Austėia Vaišnytė, futura artista lituana en una parroquia en Entrimo

LA NUEVA OURENSANÍA

Procedente de Kaunas, la segunda ciudad más grande de Lituania, Austėia Vaišnytė reside con su familia en A Feira Vella, un lugar de la comarca de A Baixa Limia. Quizá algún día, con su talento, dé a conocer su nueva aldea, más allá de las fronteras gallegas

Miriam Blanco | Marta Vázquez

Publicado: 21 jun 2025 - 05:30

La nueva ourensanía | Austėia Vaišnytė | La Región

Llegó Austėia Vaišnytė con su familia en 2021 a la provincia de Málaga, para acompañar a su hermano mayor Arnas, que navegaba en clase olímpica 470, como miembro del equipo juvenil lituano. “Queríamos estar todos juntos”, explica. “La temporada de vela en nuestro país, debido al frío, es muy corta, y en Europa había muchos campamentos de entrenamiento”, añade.

Se quedaron hasta julio de 2024 en Alhaurín de la Torre hasta que, debido al calor, decidieron ubicarse más al norte. “Mi hermano ahora estudia en Gibraltar para ser capitán de barco”, comenta Austėia. Los demás, buscando un poco menos bochorno, cayeron en Entrimo. “Galicia es muy bonito y nos recuerda un poco a Lituania”, reconoce.

Cuenta que unas personas de Lobios les introdujeron el lugar en uno de sus viajes de exploración a la cornisa cantábrica. “Mis padres siguen trabajando en Lituania, a nivel empresarial, van y vienen”, explica Austėia, que estudia cuarto de ESO en el instituto de Bande.

Respecto a su aldea, A Feira Vella, opina que es muy bonita. “Las montañas, el río, las gentes”, concreta. Tiene ya amigas de otros lugares y parroquias, con las que queda en Bande y alrededores.

Austėia Vaišnytė
Austėia Vaišnytė

Entrimo bohemio

Le gusta la música y pintar. “Toco la guitarra eléctrica, española y acústica, también el piano”, revela. Con su padre aprendió estas disciplinas, es Austėia también un poco autodidacta. “En mi casa siempre hay música en vinilo sonando”, explica. La vimos llegar de lejos, con su melena áurea, y un atuendo tope hippie, y toda esa bohemia que desprende, encaja con la descripción que ofrece. “También me gusta cantar y componer canciones en inglés y en lituano”, añade Austėia.

Le pedimos que se marque una estrofa, que nos recita en su lengua madre. Suena delicado y sexy, pero también ingenioso y profundo. Imagínate la estampa en A Feira Vella sin un alma, a las cuatro de la tarde. No entendemos un cuerno de lo que dice, por fortuna la traducción del google habla alto y claro. Sin duda tiene dotes esta joven, tímida a la par que solícita, con su arte.

En mi ciudad hay muchas iglesias, somos católicos, más mis padres y abuelos… nosotros no tanto

En relación a la Europa que dejó atrás, comenta que visitó su país justo antes de la guerra de Ucrania. “Ahora hay mucho miedo en Lituania de que suceda lo mismo”, comenta. “Sólo somos libres desde hace treinta y cinco años”, informa. Le sorprende a Austėia que le pregunten si habla ruso, aunque reconoce que “sus padres sí lo saben y lo usaban cuando éramos pequeños, cuando no querían que les entendiésemos”, comenta entre risas. En Kaunas dejó a sus abuelos y familia extensiva. “En mi ciudad hay muchas iglesias, somos católicos, más mis padres y abuelos… nosotros no tanto”, comenta de nuevo divertida.

Le gustan los churros y el ‘tinginys’, “la tarta perezosa”, dice, típica de Lituania. Por lo visto sus amistades locales no le hacen ascos a su receta de esta gochada de galletas, mantequilla y chocolate. Le preguntamos por el famoso pan de centeno negro lituano y del porqué de su importancia. “Representa el trabajo duro para producir esa cosa tan pequeña y que desparece tan rápido”, aclara. Suena lindo y suena sabio, y también un poco a magia potagia.

“La gente aquí es muy bonita por dentro”, opina Austėia, “creo que es una sociedad más feliz que la nuestra, estuvimos ocupados muchos años”, comenta. Al despedirse le preguntamos el protocolo septentrional para el saludo, y nos revela que allí es o mano o abrazo. Pues que así sea, le decimos, y procedemos a achucharla. “En realidad es corazón con corazón”, puntualiza. ¿Cómo se queda una tras esta revelación? Pues maravillada. Repetimos gesto con más emoción si cabe, uniendo torso con torso, palpitar en contacto.

‘Guapa, guapa é, ademáis de ter un pelaso’, pensamos saliendo de la aldea, agasajadas con sus palabras. De bonita por dentro puede ella también presumir, para prueba sus ademanes y rituales lituanos.

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