Chito Rivas
PINGAS DE ORBALLO
As esperas teñen idade?
Muchos estudiantes de máster, están en estos momentos del año, planteándose la posibilidad, o no, de hacer un doctorado. Y en un país como España, por desgracia y como todo lo que tiene que ver con la ciencia, esos estudiantes reciben una información muy sesgada que les hace ni siquiera planteárselo. Yo he tenido candidatos que en el último momento han desistido porque “el entorno familiar” le ha convencido de que un doctorado no sirve para nada. Curiosamente era un entorno familiar con muy poca cualificación académica y muy poco conocimiento de lo que realmente supone hacer y tener un doctorado; pero es lo que nuestra sociedad, en términos generales, opina de la carrera científica (independientemente de que hoy los doctores se colocan tanto en el sector público como en el privado, esencialmente empresas). En España, además, hacer un doctorado es una inversión de vida, porque los salarios que reciben los investigadores en formación, están en el rango del SMI y cualquier profesional con el grado de master gana cantidades muy superiores. Dicho esto, opino que hacer un doctorado es una buena inversión de vida (incluso en España) y lo recomiendo mucho a todos los estudiantes que me piden un consejo para su futuro. Siempre empiezo enumerando estas restricciones (sociales, salariales,…) para pasar a los argumentos que yo creo son más importantes.
A todo esto, hay que sumarle algo que parece obvio: un doctorando es un superexperto en el tema de su tesis
Pero empecemos enumerando las razones por las que nunca hay que hacer un doctorado: 1) Por ser “un cerebrito”. Los científicos no somos “cerebritos” y salvo excepciones, los grandes logros en ciencia e innovación se consiguen con trabajo, no a partir de genialidades esporádicas; 2) “Por el prestigio de ser doctor”. Ser doctor otorga un cierto prestigio, especialmente en algunos ámbitos y países (por ejemplo, Alemania, donde si no eres doctor no eres nadie). Pero definitivamente se puede alanzar el mismo nivel de prestigio de muchas otras maneras; 3) Por complacer a alguien que nos empuja a ese camino, a veces un familiar; nunca hay que hacer las cosas para complacer a alguien, sino por convencimiento, y 4) Si no se tiene lo que podríamos llamar una mínima vocación científica. Hay muchos obstáculos que saltar y se precisa esa fuerza motriz que es la vocación. Por el contrario, hay muchos motivos para hacer un doctorado. 1) El doctorado es imprescindible en el mundo académico y universitario 2) En un mundo globalizado, y en una Unión Europea donde nos movemos profesionalmente (especialmente a nivel tecnológico), hay muchos países donde, más allá del mundo académico, hay empresas donde no se llega a ningún sitio si no eres doctor, 3) Como consecuencia, en esos países, un doctor gana, por lo menos un 20-30% más de salario que un titulado con master; y en esos países avanzados, en sus administraciones públicas, también gana más un doctor que un master (esto no ocurre en España, donde para el mismo nivel administrativo el doctorado no supone ninguna ventaja). 4) Hacer un doctorado te permite empezar a establecer una red de contactos internacionales imposible de desarrollar en un tiempo equivalente en cualquier otro empleo. 5) Un doctor puede trabajar en la industria y en la academia al más alto nivel. Y 6) Durante un doctorado se desarrollan muchas de las habilidades que se exigen hoy en la empresa.
Hablemos de estas habilidades: por supuesto que habilidad para desarrollar un trabajo de investigación, capacidad de analizar y resolver problemas, una mente innovadora, competitividad, capacidad de trabajar en equipo, experiencia en networking, pensamiento crítico, capacidad para hablar bien en público (en inglés), capacidad de escribir correctamente, capacidad de gestionar el tiempo, capacidad de gestionar un proyecto y, en suma, capacidad de poder abordar cualquier tema por complejo que parezca. Si todas estas cualidades serían suficientes para ser muy valorado en una empresa, a todo esto, hay que sumarle algo que parece obvio: un doctorando es un superexperto en el tema de su tesis.
Lluis Montoliú, científico y divulgador, acaba de publicar un nuevo libro: “Ser Científico. La ciencia como vocación y profesión” editado por Editorial Comares con el apoyo de la Fundación Lilly. En el libro se tratan todos los temas relevantes de la carrera investigadora, dentro y fuera de la ciencia, incluyendo la etapa del Doctorado. Para aquellos indecisos, seguro que este libro aporta otros muchos argumentos.
Contenido patrocinado
También te puede interesar
Chito Rivas
PINGAS DE ORBALLO
As esperas teñen idade?
PERDÓN POR LA MOLESTIA
Los rojos que eran (viejos) verdes
Antonio Casado
Cumbre de la desunión europea
Plácido Blanco Bembibre
HISTORIAS INCREÍBLES
Navidad o la fragilidad de Dios
Lo último
COLOR DEL AÑO
Cloud Dancer: minimalismo, calma y moda en un solo color
Los ingenieros agrícolas de Ourense renuevan su cúpula
Pepe Paz, presidente do Colexio de Enxeñeiros Agrícolas: “Temos que facer un novo rural con mais industrias agroalimentarias”
HISTORIA DE SUPERACIÓN
De estar 15 años en prisión a ser el pastor de su propia iglesia en la calle Greco