Milagros, azafata ourensana, salvó la vida a un niño de dos años en pleno vuelo: "Estaba muy nerviosa"

"LO QUE HAS HECHO HOY NO TIENE PRECIO"

Un niño de dos años dejó de respirar a causa de un atragantamiento cuando iba en un avión con destino Londres, pero la maniobra de la azafata ourensana Milagros Lorenzo le salvó la vida. “Eres una heroína”, le dijo el comandante.

La azafata ourensana Milagros Lorenzo Lossi, quien con su actuación logró salvar la vida de un niño de dos años.
La azafata ourensana Milagros Lorenzo Lossi, quien con su actuación logró salvar la vida de un niño de dos años.

Sus padres le pusieron cuando nació el nombre de Milagros y 24 años después esa decisión parece tratarse de una profecía que se acabó cumpliendo. Milagros Lorenzo Lossio, originaria de Barbantes-Estación (Cenlle), demostró una gran capacidad de reacción al salvar, en su tercer vuelo como azafata, tras conseguir entrar en la prestigiosa compañía Emirates, la vida de un niño de apenas dos años.

El vuelo partió de Dubai con destino Londres la pasada semana. Al poco de despegar, los pasajeros recibieron la primera comida y posteriormente Milagros Lorenzo escuchó como la madre de un niño de dos años, quien iba acompañado también de su hermano, le estaba dando golpes en la espalda mientras él tosía.

"Ya no se escuchaba que apenas respirase y la madre entró en pánico y empezó a llorar", recuerda Milagros

Ella se acercó y también le dio toques en la espalda al pequeño para ayudar. “Llegó un punto en que el niño se empezó a tocar la garganta con las dos manos y a hacer ruidos de que no le entraba el aire. Le volví a dar más fuerte en la espalda para ver si así paraba, pero fue a peor y ya no se escuchaba que apenas respirase y la madre entró en pánico y empezó a llorar”, recuerda Milagros Lorenzo.

La rapidez de la actuación, clave

En ese momento, pensó en pedir ayuda a sus compañeros, pero miró para ambos lados de la cabina y no había nadie. Pensó también en acercarse al gali, que es el área de cocina del avión, pero lo descartó porque la situación era urgente y no podía perder tiempo, había que actuar ya para salvarle la vida.

“Sin pensarlo lo agarré, lo saqué del asiento, él ya no respiraba, y mis manos actuaron antes que mi cabeza. Lo que nos enseñan es que cuando es un niño tienes que poner el brazo en el medio de su cuerpo, ponerlo boca abajo y agarrarle de la parte del cuello con la mano, inclinar el brazo izquierdo hacia abajo y luego darle golpes entre lo que serían las escápulas”, explica Milagros Lorenzo.

En su mente pensaba continuamente en hacer todo lo posible hasta que llegase más ayuda. Su actuación fue clave y gracias a la maniobra que realizó salió la comida que le causaba el atragantamiento y tras ello lo colocó en el pecho y empezó a calmarlo. Mientras, la madre no paraba de llorar preocupada por la vida de su hijo y le agradeció a Milagros de todas las formas posibles su intervención. “Yo estaba muy nerviosa y agitada, parecía que acababa de correr una maratón”, indica la azafata ourensana.

Resto de pasajeros

“El comandante me dio la mano y me dijo: ‘Eres una heroína, lo que has hecho hoy no tiene precio"

Entre tanto, los pasajeros estaban todos observando la situación asustados, ya que temían por la vida del menor. Una de ellas cogió de la mano a Milagros Lorenzo y entre lágrimas le dio las gracias. También se quedaron impresionados sus supervisores, no solo por su actuación, sino porque fuese capaz de llevarla a cabo con su poca experiencia en su trabajo como azafata, ya que este era su tercer vuelo. “El comandante me dio la mano y me dijo: ‘Eres una heroína, lo que has hecho hoy no tiene precio’. En ese momento las emociones son fuertes”, explica.

En su exitosa actuación fue fundamental la amplia formación sobre primeros auxilios que recibió en la academia de azafatas Air Hostess de A Coruña. “Cuando me pongo a pensar y digo, pues es que estuvimos meses y meses practicando y al final toda la formación es importante”, asegura.

Este imprevisto médico no suele ser normal en un avión. Normalmente, quienes sufren este tipo de problemas son personas adultas y el procedimiento es distinto para ambos, por lo que, aunque todo el mundo tiene más o menos asentado qué hay que hacer si se atraganta una persona, pocos saben cómo reaccionar cuando esta es de corta edad. “Mi instinto me decía que lo cogiese, que cuando lo tuviese en mis manos sabría qué hacer”, señala Milagros.

Días después de lo sucedido, se siente muy reconfortada por la importancia de su actuación. “Te das cuenta de que no todos en su vida tienen la oportunidad de salvar a alguien y sobre todo a un niño. Es algo precioso”, confiesa.

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