Nora Sullivan: "Tres aspectos tiene el Camino del Peregrino: mente, cuerpo y espiritú

DE PASO POR OURENSE

Visitando al Apóstol Santiago desde 2014 es ya toda una profesional del peregrinaje

Nora Sullivan: "Tres aspectos tiene el Camino del Peregrino: mente, cuerpo y espiritú | La Región

Nora Sullivan se acaba de quitar un diente y le preocupa su pronunciación en español, no se entiende el porqué, tiene cuento para rato. Hace el camino de Santiago desde 2014, una edición por año. Reside, cuando no peregrina, en La Cala del Moral, una localidad en la Costa del Sol, provincia de Málaga.

Los souvenirs que atesora de sus múltiples experiencias dirección Compostela no son de índole material, aunque lleve una simpática piña que le regalaron en Castilla colgando de su macuto. “Por lo visto es un amuleto de la hospitalidad, de que todos estamos unidos”, explica. Nora Sullivan es la más jovial de un grupo de tres peregrinos a sus setenta y cuatro años. El sol tan pronto pone edad a través de las arrugas, como las quita, por el resplandor que aporta. “¡Qué va!, es todo genética”, opina la peregrina que aún muy en lo interior tiene los pies puestos en el mundo.

Pregunta. ¿De dónde es la alegre caminanta?

Respuesta.Nací en Charleston, capital de West Virginia, EEUU, después, viví en París. Por amor vine a España en los ochenta, donde me enamoré y… también me desenamoré. Después me fui a Alemania. Allí viví diecinueve años, trabajé como profesora de inglés para adultos, empleados de empresas, aunque de formación soy pedagoga. Finalmente, me establecí en Málaga.

P. ¿Qué ruta estás haciendo?

R.La del sureste, que empieza en Alicante. Yo fui hasta Benavente y de ahí hice treinta kilómetros hasta la Vía de la Plata por el camino sanabrés. Hago esta noche en Ourense y mañana me voy, como buena peregrina, una noche en cada sitio, ¡antes de las ocho hay que irse!.

P. ¿Cuál es tu motivación para este peregrinaje?

R.Yo no soy formalmente religiosa, aunque crecí católica, pero el camino es muy espiritual. A mí, hacerlo, me da fe en la humanidad.

P. Un momento, una persona, un lugar que te haya impactado durante esta experiencia…

R.Estuve en una pequeña capilla en Vilamar el domingo y hablando con el cura descubrí que lleva catorce iglesias y además cuida de las almas de la gente moribunda en el hospital… llevaba treinta y ocho horas continuas de servicio… conoces a gente que es verdaderamente excepcional. Al hilo de la charla una señora de allí me invitó a un café y a un bizcocho recién hecho, son momentos muy especiales.

P. La mochila…¿qué llevas?

R.¡Nueve kilos, acabo de pesarla en una farmacia y me he asustado!… un cambio de ropa para lavar cada día, las sandalias, un chubasquero que no he tenido que usar en esta ocasión porque me ha hecho un tiempo maravilloso, un poncho, y las cosas de higiene… no sé de dónde saco tanto peso…

P. ¿Ampollas?

R.¡Una!. Yo cuido mucho los pies, les pongo crema y talco entre los dedos… esto lo he ido aprendiendo…

Despedimos a la peregrina, pues abren las puertas del albergue donde van a descansar esos pies, y por último le preguntamos por qué se detuvo en Ourense. “Es que no va así, el camino es el que decide”, concluye con voz de sabia.

Qué bonito lo que dice y cómo nos suena una banda sonora en la cabeza, al pensar en el círculo de la vida mirándola a ella. ‘Country roads, take me home, to the place I belong, West Virginia, mountain mama, Take me home, country roads’; una oda a su tierra de John Denver, cantautor folk, que reivindica una vuelta al origen por un camino de montañas, pueblos y aldeas.

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