El Centro Gallego de Valencia en el corazón de la solidaridad un año después de la Dana

Hace exactamente un año, el 29 de octubre de 2024, la Comunitat Valenciana sufrió una de las peores catástrofes naturales de su historia reciente. Una Dana de fuerza inesperada dejó tras de sí 229 víctimas mortales y arrasó más de 70 localidades. Entre ellas, Massanassa, donde se encuentra la sede del Centro Gallego de Valencia, que acabaría convirtiéndose en un refugio de ayuda y solidaridad.

Al frente de la entidad está el ourensano Manuel Fortes, quien aseguraba en los primeros momentos que nadie esperaba que el agua llegara con tanta violencia. “Sabíamos que había llovido mucho en lugares como Requena o Utiel, pero lo que nunca imaginamos fue que los barrancos llegarían tan llenos, provocando un desborde masivo que arrasó con todo a su paso”. Desde las ocho de la tarde, el caos se extendió por las poblaciones del cinturón de Valencia.

Fortes relataba como faltó previsión y que los avisos llegaron demasiado tarde. “Muchos recibieron las alertas cuando el agua ya rodeaba sus coches”. Durante horas, la incertidumbre se apoderó del Centro. “Al principio hubo cinco o seis socios a los que no lográbamos localizar, aunque finalmente aparecieron. Varios sufrieron daños pero eso fue lo de menos”.

La ciudad, contaba Fortes, despertó en shock al día siguiente. “Aquella mañana Valencia era una ciudad fantasma: sin coches, sin gente, sin colegios. El ambiente recordaba a los días más duros de la pandemia”.

Pese a la destrucción, el Centro Gallego de Valencia se convirtió en los días posteriores en punto de reparto de alimentos, ropa y artículos de primera necesidad. Galicia no tardó en responder: llegaron camiones con ayuda y decenas de voluntarios. Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos, Massanassa sigue reconstruyéndose. Todavía hay viviendas sin ascensor y vecinos que no han recuperado la normalidad.

El próximo sábado, 1 de noviembre, rendirán homenaje a los afectados y a quienes tendieron la mano en los peores momentos y presentarán una revista conmemorativa. Fundado en 1966 - el año próximo el Centro Gallego de Valencia cumplirá 60 años - nació para unir a los gallegos de la capital del Turia. Y seis décadas después sigue haciéndolo.

En este año durísimo han tratado recuperar la normalidad y sus clases de pandereta y gaita, o los ensayos de la banda de música folclórica “Celturia”, que ha acompañado a la entidad en numerosos actos. El pasado mes de febrero, la entidad celebró su asamblea anual, en la que uno de los socios, el compositor y músico Julio V. González interpretó la canción de Fito Paez "Vengo a entregar mi corazón" mientras se iban exponiendo algunas imágenes de la riada. También celebraron la tradicional cena de socios, además de rendir homenaje a Rosalía de Castro y participar en diversas fiestas locales y ofrendas florales. No faltaron las actividades en torno a las Letras Galegas y la celebración de fechas emblemáticas como San Xoán o el Día de Galicia y Santiago.

El espíritu peregrino también estuvo presente este año con dos rutas del Camino de Santiago, una por el itinerario portugués y otra por el sanabrés. En el ámbito cultural, el centro participó en la feria de casas regionales del río Turia y acogió el concierto del grupo gallego “Os Carunchos”.En la recta final del año, la entidad prepara su Festa do Samaín e Magosto, un homenaje a Castelao y la cena de Nadal, donde se entregarán las tradicionales cajas de Navidad a sus socios.

Un año después, los gallegos de Valencia siguen en pie y su centro continúa siendo un punto de encuentro y esperanza, fiel a su espíritu de unión y ayuda mutua con la que un grupo de gallegos decidiera fundarlo a mediados de los años 60.