Despliegue total de medios en la oleada de incendios en Ourense
CATÁSTROFE MEDIOAMBIENTAL
La provincia permanece en Situación 2 de alerta, lo que permite la intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y la agilización de recursos para frenar los fuegos que ya arrasan decenas de miles de hectáreas.
La provincia de Ourense vive uno de los episodios más graves de incendios forestales de los últimos años, con una decena de focos activos y ya con más de 31.000 de hectáreas arrasadas. La Xunta mantiene declarado el nivel de Situación 2 de alerta en toda la provincia, lo que ha permitido reforzar el despliegue de medios propios, sumar efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y coordinar actuaciones con otras administraciones. Todos los medios están desplegados.
El fuego más preocupante sigue siendo el de Chandrexa de Queixa, unido ya al de Parafita, que afecta a más de 11.000 hectáreas y que ha obligado a movilizar 22 técnicos, 103 agentes, 135 brigadas, 81 motobombas, 25 helicópteros y 17 aviones. También en Maceda, donde dos fuegos se unieron en un único frente, se han quemado ya unas 2.500 hectáreas. Otros focos de gran magnitud siguen activos en Oímbra-A Granxa y A Mezquita-A Esculqueira, con 8.000 hectáreas afectadas en cada caso, además de Larouco, Vilardevós y Vilariño de Conso.
La ola de calor y los vientos hacen un escenario extremo
Los trabajos de los equipos de extinción se desarrollan en condiciones meteorológicas muy adversas. Ourense sufre desde hace más de dos semanas una ola de calor intensa con temperaturas extremas y mínimas nocturnas muy altas que no facilitan ni siquiera acometer el fuego en horario nocturno. El viento también sopla y dificulta las tareas de extinción pese a estar todos los medios disponibles desplegados y estar acometiendo una actuación sin precedentes, tal como reconocen las autoridades.
Las intensas lluvias registradas justo antes de estos fuertes episodios de calor del verano han provocado que la vegetación esté más abundante y seca. Y en estas jornadas de fuego sin tregua, la ausencia de precipitaciones y vientos cambiantes que avivan las llamas y dificultan su control. Estas circunstancias obligan a redoblar esfuerzos, con turnos intensivos de brigadas, bomberos y voluntarios desplegados sobre el terreno y también un apoyo continuado de medios aéreos; así como la cooperación de unidades francesas y portuguesas en zonas fronterizas.
En un escenario hostil, la entrega de los equipos resulta clave: brigadistas, pilotos de helicópteros y aviones, agentes medioambientales, técnicos, motobombas y efectivos de la UME trabajan día y noche, sin descanso, en un despliegue que no tiene precedentes recientes en la provincia. Su esfuerzo sostenido, coordinado con las distintas administraciones, se convierte en la principal barrera para frenar el avance de unas llamas.
Evacuaciones, confinamientos y protección a los más vulnerables
La situación ha llevado a establecer confinamientos en varios núcleos habitados de Monterrei, Oímbra y Cualedro, y a evacuar a vecinos de Flariz (Monterrei). En Chandrexa de Queixa continúan los desalojos preventivos, mientras que 44 residentes de un centro de mayores en A Mezquita ya pudieron regresar a sus instalaciones.
Las administraciones insisten en que la prioridad inmediata es proteger a las personas mayores y dependientes, articulando planes de evacuación y realojo en colaboración con servicios sociales y emergencias. El despliegue de recursos en Ourense no tiene precedentes en los últimos años: a los equipos autonómicos se han sumado la UME, medios aéreos estatales y brigadas portuguesas.
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