Ourense-Lugo: tres décadas para unir 100 kilómetros

ESTADO DE LA N-540

El Gobierno ha iniciado la reparación del firme de la N-540, mientras mantiene en el olvido la autovía entre las dos provincias

La N-540 se encuentra jalonada de numerosos baches.
La N-540 se encuentra jalonada de numerosos baches. | Iago Cortón

El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible ha iniciado esta primavera la reparación del deplorable estado del firme de la N-540, que une las provincias de Ourense y Lugo. Una medida que llega tarde y mal, con el objetivo de tapar las protestas vecinales y para seguir poniendo paños calientes a una dura realidad: la Galicia interior tiene unas conexiones indignas del siglo XXI.

Y es que la autovía entre las dos provincias, la A-56, lleva más de tres décadas en pañales, entre vaivenes administrativos y trámites que parecen eternos. En estos 30 años, el Ejecutivo central ha cambiado de color hasta en cuatro ocasiones y la postura de los partidos de gobierno respecto a la infraestructura siempre ha sido la misma: “Protesta en la oposición, inacción al frente de la nación”.

PP y PSOE son los pésimos protagonistas de una historia de tímidos avances y promesas incumplidas, que dejan como resultado un proyecto ahogado en burocracia que perjudica gravemente la economía de ambas provincias. Los empresarios de Lugo y Ourense y patronal Seopan han reclamado hasta el hartazgo este proyecto como prioritario, pero los sucesivos gobiernos les han hecho caso omiso. En los presupuestos del Estado de los últimos años solo se destinaron partidas testimoniales. Ahora, sin acuerdo a la vista para tramitar unos nuevos, la infraestructura parece abocada a permanecer encerrada en un cajón ministerial.

Situación actual

En los últimos tiempos, los avances llegan a cuentagotas. En octubre del pasado año dieron comienzo las obras de la variante norte de la ciudad. Cuando se pueda finalizar, allá por 2026, acompañaría al único tramo construido hasta ahora de la autovía: San Martiño-A Barrela. Son 8,8 kilómetros por los que ya circulan vehículos desde 2020. Aun así, el trazado de este tramo ni siquiera es útil para los conductores entre Ourense y Lugo. Para comunicar el tramo abierto con la ciudad hace falta construir el tramo San Martiño-Cambeo, cuyo proyecto está pendiente de volver a salir a concurso. Otro tramo pendiente es el Cambeo-Ourense, que enlazaría con el segundo segmento de la circunvalación norte. Sobre el resto de segmentos de la A-56 planea el fantasma del atasco administrativo, especialmente para los tramos situados en la provincia de Lugo.

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