Ramón Pastrana
LA PUNTILLA
Ositos
Dónde están los muertos? ¿Quizás los terroristas de Hamás los escondan por la calidad de su carne, rica en proteínas de alto valor biológico? ¿Qué otra razón puede impulsar al movimiento terrorista a “negar” la entrega de los cadáveres de los hijos de Yahvé? ¿Acaso traten de conseguir abrir un mercado de carne roja, donde los cadáveres alcancen un alto precio, dada la escasez de comida? Netanyahu ha actuado con la eficacia y contundencia criminal, reconocida por los asesinos en serie que envidian la impunidad de los asesinos de masas y entre ellos Benjamín ocupa un lugar preeminente. Ayer, ¿90 palestinos muertos?, ¿o quizás 100? Todo palestino eliminado supone el acatamiento a las promesas que Yahvé hizo a Abraham, a Isaac, a Moisés, a Josué… La tierra prometida que mana leche y miel. Además de continuar con la limpieza étnica, aunque para los enemigos de Israel sea un genocidio.
Los sionistas tienen un proyecto y defecan en los pactos, acuerdos de la ONU, UE, en la paz… “Canaan es nuestra tierra, por generaciones hemos vivido un éxodo inacabable y aunque tengamos que firmar un acuerdo, este no puede impedir que alcancemos toda la tierra prometida, desde el mar Rojo hasta el mar de los filisteos y desde el desierto hasta el rio Éufrates. Incumplir lo pactado nunca traerá consecuencias negativas ya que el veto al castigo está garantizado por el tío SAM”. Simultáneamente a la reflexión Bíblica, el ejército de psicópatas sigue disfrutando de la caza de gazatíes; los hebreos solo han tenido una baja, otro héroe para la historia del sionismo.
En esa Europa, cuna de la cultura occidental, el saber es síntoma de contaminación peligrosa, donde el enemigo puede ser tu compañero, tu pareja, tu padre o madre, sin descartar algunos de tus hijos
Mientras esto sucede en Palestina, un anciano piensa en la descreación. “Estoy en Off, no me puedo desplazar, milagrosamente lo hago de espaldas mejorando notablemente”. Tengo miedo al patriotismo, sobre todo contagiarme de la pandemia nacionalsocialista, que se extiende como una mancha de aceite en un paño blanco. Europa, vieja, aburrida, sin ideales, con falsos dioses mezclados con un pasado donde a la muerte se le cantaba como exaltación de la vida. Hoy en esa Europa, cuna de la cultura occidental, el saber es síntoma de contaminación peligrosa, donde el enemigo puede ser tu compañero, tu pareja, tu padre o madre, sin descartar algunos de tus hijos. Incluso el desconocido que, careciendo de valores, cubre su cuerpo con la bandera, símbolo exclusivo de la “raza”, de la ¿historia?, de los “valientes” que conscientemente en defensa de la identidad, de lo propio, matan o mueren, apoyados por una sociedad que obnubilada y desmemoriada camina hacia un precipicio sin fin. “Santiago (no confundir con Abascal) y cierra España, gritaba el Capitán Trueno”
¿Es la ética o el amor el antídoto que protege de la violencia contaminante que destruye la naturaleza arrebatándole la belleza al ser poseída por una legión de “Yos”? Un gran silencio destruye la voluntad, el YO muere. No lo puede evitar ni siquiera el latido de su corazón, los ojos han perdido brillo, están completamente vacíos; el proceso de descreación ha comenzado, mientras la NADA sigue creando.
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