COCINERO OURENSANO
Reencuentro con los sabores de Galicia en el corazón de Suiza
LABOR DE 40 AÑOS
José María Lozano tiene acento madrileño, pero recalca su identidad gallega. En la web, las reseñas sobre su trabajo son teselas del gran mosaico de prestigio que este ourensano ha concebido alrededor del mundo. Lozano es un lutier capaz de otorgarle las más conmovedoras formas al sonido. En el barrio de El Viso, en pleno Chamartín, radica su taller.
La ubicación del local está orientado en sentido noroeste. “Cuando se pone el sol, Galicia siempre está presente”. La jornada empieza a las 12 del mediodía. Jose María reproduce música. Hasta concluida su labor, cerca de las 12:30 de la noche “porque me lo pide el cuerpo”, la música no dejará de sonar. Se prepara un café, “es un ritual”, señala. Luego, revisa correos electrónicos, atiende llamadas y, desperezado por el efecto del café, inicia su quehacer. “Trabajo en una soledad invaluable”, comenta.
Nació en 1955 en su casa “como se hacía antiguamente”, en la calle Curros Enríquez, recuerda: “Al lado del portal estaba el histórico cine Avenida. Vivía con mis padres y dos hermanas en un primer piso con escaleras y suelo de madera”. Su infancia ourensana está ligada a la gastronomía casera: “Mi madre, en la típica cocina de hierro fundido de leña, preparaba empanadas, lacón con grelos, pulpo á feira, pimientos de Padrón. Tantas delicias son inolvidables. Era una artista en todos los sentidos. Me enseñó a conocer el pescado, la carne y el marisco, hasta convertirme en un afortunado sibarita”. Acerca de Ourense, donde vivió hasta los 7 años, considera que, hay pasajes de la ciudad que continuamente lo persiguen. “Las salidas al colegio con mis hermanas, la construcción de la torre, el camino que recorríamos en verano para bañarnos en el Miño. La Navidad. Los carnavales. El orballo... son demasiadas vivencias para enumerar”.
“Tuve que estudiar libros de lutería, química, alquimia. Manuscritos de los siglos XII al XVII sobre arte”
Graduado como psicólogo, a los 30 años trabajaba en una agencia de publicidad. En agosto de 1985, “harto de ese mundo, tomé la decisión que cambió mi vida. Dejé mi trabajo y comencé una nueva profesión: lutier”.
Lozano buscaba aplacar su inquietud. Tres años antes en Madrid, conoció al guitarrero cubano Maestro Evelio Domínguez, “quien me introdujo, con su arte y humanidad, en el mundo de las maderas y guitarras”. Pero enrumbar hacia este universo conllevaba grandes desafíos. “Tuve que estudiar libros de lutería, química, alquimia. Manuscritos de los siglos XII al XVII sobre arte”. Tal vez intentar abarcar demasiado en conocimientos fue un error de entusiasmo mal calculado. “Sufrí en el aprendizaje, con desvelos incluidos”. Sin embargo, está satisfecho con lo logrado. “Si volviera a nacer, tomaría el mismo camino”.
La ciudad italiana de Cremona fue capital para su aprendizaje en ciernes. “Viajé por primera vez en 1985. Quedé gratamente sorprendido por la cantidad de lutiers que había”. Estas visitas sirvieron para adquirir herramientas y materiales para la construcción y restauración de violines. Pero quiso extender la creación de instrumentos a un elemento de gran relevancia: los barnices. “Deseaba cerrar el círculo de mi formación y empecé a hacer barnices y tratamientos de estabilización para la madera e influí en los lutiers cremoneses en el cambio de barnices y sus técnicas de aplicación. En el 2000 fundé una empresa de barnices llamada Old Wood y expuse mis productos en una famosa feria del sector llamada Mondomusica. Estuve inmerso en esta actividad durante once años y mi empresa se volvió referente mundial en el sector. Estos llegaron a decenas de países y gracias mis productos se han construido grandes instrumentos”.
“En 1989 me trajeron por primera vez un violín Stradivari. Después de esta experiencia, la vida siguió con un poco más de conocimiento”
En Cremona, cuna del famoso lutier Antonio Stradivari, José María estableció un vínculo que ha repercutido de manera significativa en su labor. “En 1989 me trajeron por primera vez un violín Stradivari. Después de esta experiencia, la vida siguió con un poco más de conocimiento”. Aunque su humildad parezca una puntual virtud, es inevitable señalar que, por su especialización en estos instrumentos, en 2024 recibió una llamada de Patrimonio Nacional, con la propuesta de realizar el mantenimiento y conservación del Cuarteto Palatino de Stradivari, más un cello bautizado: 1700, que se encuentran en el Palacio Real. “Accedí y llevé a buen término varios servicios”. Pero la extrema rigurosidad de protocolos de manejo y custodia de los instrumentos, además de insufribles trámites burocráticos, terminaron por cansarlo. “Era demasiado para un empresario como yo, políticamente incorrecto. No podía estar luchando, cual Quijote, contra molinos de viento”, puntualiza.
“Tuve el privilegio de recibir más de cuarenta alumnos de varios países que decidieron complementar su formación conmigo”
Comunicar ha sido para José María una de sus labores más gratas. Universidades de América, Europa y China fueron sedes de sus conferencias magistrales. “Me interesa mostrarle al oyente que puede estar capacitado para hacer buenos violines. Inculcarle que, mediante el estudio, disciplina y práctica, el miedo al fracaso desaparece”. Pero el oficio socrático de volverse un partero de almas también formó parte de su trabajo. “Tuve el privilegio de recibir más de cuarenta alumnos de varios países que decidieron complementar su formación conmigo. Pero hace quince años, tomé la decisión de trabajar solo. Ahora tengo más tiempo de centrarme en mis aventuras profesionales”.
Aunque no recuerda con certeza cuántos instrumentos ha creado, de forma somera calcula unos “40 violines, 12 violas y 8 violonchelos”. Con cientos de restauraciones ejecutadas, la complejidad en cada intervención está presente. “Me han llegado instrumentos de mucho valor, pero completamente desahuciados y debí aplicar técnicas tradicionales o innovar. Lo aparentemente simple puede ser un laberinto. Pero la luz, y el sonido, siempre encuentran la salida”.
Creado hace 6 años, el Faster Sound Systems es un sistema que Lozano fue desarrollando y mejorando sus prestaciones de manera gradual. Ya consolidado, este sistema ha beneficiado a renombrados músicos como el violonchelista japonés Yo-Yo Ma o intérpretes de las orquestas sinfónicas de Londres, París o Berlín. “Está compuesto por diferentes accesorios acústicos, además de una línea cosmética”. Alcanzar esta repercusión en el mercado musical “requirió muchísimo esfuerzo y una gran inversión. Desde que se creó el violín, este es el único invento que ha contribuido al aumento significativo de sus características acústicas”.
Saberlo autor de semejantes logros, deja ver al creador que no reconoce la conformidad. Sobre ello, apunta volviendo a sus orígenes ourensanos: “Mis padres son mi gran referente. La dedicación de mi padre en su trabajo y la fuerza artística de mi madre contribuyeron en ello. También es justo mencionar la ayuda, confianza y paciencia de mi mujer en todos estos años”.
“Todos mis instrumentos llevan en su etiqueta interior un nombre gallego”
Habitar fuera de Ourense influyó para que sus creaciones fueran una extensión de su origen. “Todos mis instrumentos llevan en su etiqueta interior un nombre gallego: Miño, Outeiro, etc. Siempre algo que recuerde a mi tierra”. Sin embargo, el maestro lutier manifiesta que “hace años que no voy a Ourense. Cuando viajo de vacaciones a la ría de Arousa, dejo de lado la ciudad en la autovía. Siempre me aflora la morriña”. Realizar un bojeo a la trayectoria vital de Josó María Lozano supone hacer un pacto con la mesura. Aunque, resulta llamativo que este ilustre ourensano personifique el pasaje bíblico de no ser profeta en tierra propia. “En cuarenta años, hasta ahora, ningún medio gallego se había interesado por mi labor”, asegura categórico.
El sol va en poniente, José María Lozano repara en el naranja crepuscular que abarca su taller. El astro en fuga desliza al lutier hacia un cúmulo de nostalgias. Tal vez, el viaje de regreso a la semilla ocurra durante un movimiento acompasado, como el del arco de un violín
Contenido patrocinado
También te puede interesar
COCINERO OURENSANO
Reencuentro con los sabores de Galicia en el corazón de Suiza
EDUCACIÓN EN OURENSE
Uno de cada tres alumnos de ESO pasan de curso con suspensos
Lo último
PLANES EN OURENSE
Agenda | ¿Qué hacer en Ourense hoy, martes 9 de diciembre?
ESQUELAS DE OURENSE
Las esquelas de este martes, 9 de diciembre, en Ourense