Anécdotas de un periodista: el día que Fraga me invitó a comer y se me ocurrió pedir un “Calvados”

Publicado: 14 ago 2024 - 04:35

Entre las diversas anécdotas de mi larga experiencia como periodistas abundan algunas con distintos personajes, alguna de ellas con Manuel Fraga. Tenía éste la costumbre de invitar a comer con él, por lo general en el restaurante “Vilas” de Santiago, a los periodistas que manteníamos columnas de opinión en la prensa gallega. Era una cita muy discreta de la que no tenían noticias ni sus más directos colaboradores, sino que te citaba personalmente su jefe de gabinete. La regla era que no podías comentar nada, no se podía utilizar la conversación y que, en realidad, eras tú el entrevistado por Fraga, quien planteaba las diversas cuestiones. A la hora convenida te presentabas en el restaurante y aparecía puntualmente don Manuel.

Gran parte de la conversación la pasaba Fraga hablando del tema que surgiera. Le gustaba mucho hablar de historia de España

Aunque la carta era tentadora, yo procuraba ser discreto, o bien el menú del día o un caldo si hubiere, un jarrete asado y unas cañitas de postre. Fraga solía pedir pescado. Gran parte de la conversación la pasaba Fraga hablando del tema que surgiera. Le gustaba mucho hablar de historia de España y aquel día me dio una conferencia sobre Cánovas del Castillo, a quien él admiraba. Más de una vez recuerdo haberle escuchado decir: “Yo, como Cánovas, tengo mi pasado presente”. Esto lo decía cuando se metían por su pasado franquista. Y luego de esta parte, fuimos hablando de los diversos temas del momento, de modo que, entre gallegos, si él era listo como un zorro, yo era prudente como una zorra.

Llegamos al café y los licores, y en mala hora se me ocurrió pedir un “Calvados”, que por aquellos tiempos estaba de moda.

Llegamos al café y los licores, y en mala hora se me ocurrió pedir un “Calvados”, que por aquellos tiempos estaba de moda. Es un aguardiente que se obtiene por destilación de la sidra, se elabora exclusivamente en la región de Normandía, Francia. Debe su nombre al poblado del mismo nombre, “Calvados”. Pero dice la leyenda que deriva su nombre de la palabra “salvados”, por un barco de la Armada invencible de Felipe II que encalló en esas costas, que era la palabra que pronunciaron los tripulantes al llegar a tierra. Por lo visto, se habían macerado las manzanas que iban en los barriles dando lugar a una especie de zumo del que saldría el licor.

Me trajeron el famoso “Calvados” en una copa de coñac grande con unos cubos de hielo y Fraga me dice:

-¿Se va usted a tomar eso?

-Pues sí, don Manuel. (respondo)

-Espere (añade)

Y llama al camarero para que avise a alguno de los dueños del restaurante que acude raudo.

-¿Cuántos tenedores tiene este establecimiento? (le dice Fraga)

El aludido responde no me acuerdos tantos. Y Fraga resuelve:

-¿Y usted no sabe que el Calvados se sirve en una copa cónica sobre un lecho de hielo picado?

Yo estaba asombrado contemplando la escena sin moverme. Hasta que Fraga ordenó que retirara el maldito Calvados y que me lo sirvieran como Dios manda, cosa que hicieron. Y mientras yo tomaba a tragos discretos el famoso licor, Fraga me contó la historia del mismo y como debía tomarse. No he vuelto a pedir un Calvados en mi vida.

En el “Vilas” hay otra anécdota deliciosa que me contó uno de los presentes. Había quedado Fraga a comer allí con varios de sus consejeros. Mientras llegaba el presidente, y como había confianza, por si hubiera que reservar algún producto del que quedaran pocas existencias, un camarero tomó la comanda provisional para ir avisando a cocina.Y cada uno decía lo que le apetecía: yo cabrito, yo centollo, yo unas nécoras, yo lenguado……Así cada uno. Llega Fraga y el camarero le pregunta: ¿Qué ponemos don Manuel? Y Fraga responde: “¡Sopa y cocido para todos…..!”.

Contenido patrocinado

stats