La uva godello desbanca a la albariño como la mejor pagada de Galicia

VENDIMIA

La vendimia encara su recta final con problemas de exceso de uva en la DO Rías Baixas

Las cepas están bien armadas de racimos en el Ribeiro, pero pesan menos porque la uva es más pequeña.
Las cepas están bien armadas de racimos en el Ribeiro, pero pesan menos porque la uva es más pequeña. | José Paz

La vendimia de 2025 encara la recta final en la mayor parte del viñedo gallego y ya se puede augurar que será la mayor de la historia en Rías Baixas. Que Ribeiro, Valdeorras y Ribeira Sacra recogerán menos uva que en la cosecha precedente y que Monterrei podría tener un ligero incremento respecto a 2024. El volumen total no supondrá un hito en cuanto a cantidad en el conjunto de Galicia, que mantendrá imbatido su récord de 2011 con 77,8 millones de kilos. Pero esta cosecha confirma el reinado de la variedad godello que se ha convertido en la mejor pagada, destronando a la albariño, tras casi treinta años de reinado.

A la vendimia de este año todavía le queda algo más de una quincena en Ribeira Sacra y Monterrei, básicamente por las variedades tintas que son de ciclo más largo. Pero las blancas, que representan casi el noventa por ciento del total cultivado en Galicia, están ya casi todas en bodega. Todas las que se han recogido, porque si el año pasado hubo viticultores que no tuvieron comprador para sus tintas, sobre todo en Ribeira Sacra, este año el drama se repite pero con variedades como la albariño, una situación que ya había denunciado la Asociación Agraria de Galicia (ASAGA), a la vista de la tormenta que se avecinaba en Rías Baixas al coincidir la mayor cosecha de la historia en esa denominación con más de trece millones de litros de vino sin vender de las cosechas anteriores.

De 3,5 a 1,5 euros

Desde la década de 1990, la uva albariño encabezaba el ranking de cotización de las variedades gallegas. Al final del decenio las de mejor calidad se llegaban a pagar hasta a 500 pesetas el kilo, tres euros al cambio. Ese tope llegó incluso a superarse, alcanzando precios que se movían en una horquilla entre los 2,5 y los 3,5 euros, hace apenas unos años. Pero tres cosechas seguidas superando los cuarenta millones de kilos bajaron el precio y lo situaron entre 1,7 y 2,5 euros. Este año, el tope ya está por debajo de los 2 euros y el rango se mueve en torno al 1,5 a 1,8 euros. El problema ya no es el precio, mucho más bajo, sino que no habrá compradores dentro de la DO para toda la producción.

La otra cara de la moneda se encuentra en las denominaciones de la Galicia interior, donde 2025 no pasará a la historia por ser una cosecha abundante, en la que la uva godello se ha convertido en la reina indiscutible, a la vista de la cotización que ha alcanzado, con precios que rondan los 2,5 euros el kilo en el tope de calidad y precios medios por encima de los dos euros. Valdeorras es la denominación donde alcanza mayor cotización y no hay problema de recogida de uva en las bodegas para esta variedad, sobre todo por el tirón que tiene vino, tanto en el mercado interior como en el español y en todo el mundo. Monterrei también mantiene alto el rango de precios y lo mismo sucede en las bodegas del resto de las denominaciones que elaboran vinos con esta uva.

La treixadura también superará en el Ribeiro la cotización de la albariño de Rías Baixas. La cosecha no fue abundante. “En bodega entra el mismo número de racimos que el año pasado, pero con menos peso porque los frutos son más pequeños al haber llovido menos”, explica Manuel Castro, director técnico de Viña Costeira.

¿Cuándo es el momento de parar de crecer?

El primer vino blanco español que logró una medalla de oro en Burdeos fue un albariño. Desde aquel acontecimiento, ocurrido en 1991, Rías Baixas no ha parado de crecer en superficie cultivada y en penetración en los mercados internacionales. Su éxito fue también el éxito para el resto de los vinos gallegos que siguieron el camino abierto por la que se convertiría ya en este siglo, en la denominación más grande de Galicia.

El precio que se pagaba por la uva albariño llegó a multiplicar por tres y por cuatro el que recibían las otras variedades auctóctonas y la superficie dedicada a su cultivo se extendió hasta tal punto que en la actualidad es mayor que la de el resto de las variedades, blancas y tintas de todas las denominaciones gallegas juntas. Solo en Rías Baixas se recogerán más de 46 millones de kilos de esta variedad en esta vendimia, que podrían ser cincuenta millones en dos o tres años, cuando las parcelas plantadas más recientemente se encuentren a pleno rendimiento.

La caída tan abrupta de los precios de la uva, que queden miles de racimos sin recoger y el stock de vino en las bodegas parece que están señalando que el albariño podría estar llegando a su techo y aumentar la producción no haría más que agravar una crisis que ya venía siendo advertida desde algunos sectores, como sindicatos, pero también bodegueros. El problema se ha visto agravado por la triple coincidencia de una cosecha muy abundante, las tendencias del mercado que ahora va hacia otros varietales como el godello y por el declive del consumo.

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