Juan José Feijóo
Felipe el condecorado
Querido diario: hoy escribo en tus páginas el día a día de dos presos y un destino. Son las 7,30 AM de una jornada de cárcel cualquiera. Acaba de sonar la sirena. A los presos nos despiertan así cada mañana. Koldo y yo nos turnamos para arreglar la celda antes del desayuno mientras estemos juntos en el mismo calabozo, pero cada uno se hace su cama. Estamos en el módulo 13, mal número, de la prisión de Soto del Real, en Madrid. Y sí, es cierto lo que dice mi cuenta de X ‘En nombre de Ábalos’: hace frío, mucho frío, y más que va a hacer, también fuera. No entiendo por qué le llaman a esto cárcel VIP, cuando no deja de ser una prisión de máxima seguridad, coño, que no hemos venido de vacaciones. Koldo quiere bajar al gimnasio, y yo me estoy pensando hacer unos anchos en la piscina o unos estiramientos en las canchas deportivas.
Nos han dicho que por este bloque también han pasado Cerdán y Aldama, aunque lo mejor es no venir aquí ni de visita. Hablando de visitas: tengo derecho a una comunicación íntima al mes de tres horas, aunque no creo que Jésica, Carlota, miss Asturias o mi ex quieran venir a verme. Vino Andrea a traerme ropa de abrigo y viene mi hijo Víctor, que ya ha dicho que “Santos me ofreció un cheque en blanco en nombre del presidente”. “Dime Koldo”: “No te olvides de poner en el diario que sigan la pista de Air Europa y de Begoña, que Pedro sabía lo de mi investigación a través de la fiscalía, que hubo pitufeo en las primarias porque yo custodié los votos, que se financió con dinero del suegro y que falta mucho por salir”. “Eso ya lo sabe todo el mundo -mi querido escudero- no hace falta recordarlo, que para eso hemos activado y concedido entrevistas antes del ingreso en chirona y tenemos la cuenta de X si Elon Musk no me la cierra”.
Mi querido diario: Koldo y yo somos dos presos y un destino, como si Soto del Real fuera Alcatraz o San Quintín made in Spain
Al estar juntos lo estamos llevando bien. Koldo siempre a mi lado, incluso en la cárcel. Él me protege en caso de que algún recluso de la extrema derecha, franquista, del PP o de Vox quiera darme un recado. Los más veteranos nos cuentan que hicieron buenas migas con Rato, Bárcenas, Blesa, Mario Conde y Díaz Ferrán, y que los más soberbios fueron los del procés. En fin, para que veas: los indultamos, los amnistiamos y mira ahora como nos dejan tirados a los socialistas feministas. Aunque pensándolo bien, también nos han dejado tirados los nuestros, y eso sí que no lo vamos a consentir después de todo lo que hemos hecho por la causa.
Mi querido diario: Koldo y yo somos dos presos y un destino, como si Soto del Real fuera Alcatraz o San Quintín made in Spain. Si no nos hacen caso, sabemos cómo marcarle el paso político a Pedro, Chiqui, la Yoli y demás compañeros de escapada, aunque el presi desesperado prometa reunión con Puigdemont para seguir en la poltrona. Aquí dentro no nos hemos tropezado con presos de ETA, porque después de confirmar que Sánchez y Cerdán se reunieron con Otegui en el caserío pueden ponerse gallitos. Realmente no sabemos si hay etarras, porque como Marlaska los ha ido acercando a cárceles del País Vasco y el PNV los ha ido soltando deben quedar pocos encerrados. Aquí lo dejo, que apagan las luces, aunque nosotros tenemos algún privilegio. En la próxima entrega cuento más.
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