Amor, pobreza y guerra

TRIBUNA

Publicado: 02 jun 2025 - 01:45

Opinión en La Región.
Opinión en La Región. | La Región

Quizás parezca mentira pero todavía me sigue sorprendiendo nuestra especie humana, los homo sapiens sapiens, capaces de lo mejor y lo peor.

Y hoy mantenemos nuestro estupor ante lo que acontece en este planeta, la pequeña motita azul pálido tal y como lo describió el gran Carl Sagan, resumiendo en tan solo cuatro palabras toda nuestra desoladora fragilidad. A un conflicto bélico le sucede otro, sin apenas tregua. Los más sonados, Ucrania y Gaza. Pero existen otra infinidad larvada, desconocida, pero no por ello menos aterradora, dramática, brutal. Las víctimas más castigadas y desamparadas son siempre las mismas.

A propósito de todo esto, mientras escuchamos The Song Remains the Same de Led Zeppelin, un homenaje a la fuerza espiritual y unificadora de la música, repasamos el libro Amor, pobreza y guerra (2017), una colección póstuma de ensayos producto de la incisiva pluma de Christopher Hitchens, el combativo filósofo, escritor y periodista británico fallecido en 2011. Estas páginas selectas sintetizan la tension vital y su intensa pasión del autor sobre la política, la religion, la cultura y la moralidad. Crítico implacable de las estructuras de poder, ya sean políticas o religiosas, o ambas.

Entiende el amor este incisivo polemista como un sentimiento ético y político, y por esta su particular concepción de su devoción por la humanidad, como un combate permanente contra la pobreza, la guerra y la injusticia.

A la vez, en este libro Hitchens se convierte en un férreo defensor de la libertad individual denunciando todos los dogmatismos, siempre peligrosos, en cualquiera de sus formas. Desde su inicial militancia en la izquierda marxista, este autor fue evolucionando hacia una posicion más crítica contra las dictaduras de izquierda y las formas autoritarias del conservadurismo más despiadado: una buena manera de granjearse enemigos de todo tipo. Entiende el amor este incisivo polemista como un sentimiento ético y político, y por esta su particular concepción de su devoción por la humanidad, como un combate permanente contra la pobreza, la guerra y la injusticia. Simboliza la guerra como una batalla sin cuartel contra las ideas más retrogradas y opresivas.

Y todas estas tesis, por supuesto, tienen su implicación en la salud y la enfermedad de nuestros prójimos, porque en todas los conflictos armados mueren más civiles que soldados, y entre las víctimas más destozadas los niños y los enfermos se llevan siempre la peor parte. El uso de escudos humanos para proteger objetivos e instalaciones militares viola flagrantemente los principios del Derecho Internacional Humanitario, de la misma manera que lo hace la destrucción sistemática de los centros de salud y los hospitales por parte de los ejércitos atacantes.

Y más allá de los aspectos legales, reducir a seres humanos indefensos a meras herramientas bélicas atenta contra la dignidad humana, algo tan valioso por lo que también estamos obligados a velar todos los que hemos jurado cuidar de nuestros semejantes.

Contenido patrocinado

stats