Altri es compatible

El proyecto para la fabricación de fibras textiles de base celulósica en el municipio lucense de Palas de Rei, concita el interés encontrado de numerosos sectores. Hace pocas jornadas se ha filtrado el informe preceptivo de Aguas de Galicia sobre los impactos que los procesos industriales de la planta pudieran tener en el río Ulla, del que se abastece y al que desagua, y en el embalse, aguas abajo, de Portodemouros. En las conclusiones de dicho informe, uno de los 27 que competen a la Xunta de Galicia, se afirma su carácter “compatible con los objetivos medioambientales” y el convencimiento de que no causará “impactos significativos” en el estado ecológico del río ni del embalse.

El proyecto de Palas pone sobre la mesa la posibilidad de movilizar más de mil millones de euros de inversión, la creación de 500 puestos de trabajo directos y alrededor de 1.500 indirectos. El proceso industrial precisa de madera de eucalipto, de la cual Galicia es excedentaria, para transformarla en celulosa y posteriormente en lyocell, la fibra textil natural demandada por la industria. Las proyecciones realizadas destacan la significativa aportación de nueva riqueza al PIB de la comunidad y a una provincia, Lugo, que ve tambalearse, en Alcoa, su ya precario tejido industrial. En el lado de las críticas y las dudas, están quienes reniegan del eucalipto, especie arbórea que encuentra en Galicia las mejores condiciones para su rápido crecimiento, y temen los impactos negativos, que ahora deberían quedar resueltos, sobre el consumo de agua, las condiciones en que será devuelta al Ulla y, en consecuencia, el daño ambiental que pudiera trasladarse a toda la comarca de Ulloa y a los bancos marisqueros en la Ría de Arousa.

El proyecto de Palas pone sobre la mesa la posibilidad de movilizar más de mil millones de euros de inversión, la creación de 500 puestos de trabajo directos y alrededor de 1.500 indirectos.

De ahí que las conclusiones del informe de Aguas de Galicia fueran esperadas con sumo interés por partidarios y detractores, y también, como es mi caso, los observadores que aguardamos por los datos ciertos. Unas conclusiones que, a los pocos días de conocerse, tuvieron una reveladora apostilla de la propia conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, a la empresa promotora, para en su caso “mejorar” el actual estado del agua –“peor que boa”- del embalse de Portodemouros. Una puntualización que no ha merecido la menor reacción del sector marisquero de Arousa, que ve morir a diario sus bancos de bivalvos, ni de los ambientalistas y grupos políticos que desconfían de los análisis técnicos oficiales.

A la espera de completarse los 36 informes necesarios para Altri, convendría recordar la importancia de extremar el rigor y la responsabilidad, de todos y siempre, con los proyectos que podrían enriquecer y diversificar la base productiva del país.