El bar Redes, único superviviente en Quintela de Leirado: "Somos camareros, psicólogos, confesores..."

CASI 600 HABITANTES

El bar Redes es el único que sobrevive en Quintela de Leirado, provincia de Ourense, siendo el epicentro social de un pueblo de casi 600 habitantes. Al frente están Raúl Pérez y su mujer, Pili, quienes trabajan de lunes a lunes y sin apenas vacaciones para que el negocio siga adelante.

Publicado: 16 jun 2025 - 05:50 Actualizado: 16 jun 2025 - 11:48

Vecinos de Quintela jugando al dominó en el bar Redes.
Vecinos de Quintela jugando al dominó en el bar Redes. | Lucía Otero

Los bares son sin duda los lugares que permiten latir a un pueblo, sitios de encuentro donde se palpa a la perfección cómo son sus habitantes o las preocupaciones que tienen. Conversaciones con un café de por medio, partidas de cartas o reuniones para ver deporte son algunas de las actividades que convierten a los bares en el epicentro de la vida social. Por desgracia, estos negocios, que suelen ser familiares, están en peligro de extinción en el rural ourensano.

En Quintela de Leirado (594 habitantes), sus vecinos solo cuentan con un bar, el Redes. Al frente de él están Raúl Pérez y su mujer, Pili. “Somos camareros, psicólogos, confesores, só nos falta ser curas para dar o sacramento, porque facemos de todo”, explica Pérez. En su caso, esta aventura comenzó hace nueve años cuando tenían un pequeño supermercado, el cual aún mantienen a día de hoy, y los convencieron para montar el bar. “É un complemento para manternos aquí”, explica Pérez.

Antes en el municipio había otro, pero cerró, y al poco fue cuando montaron ellos el Redes, el cual se convirtió en una especie de bote salvavidas para la localidad que le permite seguir a flote. “Notábase moitísimo que cerrara aquel bar, esto desparecía”, cuenta.

“El rural se está quedando sin bares porque se está quedando sin gente y, sin clientes, no se sostienen”,

La situación de estos negocios en el rural se está convirtiendo en la pescadilla que se muerde la cola. Al final, la despoblación provoca que muchos cierren, pero es difícil mantener y atraer habitantes sin tener un bar. “El rural se está quedando sin bares porque se está quedando sin gente y, sin clientes, no se sostienen”, explica Pérez. En su opinión, sería muy interesante que los concellos ayudasen a mantener estos “puntos de reunión”. “É o centro social, o lugar onde se reúnen os veciños que hai e xogan as súas partidas de cartas, que ao final son máis unha reunión onde contan as súas batallas”, señala.

Falta de relevo

Otro de los problemas que van a tener estos negocios en el rural en el medio plazo es la falta de relevo generacional. “Case estou seguro que, cando nos retiremos nós, esto vai quedar sen bar, é moi difícil sosteñer un bar aquí con todos os gastos que supón e os poucos clientes que hai”, reflexiona Pérez. En su caso y en el de su mujer, trabajan para mantenerlo a flote más de diez horas cada día y abren de lunes a lunes, solo descansan los martes por la tarde. Las vacaciones son también muy escasas, solo una semana de relax cuando acaba el verano.

"Os bares no rural son moi necesarios porque son un centro social, onde todos nos reunimos"

“A xente debería ter máis en conta o que ten porque despois é tarde para lamentarse, pero si, os bares no rural son moi necesarios porque son un centro social, onde todos nos reunimos, nós somos como un cliente máis, eles cóntannos a súa vida e ao final nós temos cousas que contar. É un confesionario general”, añade Pérez.

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