La oposición del Concello de Ourense da oxígeno para rebajar la millonaria deuda

gestión "negligente"

La oposición acusa al alcalde de gestión “negligente” y “caótica” mientras este culpa a funcionarios

Pleno ordinario del Concello de Ourense, ayer.
Pleno ordinario del Concello de Ourense, ayer. | Xesús Fariñas

El pleno ordinario del Concello de Ourense celebrado ayer se convirtió en un examen a la caótica salud financiera del gobierno local. La oposición volvió a salir al rescate del gobierno municipal para pagar los pufos. Sobre la mesa, dos modificaciones de crédito que sumaban algo más de seis millones de euros para intentar saldar una ínfima parte de la millonaria deuda con proveedores en facturas con tramitación irregular -cuenta 413-.

La medida salió adelante por la abstención “responsable”, según la definieron, de Partido Popular y PSOE. El BNG fue el único grupo que se opuso frontalmente, recordando lo que decía Jácome cuando estaba en la oposición y se negaba a apoyar las inyecciones de crédito para pagar las facturas en el “caixón de xastre”, es decir, la cuenta 413 en la que se acumulan las facturas emitidas sin crédito presupuestario. Su evolución es alarmante, como puso de manifiesto el popular Jorge Pumar. De los 9 millones registrados en 2022 se pasó a 16 millones en 2023, duplicándose la cifra en apenas doce meses hasta alcanzar lo que la oposición calificó de “máximo histórico” en 2024 con casi 31 millones.

Toda la oposición hizo el mismo diagnóstico, lamentando que el Concello no pague sus facturas más básicas. Entre los pagos pendientes que se intentarán saldar con este crédito habilitado ayer por la oposición se encuentran servicios tan simbólicos como las castañas del magosto de 2024, la totalidad del alumbrado público del año pasado o la factura de las fiestas de San Francisco del año pasado, justo cuando las de la edición de este año comenzaban ayer por la noche, un ejemplo paradigmático de la controvertida gestión.

El concejal del PP Jorge Pumar acusó al gobierno local de una “negligencia” sin precedentes, afeando que se aprobara un presupuesto para 2025 “que ya nace con partidas en negativo”. Justificó la abstención de su grupo para no castigar a terceros: “Las empresas ourensanas no tienen la culpa de la negligencia de este Concello y necesitan cobrar”.

Fue dura también la socialista María Fernández, quien calificó la gestión de “profundamente neglixente”. “Como se poden ter 145 millóns de euros de remanente no banco e ser incapaz de pagar a luz, os autobuses, as festas e mesmo os salarios completos dos funcionarios?”, se preguntó. Fernández expuso los casos más sangrantes, como la existencia de más de 5.000 euros en ayudas de emergencia social bloqueadas “desde novembro de 2024”, y acusó directamente al alcalde: “Non sabes xestionar e só estás tecendo a túa rede clientelar”.

El golpe definitivo llegó al final de su intervención, cuando desveló que el Concello está, de facto, “embargado” por Hacienda, al verse obligado a adherirse al mecanismo estatal de pago a proveedores por su reiterado incumplimiento de los plazos.

Por su parte, Rhut Reza, del BNG, tiró de hemeroteca para subrayar la incoherencia del alcalde. Lo tildó de “inútil ao cadrado”, recordando que el propio Jácome llamaba “inútil” a su predecesor, Jesús Vázquez, cuando este acumulaba “solo” seis millones de euros en facturas pendientes, una quinta parte del desajuste actual.

Autocrítica cero

Fiel a su guion y ajeno a las críticas, el alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, se defendió presumiendo de que Ourense es “el ayuntamiento más saneado de España”. Obvió, sin embargo, que esa afirmación se refiere exclusivamente a la deuda bancaria, que es casi “cero” gracias a la amortización completada por el último gobierno del PP.

Ante la evidencia de la deuda comercial, recurrió a su argumento habitual. La culpa, dijo, es de que el Concello está “oxidado” por el funcionariado, la misma justificación que emplea desde su llegada al cargo hace ya seis años.

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