Perdón por la molestia | Los médicos parecen ser aburridos

Antonio Nespereira reflexiona en Perdón por la molestia sobre la actualidad informativa de la semana

Publicado: 11 may 2025 - 06:05 Actualizado: 17 may 2025 - 20:07

Perdón por la molestia, por Antonio Nespereira.
Perdón por la molestia, por Antonio Nespereira.

Yo tenía un profesor de matemáticas que decía: “¡Nespereira, salga voluntario a la pizarra!” Sería impagable hoy su poder de convicción en el proceso de selección de plazas MIR para formarse como especialistas. Ya lo estoy imaginando: “¡Señor Rodríguez Fernández, forense a Ourense!” Podría entretenerse además haciendo chistes fáciles con la rima. Y es que hubo que esperar el primer día de selección al puesto 429 de entre 700 aspirantes para encontrarnos a un médico residente que eligiese la provincia para formarse como dermatólogo. Como quien espera al último alambre de la última tabla del sorteo de la lotería de la Navidad aguardando por la pedrea. Sé que se analizan las causas de esta deserción, fundamentalmente relacionadas con la formación, la investigación y la docencia, entre otras. Entre estas últimas no descartaría los atractivos de la ciudad y su provincia como elementos que le sitúan en el debe, en clara desventaja con otras urbes.

Los especialistas renuncian a Ourense, puede ser por falta de expectativas o por ser sosos en la ciudad de las orquestas

Puede que los médicos en periodo de formación sean unos auténticos aburridos, de plomo derretido, vamos. Entonces no será culpa de una ciudad ni de sus gestores ya que otra cosa no habrá, pero despendole el que quieras. El Concello de Ourense en los seis primeros meses del año pasado se pulió 877.740 euros en fiestas, a pesar de que los presupuestos se quedaban en 390.000 euros. Es una apuesta a favor del desarrollo, una forma como otra cualquiera para captar talento científico. ¿Se acuerdan cuando Jácome decía que “la única” forma de atraer altas capacidades científicas era crear un centro de inteligencia artificial? Bueno, del resultado de ese nuevo fiasco les supongo enterados. Ourense tiene cuatro bares por cada mil habitantes y buena falta hacen. Pena que los futuros médicos especialistas no aprecien ese despliegue. Solo los aburridos reniegan de estos atractivos. Ahora bien, debería analizar la sanidad pública también las razones por las que tantos y tantos médicos dejan ir tantas y tantas plazas en Ourense. Además de lo aburridos que puedan ser los aspirantes y lo mejorable de la situación de la ciudad, claro.

No perdemos la manía de tener fe

Porque trabajo hay, al menos dicen las estadísticas, otra cosa son las condiciones laborales, que mejoran especialmente desde que Yolanda Díaz es la ministra del ramo. De los creadores de la subida del salario mínimo os hará soltar el pelo de la dehesa hasta situaros en los límites de la decencia, llega ahora la reducción de la jornada hasta las 37,5 horas semanales os dejará más tiempo libre. También en la provincia hubo reacciones a la medida con esa contundencia tan ourensana: por un lado xa ves e por outro que queres que che diga. ¿Dónde estaba Yolanda décadas atrás mientras la gente daba tumbos empobreciéndose sin remedio? Ahora por fin el faro de los derechos alumbra, ya merece la pena confiar en los servidores públicos. Ya lo cantaba el también gallego Germán Coppini: “No perdemos la manía de tener esperanza (...) que aparezca un alien divino y nos haga soñar”. Por méritos Yolanda Díaz podría haber sido hasta papable a nada que la férrea ortodoxia de la organización católica relajase algo su normativa. Al menos ya puso en el GPS varias veces la dirección de la Santa Sede. “El papa Francisco me ha ayudado a tomar decisiones en mi vida”, dijo la ministra a la muerte del anterior santo padre. Quién sabe si entre ellas estaba la subida del salario mínimo y la reducción de la jornada.

Ourense tiene la tasa de actividad más baja de España. Salir de ahí es un reto complejo, no solo reducir la jornada laboral

De todas formas aún queda la mecha parlamentaria para que el cohete despegue y la minoría parlamentaria puede mojar la fiesta a la líder de Sumar. Excepto a los empresarios, al resto les parece de fábula mejorar las condiciones de trabajo, pero esa solución es simplista en el caso de Ourense. Con datos del primer trimestre de este año, la provincia tiene una tasa de actividad laboral del 47,2%, la más baja de España, por debajo del 52,9% de Galicia y del 58,5% del conjunto del estado. La tasa de paro en el mismo periodo es del 11,2%, similar a la media española (11,3%), pero por encima de la gallega, que es del 8,8%. La situación económica de las familias mejorará con el tratamiento paliativo, pero eso no aborda la patología de base, la cada vez más baja relación entre las personas que están en condiciones de trabajar y lo hacen y aquellas que permanecen inactivas, bien porque se ha agotado su ciclo laboral o porque el mercado ya no cuenta con ellos. La provincia que tiene más población subsidiada que trabajando también está contenta. Algo es algo, enhorabuena Yolanda. Ya sabes lo de Germán Coppini: “La gente persiste en tener alegría, la gente asegura que mañana será finalmente su gran día (...) no da para más”.

Y tras el gobierno que ejecuta, sobre todo teoriza, las empresas siguen su curso contra viento y marea. Dos ourensanas, y de las postín, han dado titulares estos días. Adolfo Domínguez parece despegar aunque cambia de copiloto. Antonio Puente, consejero delegado, se fue (o lo fueron) con el agradecimiento de los servicios prestados. Por otro lado, Copasa que se hace fuerte con una nueva obra en una importante autopista de Brasil. Pero, no nos dejemos eclipsar por el brillo de dos compañías, sin duda importantes, ya que Ourense es un microcosmos empresarial muy complejo que deberá pagar lo mismo a sus trabajadores aunque trabajen menos. Y también los mismos impuestos. Que sea leve.

Galerías Centrales, totalmente abadonada y pasto de la humedad.
Galerías Centrales, totalmente abadonada y pasto de la humedad.

Ya ni queda el eco de las canciones de Bee Gees

Mira tú la situación en la que están las Galerías Centrales, en el corazón de la ciudad, portada de un libro comercial cuyas páginas se las come el moho. Mira tú en lo que se ha quedado aquel centro de compras y ocio, con su cafetería (y máquina de discos a cinco pesetas para escuchar Abba o Bee Gees), su arquitectura singular y su ubicación privilegiada. Mira tú como gran parte de aquellas firmas han ido cerrando sus puertas de paso que enterraban un modelo comercial. Mira tú como la falta de respeto al patrimonio construido vuelve a dejar a la ciudad con una ourensanada más. Mira tú lo poco edificante que resulta contemplar un espacio más propio de un escenario bélico que de una ciudad que se las tiene de ufana. Mira tú que hasta un juzgado ha tenido que obligar a conservar este espacio, al menos para garantizar la seguridad. Mira tú como, una vez más y como casi siempre, detrás de toda esta calamitosa situación está la mano de Gonzalo P. Jácome. Mira tú.

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