La fe que ilumina Os Milagros
Religiosidad popular
Las velas de la fe iluminan el Monte Medo en la última noche de la Novena. Miles de devotos se unen en el emotivo Rosario de las Antorchas para honrar a la Virgen. Hoy se celebra el día grande con las tradicionales misas solemnes.
En el santuario de Os Milagros refulgía anoche un mar de luces. Eran las luminarias de la fe sostenidas por miles de fieles. Se dieron cita en lo alto del Monte Medo para ver la imagen de su patrona en la procesión del Rosario de las Antorchas. Fue la última velada de la Novena, que este año llevaba por lema “Con María levantémonos y caminemos”.
Cada misterio del rosario fue un murmullo devoto a Nosa Señora dos Milagros, amorosamente arraigada a la religiosidad de los ourensanos desde los albores del siglo XVIII. Un fervor sereno animaba los rostros de mayores y jóvenes, demostrando estos últimos que la adoración mariana se fortalece en el corazón de las nuevas generaciones.
A las 23,00 horas, el rector del santuario saludó a los fieles congregados y dio inicio el rezo del Rosario. Un instante especialmente emotivo fue la alzada de las velas para felicitar a la Virgen tras recorrer los alrededores del santuario. Fue la ocasión para dirigir a ella las plegarias personales y familiares para un futuro próximo, pródigo en salud y armonía, de cara a los desafíos de un mundo cambiante y a menudo hostil. No solo fue esta una rogativa por los anhelos, sino una oportunidad para dar gracias por los dones y bendiciones concedidas. Allí se oía indistintamente: “Feliz cumpleaños, Madre nuestra”, “Feliz día, Reina del Cielo”, “Bendita seas, Virgen de los Milagros”.
A medida que el rosario progresaba, el silencio se hacía más intenso, solo roto por el suave crepitar de las velas y el eco de las avemarías. La liturgia se sentía más viva que nunca, no como un rito estático, sino como una experiencia compartida, un diálogo íntimo y personal con la Madre de Dios en el que participaron feligreses de toda Galicia.
La luz de las velas no solo iluminaba el camino, sino que parecía disipar las sombras del desánimo y la duda. A las doce de la noche, las campanas del santuario repicaron al unísono. Su sonido, un clamor festivo que rompió el silencio de la noche, anunció el nacimiento de la Virgen María.
La presencia de las autoridades, no fue solo protocolaria, sino que reflejó la importancia de esta celebración para la diócesis. Son ellos los guías de la fe, los custodios de una tradición secular. Se les vio bendiciendo a los fieles, compartiendo el rezo. En el rostro de José Manuel Villar, rector del santuario, se vislumbró el orgullo y la emoción de presenciar una fe tan palpable y ferviente en el tejido popular.
Hoy, el gran día
Tras el multitudinario Rosario de las Antorchas de la pasada noche, el santuario de Os Milagros vive hoy su día grande. Habrá misas a las 7,30, 8,30, 10,00 y 11,00 horas. El punto álgido de la jornada llegará a mediodía, con la misa solemne.
Tras la homilía, tendrá lugar el acto central del día, la tradicional procesión, que recorrerá los alrededores del templo con miles de devotos acompañando la imagen de la Virxe dos Milagros. Por la tarde, continuará la afluencia de feligreses para participar en las misas a las 17,30, 19,00 y 20,30 horas. El programa religioso de la jornada finalizará con el rezo del Rosario a las 21,00 horas. Así concluirá una de las citas religiosas de mayor importancia social y cultural.
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