Un recorrido por los usos del recinto universitario de Ourense: el hospital provincial, un hogar infantil o una capilla

Los edificios de antaño que perduran en el recinto del Campus Universitario de Ourense podrían contar su historia. Con un orden incierto, los pabellones que sobreviven a las distintas modificaciones que ha sufrido el conjunto arquitectónico del llamado "recinto del hospital provincial" se codean con las nuevas construcciones, -quizá no muy alineadas unas con otras-, cada una con la impronta de su arquitecto y levantándose sobre una parcela ajardinada que en su origen sí tuvo una uniformidad y equilibrio. Así lo proyectaron los arquitectos Joaquín Rojí López Calvo  (Valladolid, 1878 - Madrid, 1932), arquitecto provincial y autor del Palacio de Amboage en Madrid, y Manuel Conde Fidalgo (Allariz, 1897 - Ourense, 1984) arquitecto municipal y autor, por ejemplo también, de la Plaza de Abastos de Ourense o de la Iglesia de Fátima. Un estilo de "construcción hospitalaria por pabellones" que también se puede apreciar en otros centros como el Psiquiátrico de Conxo, el Nicolás Peña de Vigo, el sanatorio de Oza, o el viejo hospital psiquiátrico de Castro Ribas de Lea, en Castro de Rei.

En este solar ubicado en la salida de Ourense hacia A Lonia, fue en 1910 cuando se puso la primera piedra del Hospital de Beneficencia, que posteriormente se convertiría en el Hospital Provincial (1931-1979), también conocido como Hospital Modelo u Hospital Provincial de As Lagoas. 

Se planificó con un presupuesto inicial de 823 mil pesetas, y tuvieron que pasar 21 años hasta que el hospital se pudo inaugurar. Dos décadas de dificultades financieras, modificaciones en el trazado, impagos a los contratistas a lo que también se sumaron algunas huelgas. Las complicaciones se sucedieron e incluso el Ayuntamiento y la Diputación de Ourense, promotoras del proyecto, trataron de cederlo al Ministerio de Guerra hasta en dos ocasiones, en 1916 y en 1920, propuestas que fueron rechazadas. Una coctelera de dificultades que pospusieron la entrada en funcionamiento del hospital hasta la década de los años 30.

En este recinto acotado por un gran muro de perpiaños de granito, aún presente, y una imponente puerta doble de hierro y una verja que lo reodeaba, elementos ahora inexistentes, se proyectaron un total de ocho pabellones. Su estilo arquitectónico era similar y moderno para la época, levantados con bloques muy horizontales, intercalando la piedra en sus fachadas con el reboque en blanco, con remates frontales en los que lucía una cruz hospitalaria y dinteles de piedra. Pasillos largos en su interior, techos altos y verticales ventanales mirando al verdor exterior. Todas las edificaciones guardaban una consonancia, no eran muy altas, de hasta dos plantas como máximo, y tenían usos diferenciados según la época.

El complejo supone un enclave esencial que permite conocer mejor la historia de la asistencia sanitaria en Ourense y su evolución. El hospital, como atención benéfica, dependía de la Diputación y coexistió con las incipientes infraestructuras del Instituto Nacinal de la Seguridad Social, el INSS, en los 60. De un modo u otro, como Beneficencia o Provincial, funcionó en As Lagoas casi cuatro décadas, hasta 1979. En este año la Diputación lo traslada a la calle Ramón Puga, sede que hoy en día ha dado lugar al CHUO.

Desde una capilla a un depósito de cadáveres

Entre los servicios allí destinados, destacar que entrando a la izquierda se encontraba una casa baja, conocida posteriormente como "el chalet", que cumplía las funciones de control de entrada y vigilancia de todas las instalaciones. Se convirtió durante décadas en la propia vivienda del Administrador del Hospital Provincial, mientras se mantuvo la actividad sanitaria, para posteriormente, en los últimos años, ser la sede de la Cruz Roja.

En el resto de edificios se repartía la actividad necesaria que dependía del Hospital Provincial de Ourense, como era un pabellón destinado a Medicina general, otro de Cirugía, el de Servicios, el pabellón de Infecciosos, una Enfermería en uno de los edificios más pequeños en los que posteriormente se ubicó un invernadero, una Capilla para oficios y hasta un depósito de cadáveres.

A todos estos pabellones de uso hospitalario, con consultas externas y también para enfermos internados, se sumaba un pabellón final, al fondo del todo de la parcela (ahora el conocido como "Edificio Politécnico"), en el que se ubicó durante años el Hospital Infantil San José, una casa de acogida de niños, internos y también en régimen abierto. Eran instalaciones para la atención de niños procedentes de familias que necesitaban apoyo puntual o menores en desamparo. En los primeros años de su existencia fue atendido por las Hermanas de la Caridad y, a medida que la atención a menores en acogida o incluidos en procesos de adopción se fue profesionalizando, la asistencia se asumió por un equipo técnico, con la colaboración también de las religiosas.

Pasear por sus caminos y jardines era un atractivo de esta zona sanitaria y residencial. En sus orígenes, se plantó una gran cantidad de árboles, algún ejemplar aún se puede ver hoy en día dando sombra ahora a la comunidad universitaria.

Ourensanos enfermos y heridos en el frente

Desde 1931 hasta 1940, con dificultades y distintos vaivenes, el complejo funcionó como Hospital de Beneficencia. Durante la Guerra Civil, Ourense recibió numerosos heridos trasladados durante la Guerra Civil, lo que desbordó la ocupación y se fueron habilitando otras dependencias. En aquel entonces, las 200 camas de que disponía el hospital se tuvieron que repartir entre la población enferma y los heridos en el frente.

Ya en 1969 fue cuando se contruyó la Residencia Sanitaria de Ourense Nosa Señora do Cristal, que pasó a convertirse en Complexo Hospitalario tras varias ampliaciones y la adscripción del Hospital Santa María Nai en 1993. La "sanidad ourensana moderna" echó a andar en unas instalaciones más actualizadas y ajustadas a las necesidades, ubicadas en Mariñamansa. Este cambio, y durante los años que tardó en desembarcar la actividad universitaria, se usarán los pabellones desocupados en As Lagoas para albergar el Conservatorio de Música, la Escuela de Artes y Oficios o el Servicio de Urgencias y la Cruz Roja, en donde muchos ourensanos cumplieron con la prestación social sustitutoria del servicio militar.

El Campus de Ourense, perteneciente a la Universidad de Vigo, fue haciéndose hueco poco a poco hasta ser hoy el protagonista de este lugar. Se derribaron algunos pabellones y muros en la zona conocida como Tras Hospital. Estas acciones permitieron planear y urbanizar de otro modo, abrir paso a lo que hoy es la Avenida Otero Pedrayo y conectar la Rúa Nova con la Avenida de Buenos Aires. Esta redefinición del recinto borró las huellas del que fue el Hogar Infantil San José, entre otros.

La Universidad empezó a desembarcar a partir del año 1989, trasladando algunas facultades y estudios desde la sede del Colegio Universitario, en la calle Progreso. Los cambios dejaron atrás el dinamismo hospitalario y se fue imprimiendo otro carácter y el bullicio estudiantil a las instalaciones, hasta convertirse con la Universidad en un área abierta al conocimiento y a toda la ciudad.