En la sobremesa, ¿qué toca? Partida

TRADICIÓN DE GENERACIONES

Es una tradición que ha marcado a generaciones y que aún sigue manteniéndose, aunque no con la pujanza de hace años, en algunos bares y sociedades de la ciudad: la partida, sea de cartas (tute, mus,…) o de dominó.

Cartas a punto de ser depositadas sobre el tapete en una partida de tute en el bar Panchito.
Cartas a punto de ser depositadas sobre el tapete en una partida de tute en el bar Panchito. | G.G.

No hace tantos años, la gente no entendía una buena sobremesa, sobre todo de fin de semana, sin su correspondiente partida. Una realidad que se repetía por toda la geografía nacional, también en Ourense.

Serafín Villamarín, jubilado, es uno de los asiduos de las partidas del bar Panchito. “Empecé a jugar partidas a los 18 años, al tute y al subastado, que es el que más me gusta. El mus me quedé un año mirando y no aprendí”, reconoce. “Más o menos coincidimos siempre los mismos compañeros, se puede jugar de cuatro o de tres, y nos jugamos la consumición, o más, depende del tiempo que pases, que podemos estar un par de horas o tres, hasta las siete o así”, explica.

Él es jugador de cartas, pero también de dominó, “que es muy bueno para despejar la mente. No es como las cartas, que son habas contadas”.

Serafín añade que “la gente joven ya casi no juega, es una tradición que se fue perdiendo. Yo recuerdo la calle Greco, cinco bares y todos llenos de partidas, o la cafetería Rojo, que había hasta 10 partidas de dominó al tiempo. Yo jugué allí mucho, con el doctor Gallego. Ahora ya son contadas las partidas. Los jóvenes están ahora más interesados en el móvil”.

Villamarín destaca otro aspecto importante de la partida: “Ayuda a socializar. Con la partida haces amigos, porque no sólo juegas, hablas de los asuntos del día, de la vida del barrio…”.

Abel Gómez, también jubilado y uno de los impulsores “de la Sociedad Albor, en O Couto”, según subraya, es otro de los asiduos de la partida, que comparte con los amigos en la sede social de la calle Greco. Abel jugó en el CD Ourense de Bienzobas, “‘el glorioso’, tendría yo entonces 20 años o así”.

Recuerda que “cuando fundamos la sociedad, no había sitio donde jugar la partida, que estaban todas las mesas llenas en los bares”. Considera que “a partir de la pandemia, creo que se ha empezado a perder el interés por la partida”.

Abel Gómez
Abel Gómez

Savia Nueva

Javier Rey tiene 19 años y asegura que aún conserva la tradición de jugar a las cartas, “en la playa, con los amigos, o si quedamos en un bar, también con colegas. Me gusta la brisca, sobre todo, y también un juego que se llama el culo”.

Javier Rey
Javier Rey

Daniel Marcos Dacosta tiene unos pocos años menos, 14, pero también conserva el gusto por las partidas de cartas, aunque reconoce que “tampoco tiene que ser todos los días”, explica que “cuando voy al pueblo, con mis tíos y con mi familia, sí que jugamos a veces a las cartas y lo pasamos bien”.

Daniel Marcos Dacosta
Daniel Marcos Dacosta

Eso sí, las cartas son para la sobremesa, “después de comer y del postre, que es cuando jugamos alguna partida de cartas”, señala Dacosta. Miguel Prada , de 17 años, también mantiene viva la llama de la partida. “En el bar del pueblo, en Montederramo, nos juntamos los colegas, mientras se toma la cerveza, y jugamos a la brisca, al tute, a la escoba…”. Es la savia nueva de una tradición que aún aguanta.

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