provincia de Valencia y otros municipios afectados en otras provincias como consecuencia de la dana.