Aranceles y diplomacia para "restaurar la predominancia" de Estados Unidos en Occidente
La administración Trump presenta su Estrategia de Seguridad: el "corolario" a la Doctrina Monroe para consolidarse como "principal fuerza de Occidente"
La nueva estrategia de seguridad nacional presentada por la Casa Blanca -un documento que traza las líneas maestras de la política exterior de la administración Trump- se marca como objetivo prioritario la "restauración de la predominancia" de Estados Unidos en Occidente; una defensa sin paliativos de la descripción de la Doctrina Monroe que su presidente proclamó esta semana: "El pueblo estadounidense, y no los países extranjeros, ni las instituciones globalistas, será quien controle su propio destino en nuestro hemisferio".
Estados Unidos, a grandes rasgos, habla de una restitución de todas sus herramientas de poder duro, económico y militar, para conseguir este objetivo. Y el documento deja clara su apuesta por "reconsiderar" su presencia militar en el hemisferio mientras "prioriza" su diplomacia comercial" a través de "las poderosas herramientas que son los aranceles y los acuerdos comerciales recíprocos".
Washington resume su estrategia en dos términos: "expandir y alistar". "Alistaremos a nuestros aliados en el hemisferio para controlar la migración, detener el tráfico de drogas y fortalecer la estabilidad y la seguridad terrestre y marítima. Nos expandiremos cultivando y fortaleciendo nuevos socios, a la vez que reforzamos el atractivo de nuestra nación como socio económico y de seguridad predilecto del hemisferio", señala el documento.
Y, aunque el documento otorga un peso primordial al hemisferio occidental, también aborda la nueva estrategia de Estados Unidos en el Indo-Pacífico, Oriente Próximo y África, a través de una iniciativa para "reequilibrar la relación económica con China", la estabilización de la situación de seguridad en el segundo contexto y la transición, en el caso africano, desde una relación centrada en la entrega de ayuda "y la difusión de ideas liberales" en el continente hacia una enfocada al comercio y la economía.
Un reajuste en Occidente
El "reajuste" militar anunciado por Estados Unidos tiene como principal objetivo "abordar las amenazas urgentes" que representan "el tráfico de drogas y la migración ilegal o no deseada". Como viene haciendo desde hace meses, Estados Unidos seguirá recurriendo "despliegues específicos para asegurar la frontera y derrotar a los cárteles, incluyendo, cuando sea necesario, el uso de fuerza letal para reemplazar la fallida estrategia de aplicación exclusiva de la ley de las últimas décadas".
Aunque Estados Unidos ve "difícil revertir cierta influencia extranjera" en Latinoamérica, también ve una oportunidad en gobiernos que no están ideológicamente alineados con estas potencias, sino que basan su relación en unos términos económicos que Washington podría mejorar, usando la economía como arma para presentar una alianza más ventajosa.
En lo que a Europa se refiere, Estados Unidos alerta sobre la necesidad de concluir "rápido" la guerra en Ucrania por temor a que las malas relaciones con Rusia concluyan con la expansión del conflicto por el continente; al tiempo que celebra el auge de los partidos de ultraderecha nacionalista a fin de que el continente no pierda su esencia y sus raíces. "Queremos que Europa siga siendo europea,", recoge el documento antes de poner la guerra en Ucrania como caso representativo.
Economía en el Pacífico, paz en Oriente Próximo
El marcado cariz económico del documento se ve perfectamente reflejado en el apartado dedicado a las nuevas líneas de actuación en el Indo-Pacífico. A la "reequilibrada" relación con China, Estados Unidos suma un "enfoque sólido y continuo en la disuasión para prevenir la guerra" en la región, desde el convencimiento de que "este enfoque combinado puede convertirse en un círculo virtuoso". "Una fuerte disuasión estadounidense abre espacio para una acción económica más disciplinada, que genera mayores recursos estadounidenses para mantener la disuasión a largo plazo y menos obstáculos regulatorios", esgrime.
En lo que concierne a Oriente Próximo, Estados Unidos ve una situación "menos problemática de lo que los titulares dan a entender". Según Washington, Irán ha quedado "debilitado" tras la ofensiva conjunta estadounidense-israelí de este pasado verano, los líderes del movimiento palestino Hamás "también están en situación de debilidad o han desaparecido" y el "problema potencial" que representa Siria puede desaparecer con la colaboración de Israel, Turquía y aliados árabes.
Además, apoya abandonar "el desafortunado experimento estadounidense de intimidar a estas naciones -especialmente a las monarquías del Golfo- para que abandonen sus tradiciones y formas históricas de gobierno". "Debemos alentar y aplaudir las reformas cuando y donde surjan de forma natural, sin intentar imponerlas desde fuera", remacha el documento.
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