Antonio González, la medicina más humanista

CORAZÓN GALLEGO

Considera la Medicina Interna la más completa porque es la que ve al paciente desde un punto de vista humanista, no como un hígado o un corazón enfermo

Antonio González
Antonio González | Nacho Giralt

Vive en Barcelona, nació en Argentina, pero su alma y su corazón son gallegos. Antonio González (Mar del Plata, 1959) tiene sus raíces en la Ribeira Sacra ourensana a la que viene siempre que puede. Fue jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital Vall d’Hebrón y profesor en la Universidad Autónoma de Barcelona en la que había estudiado la carrera de Medicina que ejerce como internista desde 1982.

Pregunta.Es usted un gallego de la diáspora.

Respuesta.Y diría que somos los que más sentimos Galicia. Nací en Argentina, hijo de emigrantes. Mi padre es de Edrada, en Parada de Sil, y mi madre de Vilariño Frío, Montederramo. Son parroquias de distintos municipios, pero vecinas. Mi padre emigró a Argentina en 1953. En aquella época para poder emigrar tenía que reclamarte alguien y fue mi tío Isaac, quien lo hizo. Por cierto, cumple cien años el próximo 22 de mayo y vamos toda la familia a celebrarlo con él. Además de ser una buenísima persona, está estupendamente.

P.¿Cómo fue el regreso a España?

R.Regresamos a España cuando yo tenía diez años, pero, por razones laborales, acabamos en Barcelona, donde ya hice toda mi vida y mi carrera profesional. Eso fue en 1969. Pero dos años antes había venido por primera vez a España con mi madre, seis meses de vacaciones.

P.La Medicina, ¿fue su primera opción como carrera?

R.A mí me gustaba la Ingeniería Aeronáutica. Pero había que ir a hacerla a Madrid, porque en Barcelona no había entonces. Yo era hijo único y, la verdad, me dio mucha pereza irme a Madrid. Así que elegí Medicina, que también me gustaba mucho. E hice Medicina pensando que me iba a dedicar a la oftalmología. Pero en cuarto de carrera hice prácticas en Medicina Interna y vi que eso era lo mío.

P.Es la especialidad que lo abarca todo, la más completa.

R.Yo creo que sí. Es la más humanista y a la vez la más enciclopédica. Porque un buen internista no necesitaría de otros especialistas para hacer un buen diagnóstico. Se está volviendo a ello, siguiendo la corriente de la medicina hospitalista que nació en Estados Unidos. La idea es poner a un internista en todos los servicios de cirugía para adelantarse a posibles complicaciones. Cuando era jefe de servicio en Vall d’Hebrón, tenía a 12 internistas a tiempo completo repartidos por diferentes servicios de cirugía y se conocían a todos los pacientes y si había cualquier tipo de complicación se adelantaban.

P.¿Por qué es importante ahora?

R.Porque en las diferentes cirugías cada vez hay una mayor especialización y lógicamente si te centras en un aspecto muy concreto se necesita alguien que te acompañe con una visión más amplia. Por otra parte, cada vez se opera a gente de más edad, que llevan parejas otras complicaciones como diabetes, hipertensión, a lo mejor, problemas de riñón, o una úlcera de estómago, situaciones que requieren de una asistencia compartida, que es mucho más efectiva contando con un internista.

P.Lleva usted más de cuarenta años de ejercicio. ¿Cómo ve la Medicina en España?

R.Nuestra Medicina es una de las cinco mejores del mundo. Tenemos una Sanidad muy buena y una Medicina que es de lo mejor que existe, con muy buenos médicos, algunos están entre los mejores del mundo en su especialidad. Y todo esto a pesar de que no hay tanta investigación como en otros países o que los sueldos de los médicos son como son.

P.Ya se ha jubilado en Vall d’Hebrón pero sigue en activo, ¿no?

R.En realidad, me jubilaron contra mi voluntad al cumplir los 65 años, lo que me pareció un auténtico despropósito porque, aunque en el estatuto de los funcionarios se reconoce nuestro derecho a seguir en activo hasta los 70 años, en el hospital tienen una norma de que, al cumplir la edad, si ya tienes suficientes años cotizados, te mandan para casa. A mi me parece una resolución injusta que tengo recurrida en los tribunales. Pero no tanto por mí, porque, al fin y al cabo, yo sigo ejerciendo, con mi consulta privada. Es que no sobran los médicos. Y en mi servicio hay varias vacantes producidas por jubilaciones de este tipo que no se han repuesto todavía. Y, sinceramente, creo que es un desaprovechamiento de los recursos profesionales jubilar a una persona que está en su mejor momento profesional, gracias a toda esa experiencia acumulada a lo largo de los años.

P.¿Es la experiencia la que da más conocimiento o el estudio?

R.Un médico siempre está estudiando. Estudias para cada caso que ves. Pero la experiencia es la clave en la práctica de la medicina. Un médico aprende ejerciendo, no en los libros. Si has visto mil pacientes, al paciente mil uno ya lo atiendes con mucho más conocimiento y cuando has tenido tres o cuatro casos iguales, al quinto ya casi lo diagnosticas desde la puerta, con todas las reservas, claro porque en Medicina nunca hay que dejar de tener miedo a la enfermedad. Si te fijas, ahora que hablamos tanto de la inteligencia artificial, en medicina la IA se basa en acumular casuísticas, es decir, experiencia. Es la clave. Sabes porque conoces y conoces porque has visto.

P.¿A qué edad le gustaría jubilarse?

R.Creo que depende de cada situación. No se puede aplicar una edad para todos igual porque debería depender de la actividad y del estado en el que se encuentra la persona. En tiempos de Bismark, una persona con 65 años era un anciano. Pero hoy no. Cada vez somos más longevos. Mira en Ourense que es la provincia con más centenarios de España. Al margen de que el sistema no se va a poder sostener con carreras como jubilados, más largas que en activo. En mi caso, creo que tengo todavía mucho que ofrecer desde el punto de vista profesional y física y mentalmente me siento en condiciones para hacerlo. Tampoco quiero estar en activo hasta que ya no pueda más. Pero creo que esa es una cuestión que tendría que decidir yo. Sobre este tema hay un libro muy interesante de dos profesores de la London Business School, “La vida de 100 años, vivir y trabajar en la era de la longevidad” que te recomiendo porque habla precisamente de estas cuestiones. Que mi tío Isaac llegue a los cien años tan lúcido y sano ya no es tan excepcional y cada vez será menos. La generacion de nuestros hijos seguramente podrá llegar a los 120 años.

P.¿Qué tal es la vida para un gallego en Cataluña?

R.Los gallegos somos un lobby en Cataluña. La verdad es que somos muchos. Yo me siento totalmente integrado, hablo catalán, tengo amigos catalanes… Pero sí es cierto que las cosas han cambiado mucho sobre todo desde 2014 con Artur Mas. Incluso se llegó a cuestionar que yo fuese jefe de servicio en Medicina Interna, cuando fue mi nombramiento en 2017, porque no era catalán de nacimiento, cuando llevo aquí toda la vida. Por suerte, esas cuestiones políticas no se ven en la vida cotidiana y los gallegos somos tan queridos en Cataluña, como los catalanes en Galicia. Yo veo a muchos catalanes por la Ribeira Sacra.

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