Alfonso Medela, músico: "Si el músico no tiene alma es imposible que toque jazz"

AFILANDO INCONFORMISMOS

El músico nacido en O Carballiño, Alfonso Medela, afila su inconformismo con La Región y nos acerca su profesión y todo lo que esta esconde

Alfonso Medela
Alfonso Medela

Alfonso Medela (O Carballiño, 1974) es pianista, compositor y arreglista con una larga trayectoria profesional. Ha estudiado clásico, pero el jazz, que asegura “sabe a libertad”, y su improvisación le robaron el alma. Afirma que “en Galicia, en general, y en Ourense hay un nivel de músicos que es una animalada, no tiene nada que envidiar a ningún sitio de España. Si me lo dicen hace 20 años, hubiese dicho que era imposible”, aunque lamenta que “no hay muchos espacios donde poder tocar tantos músicos”. En estos momentos divide el tiempo entre impartir masterclass, el Conservatorio de Carballiño y conciertos de jazz, “tengo las tres vertientes”, afirma.

Pregunta.Diga algún sinónimo de jazz.

Respuesta.Imaginación.

P.Su llegada a la música, ¿fue un flechazo o amor a fuego lento?

R.No, no fue un amor a fuego lento. Mi padre le regaló por el aniversario de boda a mi madre un órgano, un regalo absurdo para un aniversario, pero aparte de otras cosas, creo que lo hizo con vista. Ahí empezó mi primer contacto con lo que es el teclado, porque yo había tocado un poco lo que es el puntero de la gaita. A los ocho años empecé en el Conservatorio y ahí empiezo un poco ya todo el buen camino hasta hoy.

P.¿Y al jazz cómo surge?

R.Siempre tuve un carácter improvisador en el instrumento, desde pequeño. Cuando estaba terminando el profesional de clásico, paralelamente al superior, ya fui haciendo jazz. Recuerdo el día que le dije a mi madre “voy a estudiar también música moderna”. No pensé que llegaría hasta aquí, en el sentido de que le di una continuidad y una seriedad que no esperaba. Empecé con un grupo, y ya tocaba rock and roll, blues, soul, improvisaba. Después toqué también mucha música latina con gente de Latinoamérica. Todo eso, de forma transversal, lleva la improvisación implícita. Entonces quise dedicarme a la improvisación de verdad.

P.¿Qué camino es más fácil con el piano: la música clásica o la improvisación?

R.Bien hecho, cualquier camino es difícil. Yo sigo estudiando clásico. Nunca lo dejé, porque una cosa me aporta a la otra. Para tocar improvisación a nivel jazz, si no tienes la técnica y el sonido y la lectura del clásico estás limitado. Lo que se te ocurra en la cabeza, no lo vas a poder plasmar. No tienes la técnica, que es un medio. Se nota muchísimo la gente que no tiene la formación clásica. El piano no suena igual. Las teclas, al final, son martillos que percuten y tienes que saber acariciarlos, bajarlos, para que suene bien. Eso todo te lo da el clásico, tocar Chopin, Beethoven…, y eso te ayuda muchísimo a improvisar, porque comunicas de otra manera. Tienes un lenguaje muchísimo más limpio y más ordenado.

P.¿Es más difícil improvisar en el jazz o en la vida?

R.En la vida.

P.¿Es una música del pasado o del futuro?

R.Hoy en día ya es una música del futuro. Antes como que estaba enfocada a un sector, sobre todo en España, donde no teníamos tradición de jazz, porque es una música americana. Era más de sectores pequeños. Ahora el jazz está en todas las casas, la gente le da el valor que merecía hace tiempo.

P.¿Hay algún ritmo con el que todavía no se haya fusionado?

R.Creo que no. Se hizo fusión del jazz con todo, hasta con el tango. Creo que se experimenta tanto, que no queda nada por tocar. Es una parte bonita porque genera que evolucione y no se quede en los clichés de los diferentes años de las épocas del jazz en Estados Unidos, los 50, los 60, los 70. Ahora es todo más ecléctico, puede pasar cualquier cosa. Con tal de que esté bien hecha y suene bien, se experimenta con todo.

P.¿Se disfruta más siendo un entendido o con dejarse llevar es suficiente?

R.Se disfruta más dejándose llevar. Yo cuando voy a un concierto de jazz , prácticamente no lo disfruto, porque estoy pendiente de todo lo que hacen a nivel técnico, así que pierdo un poco la parte mágica de escuchar y nada más.

En Galicia y en Ourense hay un nivel de músicos que es una animalada, no tienen nada que envidiar

P.¿Es minoritario?

R.No, ahora ya no. Toqué en el García Barbón y quedó gente fuera y mira que tiene butacas y butacas. Quiero decir que son ya conciertos multitudinarios. Aunque a mí me parece más bonito que sea en sala, porque tiene otro encanto, no sé, la cercanía del público.

P.¿Qué pasa si en una improvisación no surge la complicidad?

R.Pasa muchas veces. Yo como soy tan enérgico y tan visceral, normalmente los músicos que tocan conmigo están acostumbrados a que tire yo. Y si tengo un mal día, normalmente también les pega el bajón a ellos, y claro, el concierto no es lo mismo. De alguna forma eso se transmite. Si está pasando algo, la gente nota que no está funcionando.

P.Cuando sucede eso, ¿qué siente después?

R.Antes, estoy hablando de hace unos 15 años, cuando tocaba un concierto y no me llenaba o fallaba en algo, me daba bajón y ese día estaba como fastidiado. Ahora, a ver, tampoco tengo unos picos tan grandes, mantengo una línea, pero si tengo un concierto malo, acabo y no le doy ningún tipo de importancia, el próximo día ya sé que saldrá mejor. Vuelves al escenario y ya está.

P.Decía Philip Sousa, el jazz durará mientras la gente lo escuche a través de los pies y no del cerebro. ¿Está de acuerdo?

R.Sí, que te haga bailar, no pensar, es lo que dije antes. Si estás pensando, no disfrutas el concierto.

P.¿Y el alma dónde queda?

R.El alma, para mí, si el músico no la tiene, es imposible que toque jazz, porque no va a generar nada interesante. Tienes que tener sentimientos para poder expresar, si no solo son notas lo que va a escuchar la gente.

P.¿Tiene que haber un discurso?

R.Claro. Tiene que haber un punto álgido, un punto plano. Tiene que haber contrastes en el discurso. De la misma forma que estás hablando y hay comas y puntos y después tienes que acabar la frase con una coherencia.

P.La rebeldía y el inconformismo, ¿cómo de importantes son?

R.Superimportante eso, porque si no, la personalidad wno la adquieres nunca. Más en una música en la que la base es la creatividad y la improvisación.

P.¿Se siente reconocido en esta tierra?

R.Sí, sí. No tengo ninguna frustración porque no me valoren. Me siento querido y valorado, quiero decir, me siento profeta en mi tierra.

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