Un dandi en Newark

La intersección de las calles Mcwhorter y Green, en la ciudad de Newark, en Nueva Jersey (EE.UU.) llevará el nombre honorífico de Mario García. Un acuerdo adoptado por el Consejo Municipal de la Ciudad permitirá otorgar de manera “honorífica y ceremonial” su nomnre a la intersección donde está enclavado el restaurante que fundó, el Spanish Tavern. “Mario era un dandi, cun gran corazón, e que tiña boa vista para os negocios”, recordaba ayer su hermana, Conchita García, en la cocina de su casa en O Picouto, con unas impresionantes vistas hacia el valle de Ramirás, lugar donde estaban sus raíces y a donde regresaba con frecuencia. “É emocionante, estou contenta por el. A perda é a perda, pero el sigue connosco sempre. E estou emocionada porque el era un home de amistades, o mellor regalo que lle podían facer era este”, dijo.

Como muchos convecinos, Mario García Rodríguez emigró a Venezuela, pero fue en Estados Unidos donde se estableció en el año 1973 con su familia y donde emprendió varios negocios, siendo la hostelería su pasión. “Desfrutaba moito do restaurante. Para el non eran clientes, eran amigos”, recordaba Conchita, quien recibía con emoción la noticia del acuerdo institucional. “Para nós é unha honra”, añadía al otro lado del teléfono su hermano Manuel, que también reside en Estados Unidos.

Empresario pionero

El viernes 9 de mayo ha sido la fecha acordada por el municipio para el acto ceremonial, en el que su familia estará arropada por todos los grandes y buenos amigos que hizo en su tierra de adopción, donde falleció en agosto del año pasado. Precisamente de esa gran red de amistades, creen sus familiares en Ramirás, que surgió este reconocimiento. “Era moi boa persoa. Axudo a moita xente, mesmo de aquí, e toda esa xenerosidade lle viña multiplicada”, comentaban su hermana y su marido, Sito.

En el acuerdo oficial se destaca su “inconmensurable” contribución y su “legado” a la ciudad de Newark, traslada el acuerdo que recoge especialmente que dicho establecimiento “no sólo impulsó la proliferación de restaurantes españoles y portugueses en Ironbound y sus alrededores, sino que también contribuyó a impulsar el crecimiento económico, social y cultural de Newark, que continúa hasta la fecha”.