La antigua prisión agoniza y el Concello de Ourense se queda sin ideas
SIN MÁS FONDOS EUROPEOS
Anuncian a la oposición que no pedirán más fondos europeos para reformar la antigua prisión de Ourense, tras fracasar tres veces
La antigua cárcel de Ourense, en la rúa do Progreso, cerrada y abandonada desde 1987, no tiene plan a medio plazo para ser reformada. Tras los múltiples anuncios realizados por el alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, desde que tomara el bastón de mando en 2019, el gobierno local transmitió este martes a la oposición que han tirado la toalla. No pedirán más ayudas ni fondos europeos para rehabilitar el inmueble, en estado ruinoso, tras los tres fracasos anteriores, en los que perdieron la financiación por deficiencias.
Desde el grupo municipal del PSOE, confirmaron que en la junta de área municipal, el concejal de Urbanismo, Francisco Lorenzo, manifestó que no se pedirán más fondos y que el futuro de la vieja cárcel dependerá del plan para la futura área Rexurbe que ha concedido la Xunta de Galicia. Sin más. “Non hai unha folla de ruta clara e concreta para o espazo”, apuntaron los socialistas a la salida de la reunión.
El Gobierno desechó la última solicitud del Concello de Ourense en el programa del 2% Cultural para financiar actuaciones de conservación de Patrimonio Histórico en la vieja cárcel, por el “incumplimiento de los requisitos básicos” en el proyecto presentado, que se había contratado por más de 18.000 euros a un exasesor de Jácome.
Con esta última, el Concello de Ourense ya perdió estos años tres ayudas para poder haber dado una nueva vida a este histórico recinto. En 2022 se había presentado a la convocatoria Pirep Local para convertirla en sede de la UNED, pero se rechazó por carecer de proyecto. Y en enero de 2023 se perdió otra ayuda por baja puntuación.
Actualmente, la antigua cárcel está cerrada con un candado por parte del Concello, si bien en su interior se encuentran restos que indican la presencia de personas, según algunos vecinos, toxicómanos o sintecho. Recientemente, la vieja cárcel se hizo de nuevo mediática, tras la Operación Jail, en la que la Policía Nacional desarticuló un piso dedicado a la venta de droga, cuyos inquilinos intentaron deshacerse de parte de la droga que poseían arrojándola con una especie de catapulta a la antigua prisión provincial.
En eso se ha convertido este ruinoso edificio, que en los últimos seis años fue -solo en la cabeza del alcalde- sede de la Universidad a Distancia (UNED), sede de la Confederación Hidrográfica y hasta hotel boutique termal. Ninguna de las tres fructificó. Pero la última idea, en octubre de 2023, fue crear un edificio de oficinas municipales con espacio museístico. Otro fracaso.
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