Renfe cumple cinco años sin restituir los servicios suprimidos con Valdeorras y Vigo

Primero fue la pandemia, luego la falta de trenes y por último las obras de Adif entre Ourense y Monforte. El caso es que Renfe lleva cinco años sin restituir cuatro trenes que tendrían que conectar la ciudad de As Burgas con Vigo y Valdeorras dejando unas frecuencias que incumplen de forma manifiesta su obligación de servicio público como operador en régimen de monopolio de las líneas de media distancia, regionales y cercanías.

Contrasta esta dejación por parte de Renfe en la principal arteria ferroviaria de la Galicia Sur, con la situación en otros corredores gallegos, como es el eje atlántico y, en general los servicios entre las ciudades de A Coruña y Santiago con el resto de Galicia. No solo han visto recuperados los trenes suprimidos durante la pandemia, sino que además cuentan con trenes comerciales a precio de media distancia en los que los usuarios de los bonos pueden viajar gratis, política que se le niega a los viajeros entre Ourense y Vigo. Los datos que ponen de manifiesto esa discriminación por parte de Renfe hacia el sur no pueden ser más escandalosos: mañana martes habrá 29 trenes entre Santiago y A Coruña en los que un usuario con bono puede viajar gratis, cuatro de ellos son o AVE o AVLO procedentes de Madrid que tienen la condición de trenes sinergiados, es decir, trenes que son de larga distancia y por tanto no son de servicio público pero en los que Renfe reserva un cupo de asientos para usuarios de media distancia con todos los beneficios que ello conlleva. Entre Ourense y Vigo, solo habrá dos trenes en todo el día, un regional y uno de media distancia.

De 12 horas a 12 minutos

La frecuencia de servicios de media distancia o regionales entre las dos grandes ciudades de la Galicia Sur es de uno cada doce horas: 10:05 de la mañana, con llegada a Vigo a las 12:05 y 22:05 de la noche con llegada a Vigo a las 23:46. Entre Santiago y A Coruña llega a haber tan solo una separación de doce minutos entre dos trenes, ambos de larga distancia, pero con asientos para media distancia. Un AVE que sale de Santiago a las 22:19 y un Alvia que lo hace a las 22:31.

A pesar de esta sangrante situación de agravio, Renfe no repone los cuatro trenes suprimidos en marzo de 2020 y no devueltos a los usuarios. Desde diferentes sectores se ha pedido a la administración que aplique el principio de igualdad y ofrezca a los viajeros de Ourense a Vigo billetes de media distancia en los cuatro de alta velocidad que proceden de Madrid como ocurre con los que van a Coruña. En este caso el operador público señaló ya en varias ocasiones que para llevar a cabo esa medida, previamente tiene que ser declarado de obligación de servicio público el itinerario sobre el que circula el tren, cosa que no sucede con la conexión entre Ourense y Vigo salvo por la línea del Miño. La presión política y ciudadana tiene que dirigirse hacia el Gobierno, como cuando se incluyeron los trayectos entre A Guiña y Ourense en los beneficios de los bonos gratuitos.

Pero el problema del corredor ferroviario del sur va más allá de la falta de conexiones entre las ciudades de Vigo y Ourense. Éstas contaban con ocho trenes diarios por sentido en enero de 2020. Pero al mismo tiempo, facilitaban las comunicaciones entre esas ciudades y comarcas como la del Ribeiro y Valdeorras que ahora han quedado prácticamente incomunicadas. En el caso de Valdeorras, pasó de seis a dos trenes por sentido con Ourense y Ribadavia de tres a uno y Barbantes de uno a ninguno. Además de la supresión de los servicios nocturnos a Barcelona y Madrid, aprovechando la excusa de la pandemia, no se han recuperado cuatro trenes que tenían la condición de servicio público en ese corredor: uno matinal con salida de Vigo a las 7:05 y paradas en Ribadavia, Barbantes, Ourense, A Rúa y O Barco, además de en otras estaciones intermedias con destino a Ponferrada y el inverso que salía de Ponferrada a las 18:36 con llegada a Ourense a las 21:00 y a Vigo a las 23:00 y paradas intermedias en la mayoría de las estaciones del recorrido. Y el diurno a Irún que salía de Vigo a las 9:16 que funcionaba como tren de media distancia entre esa ciudad y Ourense a la que llegaba a las 10:50 y tenía un tren de regreso con salida de Ourense a las 19:13 y llegada a Vigo a las 21:04.

Miles de habitantes viven en torno a ese corredor ferroviario entre Valdeorras, Ourense y Vigo, sin poder acceder a los mismos derechos que tienen los usuarios de otras líneas. Carecen de frecuencias que les permitan utilizar el tren como medio de transporte interurbano en un territorio en el que tampoco existen suficientes alternativas de servicio público por carretera como para garantizar su desplazamientos como estudiantes, trabajadores o como simples usuarios.

El tren que podría ser la solución para la movilidad se convirtió en problema

Mientras en otras zonas de Galicia y de España el tren se ha convertido en parte de la solución a los problemas de vivienda en las grandes ciudades al propiciar un trasvase de población hacia núcleos rurales y pequeñas localidades en un radio de menos de una hora de viaje, con la condición de que existan frecuencias que permitan llegar al centro de trabajo o de estudio con tiempo suficiente, Ourense y Vigo han quedado fuera de esa posibilidad porque la línea del Miño carece de un servicio ferroviario coherente con las necesidades de los usuarios.

En las últimas décadas Renfe lo ha ido acomodado a su conveniencia, no a la del viajero, destinando material viejo, un tren con casi cincuenta años de servicio y más lento, incumpliendo la obligación de reponer los trenes suprimidos consciente de que si disminuye todavía más el escaso número de usuarios que le quedan, tendrá una buena excusa para la supresión definitiva del único regional que todavía circula por esa línea.