El Concello de Ourense suma 25 millones de euros en facturas en el cajón

RÉCORD EN "DEUDA OCULTA"

Las facturas en el cajón del Concello baten récord: 25 millones de euros. Hacienda sitúa a Ourense como la ciudad peninsular con la gestión económica municipal más atascada e ineficiente

Jácome pasa ante el interventor en el pasado pleno.
Jácome pasa ante el interventor en el pasado pleno. | Miguel Ángel

Ourense ya es la primera ciudad de la Península en “deuda oculta por habitante, con la cuenta 413 en máximos históricos, según acaba de desvelar el Ministerio de Hacienda, que ha actualizado los datos de facturas en el cajón pendientes de pago de todos los ayuntamientos de España a cierre del primer trimestre de 2025.

El Concello de Ourense acumulaba 25,4 millones de euros en facturas sin reconocer presupuestariamente a 31 de marzo, una cifra que la sitúa solo por detrás de Las Palmas entre los grandes municipios españoles en carga por residente, y como la primera del territorio peninsular. Solo Ourense aglutina un tercio de todo el dinero (77 millones) que tienen los 314 concellos gallegos en el cajón. Algo insólito.

El Concello de Ourense ha alcanzado la cifra récord de 25.421.565 euros en esta cuenta de “Acreedores por operaciones pendientes de aplicar a presupuesto”. Este dato representa el mayor volumen de la historia del concello en esta partida y deja una ratio de 258 euros pendientes de pago por cada ourensano, la segunda más alta de todas las grandes ciudades españolas y la más alta de toda la Península.

Esta acumulación de más de 25 millones de euros pendientes de pago en los cajones del Concello es especialmente llamativa si se compara con los 10,1 millones de euros registrados al cierre de 2024, lo que implica un aumento de más de 15 millones de euros en tan solo tres meses. Y deja mucho más en evidencia la controvertida gestión si se compara con los 7 millones que se alcanzaron como máximo en la etapa previa a Jácome.

Gestión irregular

Esta cuenta refleja pagos pendientes de aplicación presupuestaria, lo que se debe a retrasos en la tramitación de expedientes y obras y servicios ejecutados sin partidas para ello. Estas “facturas en el cajón”, se tratan, como explica Hacienda, de “obligaciones derivadas de gastos realizados o bienes y servicios recibidos, para los que no se ha producido su aplicación a presupuesto siendo procedente la misma”.

Es decir, facturas irregulares por obras y servicios que ya se han prestado, pero que el Concello no ha pagado porque carece de una partida presupuestaria para pagarla y para las cuales el Concello necesitará que los grupos de la oposición le permitan aprobar una modificación presupuestaria.

A estas ingentes cantidades habrá que sumar los 20,3 millones de deuda con las concesionarias del agua y la limpieza que reconocía el pasado mes de junio el Concello oficialmente, más todas las deudas acumuladas con otras concesionarias, también millonarias, como la del transporte.

Bumerán envenenado: “Eso te lo comes tú, que te vayan en la piel”

Las cifras no mienten. Y la cuenta 413, esa que fue el ariete dialéctico de Gonzalo Jácome contra todo vestigio de “vieja política” y “gestión inútil”, hoy se ha convertido en la lápida de su propia credibilidad.

Basta recordar tiempos no muy lejanos, aunque parezca un mundo. Era 2017. El entonces líder de la oposición, el azote de las facturas en los cajones, el implacable fiscal del PP y el PSOE, se erigía en paladín de la buena gestión. Su objetivo predilecto, Jesús Vázquez, por aquel entonces alcalde, cuya “nefasta” administración había permitido que la cuenta 413 se disparara hasta la insoportable cifra de 7 millones.

Aquello era para el Jácome opositor la quintaesencia del despropósito. Se convocaban ruedas de prensa, se exigían dimisiones y se prometía un paraíso frente al “escándalo”, la ”vergüenza” y el “desgobierno” que sepultaba Ourense bajo una montaña de deudas ocultas. Jácome llamaba a Vázquez “inútil” y “el peor gestor de España”. Y con la elocuencia que le caracteriza, lanzaba aquella profecía que hoy se vuelve contra él: “Esto te lo comes tú y que te vayan a ti a la piel”.

Pero lo que era la catástrofe en el pasado, hoy se ha transformado en la mayor demostración de inacción y desidia. Los 7 millones que desvelaban la inoperancia de Vázquez son hoy una minucia comparados con los 25,4 millones de euros, casi cuatro veces más, que acumula el gobierno que prometía el nirvana financiero.

Ourense es ahora, en proporción a su población, la segunda ciudad de España con mayor carga de esta “facturas en el cajón” por habitante. Cada ourensano arrastra ya una mochila de 260 euros en pagos pendientes de reconocer presupuestariamente.

Ahora tendrá que pedir el auxilio de la oposición para poder pagar semejante despropósito. ¿Mantendrá siete años después la misma postura de “esto te lo comes tú y que te vayan a ti a la piel”? De aquel profeta de la transparencia, hoy solo queda la caricatura.

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