Casi la mitad de los gallegos ya tiene pagado su entierro

El origen del seguro de decesos en España se sitúa en Galicia, con teorías que lo vinculan a los gremios de pescadores y canteros a principios del siglo XX. Estos grupos crearon fondos de compensación para proteger a sus familias frente a los accidentes en el mar o a las altas tasas de mortalidad de la época. La solidaridad y el deseo de cubrir los gastos funerarios llevaron a estos colectivos a desarrollar las primeras formas de seguro de decesos, que se popularizaron y dieron lugar a las aseguradoras de la actualidad.

Quizá por este motivo, en Galicia la previsión ante la muerte es una costumbre fuertemente enraizada: uno de cada dos gallegos ya tiene asegurado su entierro. Es una de las comunidades con mayor presencia en los seguros de deceso, un poco por encima de la media española. Esto quiere decir que más de 1,2 millones de gallegos (2.720.000 habitantes) cuentan con un seguro de decesos, según los últimos datos de la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (Unespa). Pontevedra lidera el ranquin con un 52% de asegurados, seguida por A Coruña, con un 48%.

El coste medio de un entierro en Galicia ronda los 4.000 euros, y buena parte de la factura se debe al IVA del 21%, que grava estos servicios como si se tratase de un lujo. En cuanto al resto de España, según Unespa, el seguro de decesos mantiene una sólida presencia en los hogares españoles. Al cierre de 2024, el 45,6% de la población —22,3 millones de personas— contaba con esta protección. Esta estabilidad en la contratación refleja la confianza que genera este producto, que sigue siendo uno de los más extendidos entre la población junto con el seguro de automóvil y el de vida.

La cobertura de decesos destaca por su arraigo territorial. Cádiz es la provincia donde cuenta con mayor aceptación: el 77,1% de los gaditanos tienen su sepelio asegurado. Le siguen Ávila (73,6%) y Badajoz (72,5%). En el extremo opuesto se sitúan Teruel (19,8%), Soria (20,1%) y Huesca (21%), como las provincias donde esta protección está menos extendida. Aun así, alcanza a uno de cada cinco habitantes de estos territorios.

El seguro de decesos tiene aceptación tanto en las grandes ciudades como en los pueblos más pequeños. Su presencia es significativa independientemente del tamaño del municipio. Es, ante todo, un producto familiar, ya que las pólizas suelen cubrir a varias generaciones de una misma familia. Esto explica por qué las tasas de cobertura son altas en todas las edades. Si bien las personas de más de 50 años presentan ratios más elevadas (superiores al 50%), entre los jóvenes también se observan índices de cobertura significativos, que oscilan entre el 30% y el 40% entre la población menor de 35 años.