Arturo Maneiro
PUNTADAS CON HILO
El Prestige del Gobierno sanchista
El patio se calienta. La mayoría de los
españoles ya ha decidido contra quién
votará en las elecciones de marzo. El patio se calienta con ideas hechas. El PSOE se preocupa por los
humildes o descoyunta España. El PP
favorece a sus amigos, es un foco de maldad y crispación. Sutilezas así. Entre tanto
topicazo, sorprende que a Rajoy, por
primera vez en la vida, se le hayan ocurrido un par de propuestas concretas sobre IRPF y guarderías.
Se ve que va teniendo asesores y
aprendiendo a explicarse. Tópicamente, los del gobierno han replicado eso de la demagogia
irresponsable, exactamente lo que los
populares o impopulares, según han argüido frente a otras invenciones de Zapatero. El tal Zapatero,
recuérdese, que organizó lo del 11M y
que ahora sólo se deja asesorar por premios Nobel.
La pelea con Chávez es otro pulso entre
tópicos. Se aplaude al Rey por
escenificar nuestra racial chulería como
los indígenas indigentes hacen coro en
la denuncia del imperialismo hispano.
Numerosos señores de Córdoba y Sigüenza han nacido sin
una gota de sangre colonizadora en sus
venas. En cambio, todos los venezolanos tienen,
matemáticamente, antepasados genocidas. Chávez debería dar cuenta, pero el tópico funciona igual. El
coronelote, como su compadre Ahmadineyat
de Teherán,ha alcanzado el estatus de malo malísimo simplemente por darles pataditas en
la espinilla a los norteamericanos, que,
según la ventolera sociológica, son asimismo la cifra de la libertad o la encarnación de Satán.
El tópico más descomunal y extendido entre
europeos es que, pese a Bush, Estados Unidos es nuestro primer valedor y aliado. No obstante, los datos cantan que cada día
Washington significa menos (ver las
cifras del último Economist') y los
aficionados a la ética apuntan que la política exterior americana es
tradicionalmente inmoral. Es notorio que Washington no apoya a Chávez
ni a Morales, porque no lo dejan, pero
mantiene a Musharraf, el ahora odioso pakistaní,
que es muchísimo peor. En el pasado
sostuvo a Franco, mató a los opositores
de Pinochet o armó a Sadam Hussein, en cumplimiento
de un tópico muy americano que reformula la máxima del fin justificador de los medios: son unos hijos
de puta, pero son nuestros hijos de puta.
El petróleo ha sobrepasado las nubes y aún
no ha llegado al cielo.
El tópico de la
oferta y la demanda explica que, cuando alcance los 200 dólares, se estabilizará. El tópico no
preveía que la exageración de la demanda
viniera de los países emergentes. Los ecologistas, empezando por el presidente Lula, ofrecen
contratópicos discutibles del estilo de
los biocarburantes. Los materialistas contraatacan con el tópico de las tasas: ahora, a la producción de CO2. Los cristianos integristas aportan un tópico
religioso con el que, por una vez, los timoratos podemos simpatizar: preservar
la obra divina.
Y hay tópicos inapelables. Bangladesh: 3500
muertos. Aznar y sus esfuerzos por que
lo consideren el tercero de los hermanos Kaczinsky.
Tópicamente nos dejan
sin palabras. <o:p></o:p>
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