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El eco del gran apagón: los vecinos confiados, las autoridades en guardia

MESES DESPUÉS

La demanda de objetos fundamentales esos dias, como linternas o generadoras ha vuelto a niveles previos al siniestro

Productos muy demandados que ahora ya no lo son en Ferretería Salgado.
Productos muy demandados que ahora ya no lo son en Ferretería Salgado. | Miguel Ángel

El 28 de abril, la luz se fue de golpe. Ante la estupefacción de todos, las calles, los escaparates y las viviendas quedaron en penumbra, y un silencio extraño se adueñó del ambiente. Durante horas, los móviles dejaron de tener señal, los semáforos quedaron inutilizados y la rutina se detuvo.

Aquel apagón general puso a prueba la capacidad de respuesta de los servicios esenciales y recordó lo dependientes que somos de la electricidad. Pasados unos meses, las dudas vuelven después de que en Red Eléctrica alertase hace unos días sobre un posible riesgo. En todo, caso una pregunta en el aire es si la poblacion está realmente preparada para esta situación despues de haberla vivido.

Las imágenes de colas para comprar linternas y otros enseres de supervivencia fueron clave en esos momentos, pero meses después, parece haber desaparecido. Roberto Salgado, de Ferretería Salgado, habla que semanas después, “la demanda fue enorme”, pero que rápidamente se redujo.

En toda la zona de Ourense era imposible conseguir un generador eléctrico durante esos días. El producto rompió su stock completamente. Adrián Barreiro, de la empresa de alquiler y venta de maquinaria MSC, así lo confirma. “No hemos tenido ni un generador disponible hasta el mes de septiembre”. En todo caso, señala que desde que vuelven a estar en el mercado, la demanda se ha moderado a niveles de antes del apagón.

En la calle, la sensación general es que el susto ya pasó. Aunque el recuerdo sigue presente, las precauciones apenas se mantienen. La mayoría de las personas consultadas reconocen que el tema les preocupó los primeros días, pero pronto quedó relegado al olvido, entre la cotidianidad de la rutina y la sensación de que “ya no volverá a pasar”.

Ana Fernández, joven residente en la ciudad, lo resume con naturalidad: “No he tomado ninguna precaución, vivo al límite”. Otra vecina, que prefiere no dar su nombre, recuerda aquellos días con cierta ironía: “Compré garrafas de agua y muchas conservas el día después del apagón, pero acabé bebiéndome el agua y comiéndome las conservas”.

Por su parte, Carmen Hervés confía en la capacidad de respuesta institucional: “De volver a pasar, pienso que se pondrán en marcha los mecanismos necesarios para solucionarlo incluso más rápido que la última vez”.

Las instituciones, en cambio, sí parecen haber aprendido la lección. Fuentes de la Subdelegación del Gobierno explican que la experiencia sirvió para definir mejor los procedimientos tras lo que califican como una emergencia “sin precedentes”.

En caso de un nuevo corte eléctrico de gran escala, se activaría un CECOPI, un centro de coordinación en el que participarían el subdelegado del Gobierno, la Secretaría General, responsables de Fomento, la Dirección de Industria y personal técnico de mantenimiento, informática y comunicaciones. “Esto, siempre que la Xunta de Galicia declarase una situación de emergencia de grado 3, como ocurrió la otra vez”, señalan desde la institución.

El protocolo, impulsado desde Galicia, se aprobó en una reunión celebrada el 22 de julio convocada por la Delegación del Gobierno gallega, y posteriormente se extendió al resto del Estado.

En el ámbito sanitario, el Hospital Universitario de Ourense (CHUO) cuenta con una infraestructura de emergencia capaz de garantizar el funcionamiento de los servicios esenciales. El centro dispone de tres grupos electrógenos con una potencia total de 5.000 kilovatios y un almacenamiento superior a 10.000 litros de gasóleo.

Esta capacidad permite mantener operativos los servicios críticos durante al menos doce horas sin necesidad de recargar los depósitos. Los generadores arrancan en menos de diez segundos desde que se detecta la falta de alimentación de la red y, durante ese breve lapso, los sistemas de alimentación ininterrumpida (SAI) aseguran el suministro. Equipos médicos esenciales, como respiradores o dializadores, disponen además de baterías autónomas para mayor seguridad.

Ourense sin luz

Antes de ayer, una avería en el Polvorín provocó cortes de luz en numerosos puntos de la ciudad, afectando a miles de personas. En la mayor parte de los casos, la situación se resolvió en apenas media hora, pero fue suficiente para recordar entre la población la posibilidad de un corte generalizado. En el lugar de la incidencia, 240 vecinos estuvieron más de cuatro horas sin electricidad. La misma tarde, en la zona cercana a la antigua estación de autobuses , otros 270 vecinos se pasaron siete horas a oscuras debido a la rotura de un transformador.

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