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ESCASEZ DE CASTAÑA
Organizar el magosto en Ourense se ha convertido en un auténtico sudoku. El popular crucograma de números se aplica este año a una doble dificultad: por un lado, los ingredientes cotizan al alza con fuertes variaciones; por otro, la alta demanda obliga a una logística de “cita previa” que ya no se puede ignorar.
El primer reto ya no es solo el menú, sino la antelación. Establecido el número de comensales, el organizador se ve en la tesitura de realizar el pedido con previsión, puesto que muchos establecimientos llevan recibiendo encargos desde el comienzo de noviembre, convirtiendo la simple compra en una carrera.
El segundo reto es el coste de la cesta, empezando por la protagonista principal. La castaña, fruto clave, deja notar su escasez de esta temporada. El kilo se ha incrementado un euro respecto a 2024, y lo más común es tener que pagar en torno a cuatro euros, tanto en el mercado de abastos como en supermercados. A esto se añade que son “poucas e pequenas”, según lamenta una placera. Pese a ello, la demanda es tal que algunos comercios no dudan en pedir hasta 6,25 euros por el kilo.
Su acompañamiento tradicional, el chorizo, presenta las oscilaciones más fuertes. El chorizo rojo se puede encontrar en algún supermercado de la ciudad por 3,95 euros el kilo, aunque es más común que se pidan diez euros por la ristra completa. En el caso del criollo, la Plaza de Abastos ofrece la opción más asequible con siete euros el kilo, una cifra que se dispara hasta los 9,06 euros que puede costar en alguna gran superficie.
La sorpresa del “sudoku” la da la carne. Las costillas de cerdo, la otra gran protagonista, mantienen sus precios más estables e incluso bajan. Si en 2024 el ourensano destinaba 7,99 euros al producto, este año se puede encontrar por entre 6,95 y 7,45. De nuevo, el mercado de abastos presenta la opción más económica. En el extremo opuesto, de los derivados del cerdo, es la panceta el producto más costoso de la lista: su precio más común ronda los nueve euros el kilo, pero puede dispararse hasta los 15,36 euros en algún supermercado.
Remata el menú el pan y las empanadas, que este año oscilan entre los 4,15 y los 8 euros, según el tamaño y relleno de la pieza. La bolla de pan de Cea se mantiene estable en 3,35 euros, y las piezas grandes varían desde el euro hasta los 2,45 dependiendo del establecimiento de la ciudad que se consulte.
Con la lista de la compra cerrada, ¿a cuánto asciende la solución al sudoku? En una simulación para un grupo de diez personas, el coste por comensal solo en ingredientes básicos (castañas, carne, pan) y bebidas (vino, licores) se sitúa fácilmente en una horquilla de entre 9 y 10 euros por persona.
Este coste por el “hazlo tú mismo” explica el auge del magosto organizado. Un vistazo a las decenas de carteles que pueblan la provincia revela un abanico de opciones que soluciona el sudoku por el comensal. La oferta va desde los precios “políticos” o subvencionados, como el gratis total o los simbólicos 5 euros del “menú enxebre” (Empanada, costilla, chorizo, castañas, bica, pan, vino y café) hasta los magostos populares que se han convertido ya en auténticas fiestas gastronómicas.
El grueso de la oferta, el magosto popular, confirma esta tendencia. Aunque la horquilla es amplia, con menús muy completos por 12 euros (como en Baños de Molgas, con carne ó caldeiro y queimada) o 18 euros (en Sande con “churrasco completo” o en Castro de Beiro con “pulpo”), el precio medio de las asociaciones de vecinos se sitúa ya en torno a los 20 o 25 euros, como demuestran otras ofertas que por ese precio incluyen el menú completo, la fiesta y el servicio. El último escalón lo ponen las ofertas de restaurantes y casas rurales, que elevan la factura con menús gastronómicos de otoño hasta los 45 euros por comensal.
Y, sobre todo, estos carteles confirman la tesis de la “cita previa”: todos, sin excepción, exigen anotarse con antelación.
Esta fiebre por los encargos la confirma Emilio González, presidente de los placeros. “Estamos recibiendo muchos encargos. Sobre todo de costilla, chorizo, ingredientes de cocido y, por supuesto, castañas”. González también destaca la gran noticia de esta temporada, un fenómeno que da sentido a la tradición. “Este año tenemos un repunte de gente joven y nuevos clientes, que valoran sobre todo la calidad y el sabor que les ofrece un producto como el que pueden encontrar aquí”. Un año más, la plaza, concluye, se erige como lugar preferido de los magostos grupales. “Prácticamente hemos recibido encargos de todas las asociaciones vecinales para sus magostos”, comenta González.
La profesionalización del sector de la castaña, una actividad económica esencial en la provincia, ya tiene hoja de ruta formativa. Ourense contará por fin con una titulación específica, la microcredencial “Explotación y tratamiento de la castaña en Galicia”, diseñada para “potenciar la empleabilidad rural”.
Impulsada desde la UNED en colaboración con la asociación de autónomos Aepa, la formación busca ir al corazón de los soutos. El curso, de 50 horas, cubrirá entre enero y marzo de 2026 contenidos esenciales que van desde la poda, la gestión de plagas y la regeneración del castaño, hasta el manejo de maquinaria para la recolección, conservación y transformación del fruto.
No se trata de un seminario, sino de una titulación equivalente a la de Técnico Superior de FP, que busca formar a una veintena de futuros autónomos y trabajadores. Gracias a la aportación de fondos europeos, la matrícula se ha reducido a 118,60 euros.
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