¿Por qué las campanas de la Catedral de la Almudena nos recuerdan la huella gallega en Madrid?

Las campanas que cada día resuenan desde lo alto de la Catedral de la Almudena son mucho más que parte del paisaje sonoro de Madrid. Son también testigos del vínculo entre Galicia y la capital. Así lo recordó el secretario xeral da Emigración, Antonio Rodríguez Miranda, durante el acto conmemorativo del 25º aniversario de la donación de las campanas gallegas a la Almudena, por parte de la colectividad gallega en Madrid.

“Las campanas gallegas de la Almudena son un recordatorio sonoro de la huella que dejaron y siguen dejando los gallegos en la historia y en la vida madrileña”, afirmó Miranda, subrayando el valor simbólico y cultural de estas piezas, que unen dos tierras a través del patrimonio y la memoria.

Las cuatro campanas, fundidas en bronce por la histórica Casa Ocampo, llevan inscritos los nombres de cuatro advocaciones marianas profundamente ligadas a Madrid: Santa María la Real de la Almudena, Santa María de la Paloma, Santa María de Atocha y Santa María de la Flor de Lis. Conocidas popularmente como las campanas de los gallegos, se han convertido con el paso de los años en una muestra del compromiso y la generosidad de la comunidad gallega con su tierra de acogida.

Más allá de su función litúrgica, la campanas representan una conexión indeleble entre Galicia y Madrid, que se mantiene gracias a la implicación de las entidades gallegas y su labor de difusión cultural. “Este tipo de iniciativas mantienen viva la identidad gallega en el exterior y fortalecen los lazos entre comunidades repartidas por todo el mundo”, añadió el secretario xeral.

El acto concluyó con una actuación del cantautor Amancio Prada, quien puso el broche musical a una jornada de memoria, orgullo y pertenencia.