El legado de Faustino Santalices para el pueblo gallego

ZANFONISTA

Las disposiciones en torno al desarrollo de la zanfona del artista y divulgador banduense Faustino Santalices serán recibidas el jueves por el Museo do Pobo Galego; una colección de gran valor para la cultura de Galicia.

Faustino Santalices
Faustino Santalices

Músico, investigador y el más importante estudioso y conservador de la zanfona en España, Faustino Santalices Pérez (Bande, Baixa Limia, 1877-Madrid 1960) era un hombre con alma de artista que, no obstante, también ejercía como secretario del Gobierno Civil en Ourense.

Licenciado en Derecho en Santiago de Compostela, cuenta la leyenda que quedó prendado de este cordófono, también conocido popularmente como ‘gaita del pobre’, cuando de niño escuchó tocarla a un ciego. “Encontró una zanfona muy estropeada a la que quedaban unas cuerdas, e investigando, y probando, pudo sustituirlas con otras de violín, guitarra... las que había en el momento”, comparte su nieta, Rosa María Santalices Jiménez. “Era vecino de un gaiteiro allí en Bande que sacaba una sábana blanca por la ventana para avisarle de que estaba en casa, y él iba para allá; así aprendió a tocar la gaita”, añade otra anécdota.

La zanfona era un instrumento medieval, popular en el Camino de Santiago, que estaba en vías de desaparición cuando él lo recogió y mejoró técnicamente. Con él, grabó varias piezas musicales a principios del siglo XX, y un disco en 1949. El primer libro en español que se escribió sobre este instrumento nació también de su puño y letra casi una década después. “Si la gaita se hizo para cantar la alegría popular, debajo de la bóveda del cielo, la zanfona fue creada para expresarlo todo... Es un instrumento íntimo que suena poco, que habla bajito, y hay que oírlo recogidamente; son cinco cordas que cantan, que sospiran, rin o choran: son a i-alma de Galicia morriñenta e soñadora”, reflexiones que, al igual que su protegido instrumento, todavía resuenan hoy, de ese gran maestro Santalices.

Museo do Pobo Galego

El próximo jueves 17 de julio a las seis de la tarde, su legado como músico, artesano, divulgador e investigador del patrimonio musical gallego pasará a formar parte del fondo del Patronato do Museo do Pobo Galego, en un acto en Santiago al que asistirán sus nietas, artífices de esta concesión, Alfonso Rueda, presidente de la Xunta de Galicia, y los hermanos Castor y Félix Castro Vicente, músicos e investigadores que colaboraron en la estructuración del archivo familiar, así como el zanfonista Luís Carruncho, que interpretará algunas de las piezas del investigador banduense.

Castro: “Era un artista total, artesán metódico que construía gaitas e palletas, intérprete, conferenciante..."

“Inclúe tanto o que recompilou el como o que engadiu despois o seu fillo, Faustino Santalices Muñiz”, declara Castor Castro, al hilo de la donación. Se trata de una colección singular de gran valor etnográfico, histórico y artístico para la cultura gallega. “Era un artista total, artesán metódico que construía gaitas e palletas, intérprete, conferenciante... tamén creou o primeiro taller escola de instrumentos populares, que foi da Deputación de Lugo”, puntualiza Castro. “Chegou a enviar os seus discos á BBC de Londres para que se emitisen”, revela. Explica que al ser coetáneo a la Xeración Nós, de alguna manera incorporó el conocimiento musical al patrimonio cultural inmaterial gallego.

Opina Castro que la música es la hermana pobre dentro del conjunto de la cultura gallega y que el reconocimiento a su figura ha sido limitado. “É certo que este ano houbo unha mención á tradición oral da música galega no Día das nosas Letras, na persoa das cantareiras, pero tamén hai personalidades, como Santalices, que foron senlleiras no seu momento, que merecen atención especial”, concluye.

“Seis gaitas hechas por él con incrustaciones de hueso o marfil, dos zanfonas, su traje de gallego, que es una pieza muy especial y diferente a los convencionales, los cancioneros, notas manuscritas, los planos de los instrumentos, las herramientas, su banco de trabajo, el torno, un mueble elaborado y tallado por él, recortes de periódico, reportajes de la época sobre sus actuaciones con la coral De Ruada...”, enumera Rosa Santalices algunos de los objetos que comprende el legado.

Desde el Museo do Pobo Galego agradecen la donación y consideran que “cando os legados están nas casas o problema é o acceso a esos fondos... con este xesto a familia garantiza que van pervivir, e que a partir do que está arquivado se poida traballar na cultura de cara ao futuro”. Un inventario que “ten unha moi boa conservación”, comenta para La Región Fuco Sanjiao, secretario del Patronato del Museo.

Perfil integrador

“Era amigo de los buenos trabajadores, siempre fue un privilegiado por su alta formación, pero le interesaban mucho los oficios, hablaba con todo el mundo”, declara Rosa, que explica que, a pesar de no haberlo conocido en persona, su legado pervivió a través de su padre. “Al principio no quería tocar su archivo por la impresión que le causaba el recuerdo, pero finalmente decidió seguir divulgando la labor de mi abuelo dando conferencias, reeditando sus discos y organizando exposiciones con los hermanos Castro”, comenta.

“Mi abuelo decía que los políticos tenían que aprender a tocar la zanfona, porque con la mano derecha hay que dar vueltas al manubrio, y con la izquierda se hacen sonar las notas”, concluye su nieta, qué gran frase del musicólogo, que el tiempo ha sustituido por otra. ‘Non me toques a zanfona’, decimos en Galicia, cuando no queremos problemas. Tócala Santalices, tócala, y que tu legado cultural, ahora en el Museo do Pobo Galego, obtenga el reconocimiento que justamente le corresponde.

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