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El verano no le ha sentado bien al Jardín del Posío. El emblemático espacio ourensano llegó a la época estival entre protestas y advertencias de distintos colectivos por la tala indiscriminada de ejemplares a causa de las obras que se están realizando en la instalación, protestas que culminaron con una cadena humana rodeando el jardín. La respuesta del Concello fue cubrir las verjas del Posío con una malla plástica para que no pudiera verse lo que ocurre en su interior.
Cuatro meses después, la sed parece haberse adueñado del espacio. El tiempo ha ido abriendo grietas en la malla, y el paisaje que muestra dista mucho de parecerse al espacio donde los mayores se sentaban a la sombra, y los niños jugaban a causa de la esacsez de riego que sufren los ejemplares que quedan en pie.
“Madre de Dios, cómo está esto”, exclama una ourensana tras asomarse por una de estas grietas en la malla verde. Y es que las obras de acondicionamiento que arrancaron el pasado febrero están dejando una cicatriz en el antiguo jardín botánico que puede resultar irreparable.
“Se ven diferentes, apagados, muy tristones”
Fuera de la zona principal de obras, el marrón está empezando a sustituir al verde. No solo por el lecho de hojas secas que se ha asentado sobre los parterres, sino porque varios de los arbustos y árboles que proporcionan sombra está empezando a secarse debido a la falta de riego. La desconexión del sistema de irrigación del que disponía el jardín, unido a un verano de temperaturas extremas y falta de lluvia están haciendo mella en el que debería ser uno de los futuros refugios climáticos de la ciudad.
“Al menos aún se ven los árboles, que decían que los iban a cortar”, cuenta la responsable de un quiosco de los alrededores. “Se ven diferentes, apagados, muy tristones”. Una postura que se comparte en la cafetería “2 Arcos”, donde el sentir general es que “algo máis poderíano coidar”, en palabras de uno de los parroquianos habituales, testigo de la falta de cuidados con el paso de los días.
Otra derivada del cierre del Jardín del Posío es el daño que se le ha hecho a los negocios de la zona, especialmente en los instalados en la calle Coruña. “Se ha notado mucho, la gente cruzaba el parque y se sentaba por aquí, ahora tienen que dar toda la vuelta y no vienen tanto”, explica la responsable de la cafetería “2 Arcos”.
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