Opinión

Trudeau se mantiene

Vivió la política desde su infancia, su padre, Pierre Trudeau, fue el jefe de gobierno más carismático de la historia de Canadá, pero Justin Trudeau no supo aprovechar su cercanía con la política para salir reforzado de su primer mandato como primer ministro: cometió errores de bulto y a punto estuvo de perder el puesto. Sin embargo, a pesar de que los sondeos le auguraban que tenía difícil superar a los conservadores, Justin Trudeau ha ganado las elecciones y se mantendrá cuatro años más al frente del Gobierno. Eso sí, ha perdido la mayoría absoluta.

La mayoría de los analistas consideran que el resultado se debe más al escaso empuje de los adversarios que al entusiasmo por Trudeau que, hace cuatro años, fue recibido con un fervor absoluto y ahora ha ganado porque se le considera el mal menor.  En su balance de gobierno hay logros importantes en el plano social, así como haber puesto en el mapa a Canadá,  que había perdido protagonismo en el escenario internacional excepto por su pertenencia al G-7. Trudeau  supo sacar partido al potencial de su país y capitaneó  el proyecto de convertir Canadá en un país abierto a la inmigración, con efectivos programas de integración que han sido ejemplo para el mundo. Por otra parte fue taxativo en su política fiscal, con importante subida de impuestos para las grandes fortunas.

Sus fallos fueron de talante, de no asumir que un jefe de gobierno debe guardar las formas en cada momento de su vida.  Algunos viajes al extranjero los convirtió en espectáculo y ha sido muy comentada una foto del pasado en el que se tiznó la cara para parecer negro en una fiesta de disfraces, lo que es ilegal en Canadá y tuvo que pedir perdón públicamente. Pero lo más grave es que se vio cuestionado e incluso investigado por  presunta injerencia en un procedimiento judicial.

Todo eso ha quedado atrás tras el triunfo electoral, aunque ahora habrá que ver con qué partido llega a acuerdos de gobierno.  Trudeau, liberal, huye de los populismos, y las dos opciones  que tiene más a mano son el partido nacionalista quebequés que solo pide que se mantengan los derechos de Quebec, o la izquierda del Nuevo Partido Democrático.

De momento,  hay que esperar a que pronuncie su Discurso del Trono –Canadá es una monarquía parlamentaria,  con la reina Isabel II como jefe de Estado-  en el que expondrá su programa de gobierno … probablemente con  propuestas de posibles socios.

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