Luis Manuel Cuña: “El papa nunca te hacía sentir inferior”

La Orden de Malta, cuyos miembros son popularmente conocidos como “Caballeros Hospitalarios”, es una de las instituciones más antiguas de la Iglesia Católica, y guarda con el difunto papa Francisco una especial relación, pues el pontífice se ocupó en 2022 de una reelaboración de su Constitución y Funciones.

Un año después, el mismo Francisco nombraba prelado (cabeza de todos los sacerdotes y miembros consagrados de la orden) al ourensano Luis Manuel Cuña, que entonces desempeñaba las funciones de responsable de Patrimonio de la diócesis, avalado por dos décadas de experiencia en los archivos vaticanos.

Cuña recordaba aquellos días de diciembre de 2023, cuando recibió la noticia de su nombramiento. “Fue totalmente inesperado”, confesaba. “Cuando estaba acabando una visita a la exposición de belenes del obispado, llamaron a mi teléfono y me comunicaron que el Santo Padre (Francisco) me acababa de nombrar prelado de la Orden de Malta. Entonces solo pude contestar que no creía ser la persona adecuada. Mi interlocutos me contestó: ‘sí, si lo es. El Santo Padre confía en usted’. Tuve incluso que facilitarle el teléfono del obispo para que se lo comunicaran”, recuerda el prelado con cariño. El secreto de su nombramiento permaneció entre él y Leonardo Lemos, obispo de la diócesis, hasta el 21 de diciembre, cuando se hizo oficial.

Ánimos y fuerzas

Las nuevas funciones del antiguo canónigo de la catedral de Ourense le llevaron a mantener una relación estrecha con el pontífice, de quien recuerda siempre su trato cercano. “Cuando nos volvimos a ver tras mi nombramiento, iba acompañado del Gran Maestre de la orden, quien le agradeció mi nombramiento”. En aquél primer encuentro “me agarró por los brazos y me dijo ‘adelante, ánimo’. Nunca me hizo sentir inferior a él, o se mostró hierático contigo. Al contrario, a su lado eras uno más”, rememora Luis Manuel Cuña.

Desde ese momento, “fueron varios los encuentros. La orden, al ser soberana, tiene embajadores den 120 países, y eso da mucho trabajo. Francisco se preocupó mucho por la reforma de la Orden de Malta, y que los cambios que propuso se implantaran. Tenemos una deuda de gratitud muy grande con el papa”, asegura el prelado.

San Juan

La última vez que Luis Manuel Cuña coincidió con el pontífice fue a comienzos del verano pasado. “Nuestra última conversación fue en junio por la festividad de San Juan, que es el patrón de la orden. Entonces compartimos una cena con él los integrantes del Capítulo General -el órgano de gobierno de la institución-, donde repasamos varios proyectos que quería poner en marcha”, relata Cuña.

Fue en el transcurso de aquella cena cuando Francisco, tras preguntar por la diócesis de origen de Cuña, le recitó el famoso poema de “Tres cosas hay en Ourense que no las hay en España…”. El prelado de la orden maltesa comenta que “me quedé alucinado y solo pude preguntarle ¿cómo lo sabe usted?”. Una pregunta que nunca tendrá respuesta, pues en aquella ocasión, el pontífice argentino no quiso revelárselo. “Ahora nunca podré saberlo”, dice con cariño Luis Manuel Cuña, “así que tendré que mortificar un poco la curiosidad.

“Tenía un trato muy cercano, muy afectuoso” comenta monseñor Rodríguez Carballo

Don José Rodríguez Carballo, natural de Lodoselo, miembro de la orden franciscana, y actual arzobispo de Mérdia-Badajoz, recordó al papa Francisco como una figura “con mucha cercanía. Hablábamos dos veces por semana, y me recibía cada 15 días. Era de un trato muy fraterno, y muy afectuoso”.

La cercanía de monseñor Rodríguez Carballo con el pontífice se dio a raíz de su nombramiento como responsable de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada, órgano de la Iglesia católica que se ocupa de todo lo relacionado con el sacerdocio y otras formas de vida consagrada. “Francisco amaba la vida consagrada, y le dolían profundamente algunos rostros que la dañaban”, sigue relatando el franciscano, quien “como hijo de la Iglesia, quiero manifestar mi profundo dolor por la muerte de un papa grande. Grande por su humanidad, un alma profundamente espiritual y profundamente creyente”. Para Rodríguez Carballo, el fallecido pontífice resultó ser “un verdadero padre, hermano, maestro y amigo”.

Respecto al pontificado de Francisco, monseñor Rodríguez Carballo cree que se ha caracterizado por “la vuelta a lo esencial, que son pocas cosas, pero sin las cuales el Evangelio pierde su esencia de ‘buena noticia’. Y un elemento esencial es la cercanía, que no nos sintamos un grupo de privilegiados”.

Francisco López sintió que el papa “fue muy cercano a las familias”

El vicario para los Laicos de la diócesis de Ourense, Francisco López, lamentó el fallecimiento del papa Francisco expresando que “pese a que éramos conscientes de su delicado estado de salud, parecía que había superado su dolencia. Es una noticia que nos pilla a todos por sorpresa”.

Rermemorando la continua implicación que el pontífice buscó de la parte laica de la Iglesia durante los años que estuvo al frente de la Santa Sede, López destacó que “tuvo una forma distinta de hacer las cosa en muchos ámbitos, por su cercanía siempre al pueblo, y estar pendiente de aspectos como la ecología, la inmigración, los pobres y los niños”. También hizo hincapié en el hecho que, al igual que sus predecesores -Juan Pablo II y Benedicto XVI- “estaba muy preocupado por los matrimonios rotos y las familias. Sus escritos llamando a cuidar la casa común reflejan su pensamiento. También insistió mucho en el cuidado del Medio Ambiente y logró que muchos jóvenes se interesaran por el voluntariado”.

En lo que respecta a su legado, el vicario llamaba a los fieles a “preservar el trabajo común y mantener una Iglesia de puertas abiertas donde quepan todos, como indicó en la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa”, añadiendo que “fue el perfil que necesitó la Iglesia en este momento de su historia”.