El crecimiento silencioso del voto extranjero y la irrelevancia del exterior
VOTO EXTRANJERO
En las elecciones generales de 2023, la participación de los residentes en el exterior fue de solo un 10,82%, y en las elecciones europeas descendió aún más, con solo un 4,7%. Desde la Comisión de Derechos Civiles y Participación del CGCEE, presentaban el pasado mes de marzo un informe sobre las dificultades para ejercer el voto desde el exterior.
Desde el año1996, más de 2,5 millones de personas nacidas en otros países han adquirido la nacionalidad española, según los últimos datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. En concreto, 2.545.184 personas han accedido a la ciudadanía, lo que implica, entre otros derechos, la posibilidad de votar en elecciones generales. Suponen ya cerca del 6% del censo electoral, una cifra que, si bien no es mayoritaria, sí comienza a tener cierto peso político.
Este fenómeno pone sobre la mesa varios retos para los partidos políticos y la democracia en términos de participación, ya que muchos de estos nuevos ciudadanos no ejercen su derecho al voto por distintas razones, desde el desconocimiento, desinterés, hasta la desconfianza hacia el sistema político. Aún así, su presencia en el censo electoral representa una transformación silenciosa del electorado español, que es cada vez más plural.
Por otro lado, también crece la cifra de españoles que residen fuera del país. Según el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE), a 1 de enero de 2025 había 3.045.966 ciudadanos registrados en el exterior, lo que supone un aumento del 4,7% respecto al año anterior directamente relacionado con el acceso temporal a la nacionalidad que permite la Ley de Memoria Democrática. Este crecimiento, a tenor de los decepcionantes resultados en los últimos procesos electorales desde la supresión del voto rogado, que desde su desplome en 2011, no se ha recuperado.
En las elecciones generales de 2023, la participación de los residentes en el exterior fue de solo un 10,82%, y en las elecciones europeas descendió aún más, con solo un 4,7%. Desde la Comisión de Derechos Civiles y Participación del CGCEE, presentaban el pasado mes de marzo un informe sobre las dificultades para ejercer el voto desde el exterior.
La ingente cantidad de votos nulos, los problemas de recepción de documentación como consecuencia de los precarios servicios postales de los países receptores, la falta de información, las enormes distancias que la ciudadanía española residente tiene que recorrer para poder votar en los consulados, unida a la otra distancia: la psicológica de España, son elementos determinantes para que la recuperación del voto exterior no vaya a ser significativa en los próximos comicios.
En ambos casos —nuevos ciudadanos dentro del país y emigrantes fuera de él— se trata de millones de personas con derecho a participar en los procesos electorales, pero cuya participación real sigue siendo limitada. La suma de estos dos colectivos plantea desafíos importantes en términos de representación, comunicación institucional y acceso a la información. El reto es cómo lograr que todos ellos participen de forma activa en la vida democrática, algo de que no parecen ser conscientes quienes nos gobiernan.
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