Si rozamos la muerte

TRIBUNA

Publicado: 03 nov 2025 - 04:55

Opinión en La Región
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Salió de su cuerpo y vio una luz. Y sintió una calma inexplicable. Las experiencias cercanas a la muerte (ECM) representan un tema de debate general, porque en esencia desafían los límites entre la biología y la espiritualidad. En las últimas décadas, los avances en medicina nos han obligado a repensar realmente qué significa estar vivos. Hoy nos vamos a referir a determinadas personas que habiendo estado temporalmente muertas, retornaron a la realidad contándonos lo que vieron y escucharon en esos precisos instantes. Sus testimonios se recogen por millares: sensación de flotar en el espacio fuera de sus cuerpos, atravesando túneles luminosos, el reencuentro con sus seres queridos, ya desaparecidos, o la vivencia de un paz absoluta.

Este fenómeno, a medio camino entre la mística y la neurociencia, resulta tan misterioso y atractivo como para que diversos científicos se hayan puesto manos a la obra intentando descubrir sus causas e interpretar sus consecuencias.

La mayoría de ellos estuvieron clínicamente muertos, durante unos minutos. Este fenómeno, a medio camino entre la mística y la neurociencia, resulta tan misterioso y atractivo como para que diversos científicos se hayan puesto manos a la obra intentando descubrir sus causas e interpretar sus consecuencias. Para ellos, las ECM comparten unos rasgos comunes, desde la pérdida de la noción temporal, pasando por visiones de luces y paisajes fantásticos, hasta una revisión acelerada de la propia vida. Y todo ello siempre enmarcado en situaciones de extrema gravedad, como paradas cardíacas, anestesias profundas o graves accidentes. Me pregunta Aloysius: ¿existe alguna explicación biológica?. Probablemente si, pero a día de hoy todavía incompleta. Se ha hecho referencia a la falta de oxígeno a nivel cerebral, que desencadena una tormenta química de neurotransmisores, alteraciones eléctricas neuronales y trastornos de los sentidos capaces de provocar visiones y sensaciones tan intensas que el cerebro interpreta como reales. En el laboratorio, con personas sanas, se ha logrado reproducir experiencias similares mediante estimulación cerebral o fármacos psicodélicos.

Entonces, ¿dónde está el misterio? Muchas de estas ECM se han descrito al detalle, incluso con EEG planos, cuando teóricamente no debería existir conciencia alguna. Pero también se han descrito factores relacionados con la personalidad y las creencias espirituales de estas personas, más proclives a este tipo de vivencias. Por el momento, tal vez convenga aceptar que algunas experiencias humanas se resisten a una sola interpretación, ya que ciencia y mística, en el fondo, intentan descifrar el significado de estar vivos. Ambas. A su manera.

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