La farmacia ourensana como timbre de alarma ante la soledad no deseada

FARMACÉUTICO INFORMA

En Ourense, una provincia marcada por el envejecimiento poblacional y la dispersión geográfica, la soledad no deseada adquiere una relevancia aún mayor.

Santiago Leyes Vence, Presidente del Colexio Oficial de Farmacéuticos de Ourense
Santiago Leyes Vence, Presidente del Colexio Oficial de Farmacéuticos de Ourense

En diciembre se conmemora el Día Internacional contra la Soledad no Deseada, una fecha que invita a reflexionar sobre una realidad social que crece cada vez más y afecta a numerosas personas en todo el mundo. En Ourense, una provincia marcada por el envejecimiento poblacional y la dispersión geográfica, esta problemática adquiere una relevancia aún mayor.

Vivimos en un territorio donde muchos municipios cuentan con personas mayores que, en muchas ocasiones, residen solas y relativamente aisladas en zonas rurales. En este contexto, la soledad no deseada se convierte en un desafiante reto al que hacer frente.

Las transformaciones estructurales que vive nuestra sociedad —familias menos numerosas, ritmos de vida acelerados, vínculos más frágiles y relaciones cada vez menos presenciales— han intensificado esta situación de vulnerabilidad. Tradicionalmente se ha asociado la soledad no deseada a las personas mayores. En este sentido, un reciente estudio del IGE señala que cuatro de cada diez gallegos que la padecen superan los 65 años. En Galicia, la soledad no deseada afecta a 92.800 personas según la estadística oficial.

Sin embargo, esta realidad se extiende también a población de menor edad. Entre los 16 y los 19 años se incremento un 10% en el último lustro y repuntó hasta un 19%, en el mismo período de tiempo, entre los 30 y los 44 años. Junto a esto, el estudio del IGE refleja que, en general, en Galicia las mujeres cargan mayoritariamente con este sentimiento de abandono y representan un 61% del total.

Un actor de extraordinario valor

Ante esta realidad creciente, la red de farmacias de España —y especialmente la de Ourense— se ha convertido en un actor de extraordinario valor. La farmacia comunitaria es, en muchos casos, el servicio sanitario más cercano, accesible y estable en los municipios pequeños. Es un espacio donde la relación de confianza es cotidiana y donde el contacto humano forma parte inherente de la atención sanitaria. Por ello, la farmacia se ha consolidado como un verdadero timbre de alarma, capaz de detectar señales de aislamiento, identificar cambios en los hábitos de los pacientes y activar mecanismos de apoyo.

Consciente de este papel, el Consejo General de Colegios Farmacéuticos ha firmado un convenio con el IMSERSO para la creación de la Red de Farmacias contra la Soledad No Deseada. Esta iniciativa impulsa, en el ámbito nacional, formación específica para profesionales, elaboración de guías de actuación y puesta en marcha de campañas informativas dirigidas a la población.

En Ourense, el papel de la farmacia en este ámbito es especialmente valioso. La escucha activa, el consejo farmacéutico y la orientación hacia los recursos sociales disponibles pueden marcar una diferencia real en la vida de quienes se sienten solos. La farmacia ourensana quiere ser parte de la solución y constituir un punto de apoyo y un espacio de confianza para combatir la soledad no deseada.

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