El postureo de “¡Cuánto apoyamos la Ciencia!” frente al menosprecio a los científicos

Publicado: 27 ene 2025 - 01:00

Los científicos estamos acostumbrados al fracaso, forma parte de nuestra vida diaria. Fracasamos cuando no conseguimos unos resultados positivos en nuestra investigación, pero ese fracaso nos enseña cómo abordar soluciones en el siguiente reto. Las tasas de éxito en muchas convocatorias de programas de investigación, especialmente en el ámbito europeo, no suelen superar el 10%, por lo que, para tener un buen proyecto en una buena convocatoria, tenemos que fracasar nueve veces. Lo admitimos, es nuestra manera de vivir, ya que, sin proyectos competitivos, no podemos hacer investigación (en España no existe una financiación basal que cubra el desarrollo de I+D). Pero cada vez que concurrimos a una convocatoria y fracasamos, recibimos un informe de evaluación que nos ayuda a ver los puntos débiles de nuestra propuesta y nos enseña a preparar mejor la siguiente. A lo que no terminamos de acostumbrarnos y, es más, no nos gusta, es a que nos tomen el pelo y nos consideren estúpidos. Y eso es lo que acaba de hacer, hace unas pocas semanas el ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades no resolviendo la convocatoria de “de ayudas para la financiación de planes de investigación en cooperación en el área de la inteligencia artificial (IA) desarrollados por grupos de investigación interdisciplinares, en el marco del plan de recuperación, transformación y resiliencia europeo”.

Después de casi año y medio (todo un mundo en el ámbito de la IA, y posiblemente haciendo obsoletas muchas de las propuestas), nadie sabe nada del resultado

Esta convocatoria se abrió en Julio de 2023. La fecha tope para la presentación de proyectos era el 15 de septiembre. Por cierto, otra cosa a la que estamos acostumbrados los científicos es a trabajar en verano. Nuestras agencias financiadoras tienen a bien dejar para el verano muchas de sus convocatorias, por lo que en verano cientos de científicos pasan sus vacaciones montando y escribiendo proyectos para poder optar, con suerte, a una financiación que les permita trabajar en sus laboratorios. Pero esto no implica solo a científicos. También gestores administrativos y responsables de centros. En el verano de 2023, cientos de investigadores del ámbito de la IA dedicaron muchas horas (los investigadores principales, muchos días) en preparar unas propuestas complejas (con fuertes requisitos de transversalidad, equilibrio entre el área de IA y no-IA, exigiendo grupos de investigación con cuotas en sus perfiles investigadores, exigiendo un acuerdo de agrupación -en verano- con las firmas de los responsables de las entidades participantes). Después de casi año y medio (todo un mundo en el ámbito de la IA, y posiblemente haciendo obsoletas muchas de las propuestas), nadie sabe nada del resultado.

De pronto, el 27 de diciembre de 2024, el Ministerio, a través de una resolución, decide “poner fin al procedimiento de convocatoria”, “por imposibilidad sobrevenida”. Sin más. Sin una explicación, sin evaluaciones ni informes de evaluación de los que aprender. Vamos que el 100% de las propuestas han fracasado. Ante las protestas de investigadores y centros, portavoces no oficiales deslizan que los 31 millones de la convocatoria se han derivado a las ayudas de la DANA, imagino que para que la gente piense que, al menos, el dinero se ha destinado a un buen fin (el presupuesto de España es de 195000 millones de euros, y ¡solo había este capítulo para abordar el desastre de la DANA!). Esto es insultante y muy desconsiderado. Nadie puede creerse semejante justificación. Una vez más, el menosprecio por la ciencia y el trabajo de los científicos se hace patente. Por televisión, y refiriéndose a este asunto, escuché a un representante cualificado del gobierno, que “los científicos no pueden quejarse, ya que este Gobierno ha batido todos los récords de financiación”.

Todos sabemos que esos “récords” existen por el dopaje de los fondos de recuperación y resiliencia y que ya veremos cómo queda todo cuando desaparezcan. Una vez más se ha actuado con menosprecio y sin empatía hacia los científicos. Si hay que rebañar unos millones “de donde sea”, por desgracia parece que solo están los presupuestos de Ciencia disponibles. Señora ministra, por favor, ¡no nos vuelva a hablar de cuanto cree en la ciencia y cuanto la apoya!

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