José López, premio Empresario en el Exterior de AEGAMA: "Los gallegos, especialmente los ourensanos, han triunfado a lo grande en Newark"

En la ciudad estadounidense de Newark, en Nueva Jersey, reside la comunidad gallega más numerosa de Estados Unidos desde que en los años 70 y 80 del siglo XX se produjera la mayor oleada de emigrantes procedentes de Galicia. Fue entonces cuando comenzó a consolidarse lo que hoy se conoce como la "Little Galicia".

El empresario José López es uno de ellos, y un ejemplo más de lo que representa la emigración gallega: trabajo duro, humildad, visión empresarial y un vínculo indeleble con los orígenes. Este jueves, la Asociación de Empresarios Gallegos en Madrid (AEGAMA) lo reconoce como "Empresario del Exterior" en el encuentro empresarial que se celebra en la Isla de la Toja. “Nunca esperé algo así. Me gusta pasar desapercibido, como si no existiera. Pero me siento muy orgulloso”, asegura emocionado a La Región Internacional.

López nació en la aldea de Tellado, en el municipio de Ramirás, en la provincia de Ourense. Emigró a Newark en 1968, cuando tenía apenas 13 años, acompañado de sus padres y hermanos. “Mi mamá tenía una hermana aquí, fue ella quien nos trajo. Mi padre ya había emigrado antes a Venezuela. Éramos una familia emigrante al cien por cien”, recuerda.

Comenzó su andadura laboral en una tienda de alimentación, y poco después en un restaurante. “Trabajaba y estudiaba a la vez, pero no era buen estudiante. No porque mis padres no quisieran, sino porque yo quería trabajar”, admite con sinceridad.

En 1976, con solo 21 años, fundó su primer negocio: un restaurante en sociedad con otros dos ourensanos.“Fue donde comenzó todo. Aquel primer paso es del que más orgulloso me siento”, asegura.

Desde entonces, su actividad empresarial ha crecido y se ha diversificado de forma notable. Hoy dirige un conglomerado que incluye restauración, aparcamientos, gestión de viviendas, centros comerciales e industria. “Siempre pensé que había que tener varias cosas por si una iba mal. Hemos llegado a ser más de cien. Es de lo que más orgulloso me siento, de dar trabajo a tantas personas”, afirma.

Pero más allá del éxito empresarial, José López es también un referente para la comunidad gallega del barrio de Ironbound, donde una quinta parte de la población es de origen gallego. Desde 1964, el Centro Ourensano actúa como punto de encuentro para la diáspora, y López fue su presidente durante cuatro años. “Muchas veces pensaban que éramos portugueses, porque hay una colonia muy grande aquí. Pero los gallegos, especialmente los ourensanos, han triunfado a lo grande. El muelle de la ciudad fue muy bueno para muchas familias gallegas que encontraron trabajo y prosperaron”, relata.

A sus 70 años, y tras más de medio siglo de vida en Estados Unidos, no ha perdido el contacto con Galicia ni con su gente. “Muchos de los que han llegado en los últimos años tienen raíces gallegas. Hijos, nietos de emigrantes. Y aunque se vive con cercanía la morriña siempre está”, reconoce.

Sobre el premio de AEGAMA, insiste en que fue una sorpresa: “No lo esperaba, pero es un honor. Le agradezco mucho a todos los que pensaron en mí. Mi mujer está especialmente emocionada. Yo soy más de quedarme en segundo plano, pero esto me hace sentir muy orgulloso”.

Cuando se le pregunta por el secreto de su éxito, no lo duda: “suerte, estar en el lugar adecuado, en el momento justo y trabajar. Ahora todo es más difícil, pero no imposible”.

José y su esposa Luisa, también ourensana a quien conoció en unas vacaciones en Ramiras y de quien no se ha vuelto a separar, siguen gestionando a diario el Don Pepe Restaurant, además de otros negocios en Newark, y fuera del estado de Nueva Jersey. No solo viven el presente, también piensan en el futuro, a través de sus dos hijos que continúan con su legado, como los miles de gallegos que un día partieron, y que también han contribuido a construir Galicia desde fuera.

A los jóvenes que hoy sueñan con emprender en el exterior les hace una recomendación: “Antes de salir, hay que pensarlo bien. Las empresas lo tienen más fácil, pero para las personas es más difícil ahora. Aun así, si se tiene clara la meta, todo se puede lograr”, asegura.